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4. La Argentina en 1943

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En definitiva, así se encontraba la sociedad argentina en 1943. Era un país en plena efervescencia. Con profundos cambios estructurales y con ebullición de ideas. Como se ha observado, fueron años de fructífera actividad para el catolicismo argentino. También fue profuso el movimiento a nivel mundial. La guerra internacional conmovió a toda la humanidad y la Iglesia, por supuesto, no quedó al margen. Se alentó la difusión del pensamiento católico: la doctrina socialcristiana y el humanismo cristiano fueron promovidos como solución a los graves problemas políticos, sociales y económicos, alejada de las opciones liberales, socialistas, nazis o fascistas. La divulgación de las ideas humanistas cristianas en nuestro país fue nutrida y fecunda. Esos principios animaron e inspiraron al movimiento revolucionario de 1943. La Argentina vivía un despertar de la conciencia nacionalista y un resurgir de los valores y el pensamiento católicos. Sus Fuerzas Armadas estaban cada vez más decididas a ser parte de los asuntos políticos y la clase obrera se encontraba en pleno proceso de expansión. Ese era el ambiente en el que se produjo la revolución nacional.

1. El mismo Leopoldo Marechal (2014: 145; 1998: 385), en un artículo publicado en forma póstuma, señaló que en los años 30 tuvo un “reencuentro” con el cristianismo y recordó su paso, a principios de esa década, por los Cursos de Cultura Católica.

2. Achille Ratti, nacido en Desio, región de la Lombardía (Italia). Fue pontífice entre 1922 y 1939 (Caporilli, 2006: 80).

3. Asimismo, Pío XI describió las diferentes modalidades en que debía operar la asociación (adultos varones, mujeres adultas y ramas juveniles, también distinguidas por sexo).

4. Años más tarde, muchos dirigentes y cuadros de la organización ocuparán cargos durante el gobierno revolucionario iniciado en 1943 (Zanatta, 2013: 60).

5. Publicada el 15 de mayo de 1891 (León XIII, 1891).

6. León XIII (Gioacchino Pecci), nacido en Carpineto, en la región del Lacio (Italia). Su pontificado se desarrolló entre 1878 y 1903 (Caporilli, 2006: 79).

7. “La Iglesia es la que saca del Evangelio las doctrinas que pueden resolver el conflicto” (Rerum novarum, N.º 13).

8. Esta característica va a ser tomada por Perón a la hora de plantear las líneas generales del régimen de asociaciones profesionales que impulsó en 1945.

9. Se llama concordato a todo convenio sobre asuntos eclesiásticos entre el gobierno de un Estado y la Santa Sede.

10. Los pactos fueron firmados el 11 de febrero de 1929 entre el cardenal Pietro Gasparri –en nombre del papa Pío XI– y el presidente del Consejo de Ministros Benito Mussolini –en nombre del rey Vittorio Emanuele III–, en el Palacio de Letrán (Palazzo del Laterano), que ha sido sede papal y residencia oficial de los papas durante siglos. Está ubicado al lado de la basílica de San Juan de Letrán (Basilica di San Giovanni in Laterano), que es la catedral de la diócesis de Roma (sede episcopal del obispo de Roma). Tanto el palacio, la basílica y otros edificios cercanos gozan de estatus de territorialidad dentro del Estado italiano, como consecuencia del Concordato de 1929.

11. Carta encíclica sobre la educación cristiana de la juventud, dada en Roma el 31 de diciembre de 1929.

12. Escrita en italiano porque hacía referencia a un tema puntual de esa nación europea.

13. Zentrum, el partido católico alemán que previo a la llegada de los nazis al gobierno, había alcanzado a poseer 92 diputados propios y aportado varios dirigentes para conformar gobiernos durante la República de Weimar (García de Cortázar y Lorenzo, 2005: 87).

14. “Imperio pagano”, lo llama Jacques Maritain (1955a: 23) en su obra Cristianismo y democracia, escrita en el verano de 1942.

15. Se le endilgaba no tener en cuenta la formación integral y armónica del cuerpo y el espíritu a los ejercicios deportivos del nazismo. Asimismo, se le imputaba no cuidar la vida de familia ni el mandamiento de santificar el día del Señor. Es dable agregar que el papa Pío XI (1929) ya había condenado los excesos de la exaltación del atletismo en Divini illius Magistri.

16. Para esa fecha (marzo de 1937) ya habían sido asesinados católicos en Dachau –primer campo de concentración creado por el régimen–, ubicado en las afueras de Múnich. Años después de la promulgación de la encíclica, durante la llamada Segunda Guerra Mundial, sufrieron martirio muchos sacerdotes católicos.

17. Es pertinente recordar aquí aquella anécdota de Stalin y las divisiones del papa. Escribió Marcelo Gullo (2018: 58): “«¿Cuántas divisiones tiene el papa?», preguntó con desprecio Stalin en Yalta […] Ciertamente la respuesta se hizo esperar, pero treinta y cinco años después de Yalta la dirigencia soviética supo que el papa tenía muchas divisiones. Tres décadas después de que Stalin formulara su pregunta, la dirigencia soviética experimentó en carne propia que el Vaticano era un actor de peso en el sistema internacional”.

