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INTRODUCCION GENERAL I. DATOS BIOGRÁFICOS
ОглавлениеDos son las fuentes principales utilizables para trazar la biografía de Eliano: Vidas de los sofistas de Filóstrato y las parcas noticias de la Suda. He aquí lo que nos dice Filóstrato (II 31):
Eliano fue romano, pero escribía el griego como un ateniense de pura cepa. Paréceme digno de elogio este varón, en primer lugar, porque, a pesar de vivir en una ciudad de distinta lengua, consiguió con su esfuerzo hablar el griego con pureza; en segundo lugar, porque, aun siendo proclamado sofista por aquellos que suelen otorgar este título, él no se prestó a que se le tuviese por tal, ni se envaneció por un apelativo tan pretencioso, sino que, considerando después de maduro examen que no estaba capacitado para achaques de retórica, se dedicó a escribir historia, y en esta actividad se granjeó general admiración. La simplicidad fue la característica del estilo de este hombre, una simplicidad que recuerda la gracia de Nicóstrato, pero en ocasiones recuerda también el estilo elevado de Dión.
Filostrato de Lemnos le encontró una vez con un libro en la mano. Lo estaba leyendo con colérico y levantado tono de voz y aquél le preguntó qué estaba estudiando, y Eliano le contestó: «Yo he compuesto un alegato contra Gymnis [el mariquita, apodo aplicado a Heliogábalo que fue ajusticiado en 222]. Así llamo yo al tirano ejecutado recientemente, el cual, con toda suerte de desenfreno, causó la oprobiosa perdición del Imperio.» Filóstrato repuso: «Contarías con mi admiración si le hubieras acusado cuando vivía.» Pues decía que era de hombres cabales frenar a un tirano en vida, pero arremeter contra uno muerto, lo hace cualquier pelafustán.
Este hombre solía decir que jamás había salido de su tierra y viajado fuera de Italia, ni se había embarcado ni conocía el mar, de modo que gozaba de gran estimación en Roma por el alto aprecio que hacía de su género de vida. Fue discípulo de Pausanias, peo veía con admiración en Herodes Ático al más variado de los oradores. Sobrepasó los sesenta años y murió sin hijos, porque con no casarse evitaba procrearlos. Mas no es ocasión de especular ahora sobre si esto acarrea felicidad o infortunio.
A estas parvas noticias de Filóstrato podrían añadirse otras todavía más pobres de la Suda; pero nos ahorramos este trabajo porque nada nuevo añaden a la semblanza trazada por Filóstrato, el cual tenía buenas razones para conocerlo íntimamente, pues perteneció lo mismo que Eliano al círculo literario que, patrocinado por la emperatriz Julia Domna, esposa de Septimio Severo, estaba integrado por Opiano, Sereno Sammónico, Galeno, Diógenes Laercio, los juristas Papiniano y Ulpiano, y otros. A él tomamos, por lo tanto, como nuestra fuente principal.
En los párrafos transcritos encontramos suficientes datos definidores de la personalidad de nuestro autor: dedicación al estudio, amor exclusivo y exclusivista de Roma, vida recoleta alternada con el cultivo de amistades selectas. Sólo nos falta añadir que nació en Preneste (actual Palestrina), en donde llegó a ser sumo sacerdote (archiereús o pontifex, según la Suda). Pasó luego a Roma, donde, como acabamos de ver por el testimonio de Filóstrato, se dedicó al aprendizaje de la retórica, que abandonó para dedicarse a escribir historia. La Suda le llama meliglossus seu meliphthongus a linguae et vocis suavitate en la traducción de Wolf (Basilea, 1581).