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Y SIGUES BEBIENDO...
ОглавлениеContinúas bebiendo y, llegados a este punto, es probable que ya estés balbuceando. Tu memoria se atranca debido al efecto del glutamato, así que te estás repitiendo como el ajo.
CUADRO 2
ESAS BEBIDAS QUE TE ALTERAN LA MENTE
Aquello que bebes está tan repleto de sustancias psicoactivas (sustancias químicas que modifican la química de tu cerebro) como cualquier otra droga. El tipo de alcohol que más abunda en las botellas de los estantes de las bodegas es, con diferencia, el etanol (fórmula química: C2H5OH). Durante la fermentación, la glucosa de las materias primas se descompone principalmente en etanol, aunque siempre producirá también otros tipos de alcohol, que difieren en proporciones y estructura química en diversas bebidas. Incluso lo que se nos vende como alcohol con máximo grado de pureza (por ejemplo, el vodka) es una combinación de varios tipos de alcohol. El único puro es el etanol producido de forma sintética.
Así, por ejemplo, algunos análisis de whisky han llegado a detectar en su contenido unos cuatrocientos tipos diferentes de alcohol. Esto se debe a que, cuanto más tiempo se almacena o «se añeja» un whisky, más se fusionan algunos tipos de alcohol para formar otros más complejos llamados «congéneres». Estos se encuentran en todas las bebidas alcohólicas (aunque el whisky los contiene en mayor cantidad que ninguna), y se cree que su funcionamiento en el cerebro se asemeja al del alcohol etílico sencillo (etanol), aunque quizá pueden embriagar todavía más. Cada whisky tendrá su propia combinación de alcoholes y congéneres, y es esta mezcla la que crea todos los matices de su «aroma» y, por lo tanto, su sabor.
Curiosamente, de conformidad con la Ley de Sustancias Psicoactivas de 2016, todas las sustancias psicoactivas recreativas se prohibieron, excepto el etanol, la cafeína, la nicotina y el tabaco. Por aquel entonces, afirmé que me parecía algo absurdo. No en vano, se acababa ilegalizando todo tipo de alcohol, pues no hay un solo producto alcohólico en el mercado que no incluya congéneres. La cerveza contiene unos ciento cincuenta y el vino, doscientos. No bebemos etanol puro.
Aparte de su propia combinación de cientos de alcoholes diferentes, el vino, la cerveza y la sidra también incluyen compuestos vegetales aromáticos llamados «terpenos», que provienen de las uvas, el lúpulo o las manzanas. Puede que hayas oído hablar de los terpenos, ya que también aportan al cannabis su peculiar olor. Hasta no hace mucho, se creía que los terpenos contribuían exclusivamente al sabor, pero ya se baraja la posibilidad (aún no investigada en profundidad) de que también sean psicoactivos.
Quizá también te parecen hilarantes muchas cosas, incluidas las que estás repitiendo sin parar, posiblemente debido a tus sistemas de GABA y serotonina. Además, el alcohol bloquea los centros neuronales que controlan la coordinación, de ahí que digamos coloquialmente que una persona muy borracha «no se tiene en pie».
Con ese aumento en los niveles de dopamina y ese descenso en tu autocontrol, es posible que te dé por discutir. También puede que, debido a la merma en tu capacidad de discernir, acabes haciendo cosas poco inteligentes (fumar cuando ya lo habías dejado, conducir, hacer carreras subido en un carrito de la compra…).
Un caso realmente triste fue el de una joven de dieciséis años, Natalie Dursley, a quien una ambulancia recogió tras haberse desplomado en una discoteca. Estaba tan desorientada que abrió las puertas del vehículo en plena carretera, cayó fuera y murió. Este ejemplo ilustra a la perfección la pérdida total de discernimiento que puede producirse cuando estás borracho. En esencia, le has puesto las cosas muy difíciles a tu cerebro (un efecto que me gusta equiparar con el de un virus informático).
Si sigues bebiendo, vas derecho a la anestesia, a un cierre del sistema. De hecho, la anestesia médica también afecta a los sistemas de GABA y glutamato: una que te suministren en una intervención quirúrgica sencilla activa el GABA para dormirte, mientras que la que se utiliza para una intervención más compleja desactiva el glutamato, que es lo que te mantiene despierto y activo. Por eso, necesitas ventilación asistida, porque ya no puedes respirar de forma autónoma.
Antes de que apareciera la anestesia moderna, cuando a un marinero debían amputarle una extremidad lesionada, primero le hacían coger una buena cogorza. Esto tiene una explicación muy sólida: el alcohol amortigua el dolor, así como la memoria.
El hecho de que el alcohol afecte tanto al GABA como al glutamato (doble impacto) es lo que lo vuelve tan peligroso. Ambos regulan no solo nuestra capacidad de mantenernos despiertos, sino también la de mantenernos con vida. Por eso, algunas personas mueren de intoxicación etílica. Si bebes lo suficiente, puedes dejar de respirar. A continuación, incluyo una breve guía por etapas sobre cómo evoluciona la embriaguez [6].