18. Profunda influencia ejercerá esta idea en el pensamiento de Perón.

19. Explícitamente Arturo Sampay reconoció la inspiración católica del concepto de propiedad cuando legisló sobre el asunto en la Convención Constituyente de 1949.

20. En el cargo de presidente de la comisión de prensa del Congreso fue designado Gustavo Martínez Zuviría, quien, menos de una década luego de estas jornadas, tendrá un rol central en el restablecimiento de la enseñanza religiosa en la Argentina (Lubertino Beltrán, 1987a: 33).

21. Buenos Aires ha generado muchos hitos a lo largo de la historia del catolicismo romano. En la capital argentina se llevó a cabo en 1934 el primer Congreso Eucarístico Internacional en tierras de América Latina. En abril de 1987 se celebró la Primera Jornada Mundial de la Juventud, fuera de Roma. Y por si fuera poco, en esa ciudad nació el primer papa latinoamericano de la historia –y el primero no europeo en varios siglos–, quien era arzobispo al momento de ser electo sucesor de Pedro. La capital de la República Argentina fue fundada, según el acta labrada por Juan de Garay, con un nombre íntimamente ligado a la fe católica, a la que la expedición del ilustre fundador vino a ensalzar: Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de Buenos Aires (Zinny, 1920: 25-27).

22. Juan Domingo Perón asistió al congreso y siempre recordó la presencia del cardenal Pacelli (Cloppet, 2015: 118-119).

23. El pensador francés vino a Buenos Aires con su esposa Raissa y compartieron encuentros familiares en la casa de Tomás Darío Casares (Sánchez de Loria Parodi, 2017: 56).

24. Fermín Chávez (1985: 13) indica que Perón, estando como agregado militar en Chile en aquellos momentos, supo de estas conferencias a través de las síntesis que sobre ellas ofreció el diario La Nación de Buenos Aires, cuyos ejemplares eran recibidos en la legación argentina en Santiago. Se debe dejar constancia que esos resúmenes fueron efectuadas por el mismo Maritain. Sobre la influencia del pensador francés en el ideario peronista, el mismo autor entrerriano inició una línea de investigación y esbozó algunas consideraciones (ibíd.: 12-14). Profundizó ese camino –siguiendo explícitamente a Fermín Chávez– Piñeiro Iñíguez (2013: 67-83).

25. Al ingresar al tercer año de enseñanza religiosa en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, el gobernador Fresco (1940: 165-166) informaba que el 96,58% de los alumnos asistía a clases de religión.

26. La Iglesia católica logró reintroducir la tradición escolástica en las filas militares de detrimento del positivismo (Piñeiro Iñíguez, 2013: 334).

27. En 1945 el periodista José Luis Torres publicó una obra titulada con ese nombre.

28. “El tratado Roca-Runciman […] fue un compromiso para que al precio de algunas ventajas a un sector dirigente del país se cristalizase definitivamente esa virtual incorporación al Imperio” (Jauretche, 1970: 31).

29. Raúl Scalabrini Ortiz publicó en 1940 una trascendental obra sobre la perniciosa y nefasta influencia de la política inglesa en nuestro país, titulada Política británica en el Río de la Plata, donde calificó a la Argentina de los años 30 como “base y arma del abastecimiento británico” (Scalabrini Ortiz, 2001: 171-194) y clamaba por la necesidad de contar con una fuerte conciencia nacional (ibíd.: 171).

30. Aquí debe destacarse la obra a cuatro manos de los hermanos Irazusta publicada en 1934. En La Argentina y el imperialismo británico, Rodolfo y Julio Irazusta desmenuzaron el papel de Inglaterra en nuestra nación y, en particular, analizaron detalladamente la misión Roca ante el Reino Unido de 1933. Acerca de los resultados de las negociaciones en Londres, expresaban que habían traído “nuevas ligaduras destinadas a mantener y si es posible reforzar nuestra dependencia de la Gran Bretaña, dependencia que la evolución natural de las cosas económicas y políticas en nuestro país y en el mundo había debilitado” (Irazusta e Irazusta, 1982: 123).

31. Sobre el particular, ver García et al. (2006, 2007a, 2007b) y Godoy (2015).

32. José María Rosa, en la revista Mundo Nacionalista (N.º 3, 5 de diciembre de 1969), citado por Jauretche (1989: 11).

33. La idea de crear el Instituto Rosas se resolvió en una reunión realizada en el restaurante Edelweiss y, en el mismo establecimiento, se celebró la asamblea a través de la cual quedó formado (Rosa,1980a: 137-138).

34. Publicado en la revista Nueva Política el 4 de septiembre de 1931, reproducido en Marechal (1998: 313-319, 2014: 107-115).

