Читать книгу Papel pintado - Javier Milei, Diego Giacomini - Страница 14

f) Una propuesta para terminar con el monopolio estatal en la creación de moneda

Оглавление

El adoctrinamiento mentiroso en la religión del Estado, que empodera a la política y sus burócratas, no termina aquí. También se nos enseña que “solo con una moneda monopolísticamente provista por el Estado, la cantidad de dinero puede crecer al ritmo que la economía necesita.” Mentira en varios niveles: para empezar, no hay una cantidad óptima de dinero, y por ende, tampoco una tasa de crecimiento óptima de la cantidad de dinero. Más adelante, con buena teoría, explicaremos por qué. En realidad, toda masa monetaria es utilizada en toda su extensión; la única diferencia es que el nivel general de precios variará para cada volumen diferente de cantidad de dinero.

Más grave aún es afirmar que “solo el Estado tiene la capacidad de hacer crecer la cantidad de dinero al ritmo que la economía necesita”: esta es una mentira destinada a ocultar el negocio de los políticos, burócratas y banqueros asociados. Se origina en el hecho de que los agentes económicos parecen no concebir un entorno distinto que la realidad inflacionaria actual, y piensan que no es posible el desarrollo económico sin cierta tasa de expansión crediticia e inflación; y también es falso. No solo es falso sino inmoral, porque la expansión crediticia y la inflación son las fuentes del negocio que tanto los banqueros como los políticos hacen a expensas de nosotros.

La reforma Giacomini-Milei, al proveer la moneda en libertad y dejar que —en línea con el Teorema de la Regresión Monetaria de von Mises— los agentes económicos elijan espontáneamente el dinero, cambia por completo el paradigma. Si eligieran el dólar como moneda, esto aseguraría un permanente crecimiento de la demanda de dinero. Dado que nuestra reforma monetaria, bancaria y financiera iría acompañada con reformas estructurales y con un achicamiento del Estado, se produciría una remonetización de la economía por repatriación de dólares y aumento del ahorro genuino. Esto provocaría una expansión de la oferta y la demanda de dinero, con lo cual la estabilidad de su poder adquisitivo estaría garantizado. La economía crecería vigorosamente. Más adelante en el tiempo, y dado que el dólar es un bien escaso, podría aparecer un aumento del poder adquisitivo del dinero, porque la producción de bienes y servicios crecería a un ritmo superior a la cantidad del mismo. El nivel general de precios podría disminuir, bajando la cantidad de dinero que se necesitaría para comprar bienes y servicios. La retribución de todos los factores aumentaría en términos reales, lo cual sería positivo para incentivar el crecimiento económico estable. En definitiva, esta reforma no traería ningún problema en cuanto a la cantidad de dinero y su impacto sobre el crecimiento económico. Todo lo contrario, nuestra reforma propulsaría la estabilidad del mercado monetario, con un poder adquisitivo del dinero fuertemente estable, que hasta podría transformarse en una suave deflación, que propulsaría un crecimiento económicos estable y sostenido con bajas tasas de interés.

Dado que nuestra propuesta apunta a desarmar la asociación inmoral entre políticos, burócratas y banqueros, dirán que esta propuesta atenta contra el negocio bancario. Sería otra mentira para proteger sus privilegios de casta. No es cierto que los bancos perderían su principal negocio y fuente de ingresos. Lo que perderían es el señoreaje, el impuesto inflacionario y la posibilidad de crear dinero y crédito sin respaldo de ahorro genuino. Esto impediría que se sobreexpanda la oferta monetaria total, generando ciclos de auge y depresión.

Los bancos seguirían teniendo activas todas sus unidades de negocio. Por un lado, seguirían contando con su banca de depósitos a la vista (con un coeficiente del 100%), por lo cual podrían cobrar un precio mensual. Este servicio podría combinarse con la prestación de otros servicios, como pagos, tarjetas, transferencias, y completarse con la custodia y gestión de valores mobiliarios, alquiler de cajas y cofres de seguridad, etcétera. Paralelamente, la intermediación financiera y el negocio de tomar dinero a una (inferior) tasa de interés pasiva y prestar a una (mayor) tasa de interés activa también continuará. Y como si todo lo anterior fuera poco, la miopía de esta potencial crítica radica en su análisis estático: no entiende que la función empresarial es permanente dinamismo y en consecuencia no contempla que los banqueros pueden desarrollar toda una serie de nuevas actividades, totalmente legítimas, que apunten a atender necesidades de los consumidores.

Papel pintado

Подняться наверх