35. “El neutralismo ganó la calle y mostró una vez más que había en el país una fuerte conciencia nacional” (Rosa, 1980a: 298). “En nuestro país, la neutralidad enardecía a la gente joven y a los sectores apolíticos, a quienes enorgullecía esta muestra de independencia” (Luna, 1984: 29).

36. Lejos de las circunstancias de 1939, la fascinación por las grandes potencias sigue encandilando a quienes no albergan un patriotismo sólido en su alma, en nuestros días de 2020. Con similar espíritu colonial y olvidándose de que la prioridad es la defensa del interés nacional argentino, se comprometen en conflictos extraños y abundan los admiradores de los Estados Unidos de Donald Trump, de la Rusia de Vladimir Putin y/o de la China “comunista”, reconvertida al “libre comercio”.

37. Manuel Ugarte en revista Ercilla, 11 de marzo de 1939 (citado por Barrios, 2007: 180).

38. También el actual (2020) enfrentamiento entre las grandes potencias (Estados Unidos, Rusia y China) abre nuevas posibilidades a los países de la región.

39. “Ante la crisis de Europa, conflicto de imperialismos organizados […] la Argentina […] debe activar la formación de su conciencia emancipadora y la organización de las fuerzas que la libertarán de toda dominación o penetración extranjera”, sentenciaba un documento de la organización, fechado en septiembre de 1939 (Galasso, 1985b: 450). Del mismo modo, en otro documento, en febrero de 1941, se promovía “la formación de una conciencia auténticamente argentina que pueda resistir la presión de las diplomacias y de las empresas extranjeras que con la connivencia de un periodismo encadenado nos empujen inexorablemente a la catástrofe de la guerra” (Godoy, 2015: 193).

40. Raúl Scalabrini Ortiz escribió en Reconquista, el 15 de noviembre de 1939, que “la historia nos demuestra que son, precisamente estos, los momentos en que los pueblos débiles aprovechan para zafarse de los poderosos” (citado por Galasso, 1985b: 454). Sin perjuicio de lo señalado, el mismo Scalabrini y Ugarte, entre tantos otros, conocían muy bien que si se tomaban caminos equivocados, se podía salir de una dominación para caer en otra.

41. Este principio de no injerencia sigue manteniendo vigencia en tiempos de beligerancia comercial entre Estados Unidos y China y con la creciente y recuperada influencia militar rusa en diferentes partes del globo, que la ubican como una potencia militar de primer orden. A saber, ante una guerra –militar y/o comercial– a escala mundial, la prioridad siempre debe ser proteger lo propio.

42. El diputado socialista Alfredo Palacios se desentendió del interés nacional para inmiscuirse en conflictos ajenos y renunció a la Comisión pro Defensa de las Malvinas “porque ahora no es momento de crearle problemas a Inglaterra” (Galasso, 1985b: 462).

43. En 1939, “los socialistas se transformaron en vírgenes locas, ardientes de furor guerrerista” (Cooke, 1973: 76).

44. “Neutralidad es fascismo”, declamaba la publicación socialista (Galasso, 1985b: 458). “Llamar fascistas a los que defendemos la neutralidad es ruindad que tiende a hacer creer a los lectores que los neutralistas o somos agentes del extranjero o somos reaccionarios enemigos del pueblo”, le contestó Scalabrini Ortiz (Galasso, 1985a: 52-53).

45. Orientación, órgano de prensa del Partido Comunista Argentino, también acusó en 1939 a FORJA de favorecer el fascismo con la defensa de la neutralidad. Pero bastó que se firmase el pacto de no agresión entre la Unión Soviética y el Tercer Reich para que adoptara el neutralismo, repentinamente (Godoy, 2015: 204).

46. El Partido Comunista de nuestro país –de filiación estalinista– había mantenido durante años una acendrada política contraria al fascismo y de cierta simpatía hacia las llamadas potencias “democráticas”, es decir, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, pero su dependencia y sumisión absoluta a los dictados de Moscú lo hizo modificar abruptamente sus posiciones cuando la Unión Soviética celebró un pacto de no agresión con la Alemania nazi, en agosto de 1939. “El pacto con Hitler obligó a Stalin a señalar a los partidos comunistas que era preciso redescubrir el lenguaje perdido: la guerra mundial fue definida como un conflicto imperialista” (Ramos, 1990b: 61). Cuando en 1941, las tropas nazis invadieron territorio ruso, el estalinismo vernáculo volvió a reemplazar impúdicamente su postura y las caracterizaciones acerca de las clases, los imperios y los intereses a ellos ligados (ibíd.: 63).

47. Manuel Ugarte, en carta a Manuel Gálvez, elogió la orientación neutralista de la publicación dirigida por Scalabrini Ortiz (Barrios, 2007: 180).

48. Similar conjetura realizó cuando fue entrevistado por Pablo José Hernández (1978: 86-89).

¿Cómo se gestó el peronismo?

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