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d) Del ganado a la moneda

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El primer medio general de intercambio que surgió fue el ganado, ya que era la mercancía con mayor capacidad de venta. Poco a poco la gente comenzó a cambiar sus bienes por cabezas de ganado para luego vender dichos animales a cambio de los bienes que necesitaba para satisfacer sus necesidades. Hay que destacar que la aparición del ganado como dinero no fue de un día para otro, ni masiva. Al comienzo, un pequeño grupo advirtió que era ventajoso cambiar sus bienes por ganado; a medida que estos visionarios progresaron, sus pares les fueron imitando. Así el uso de dinero fue haciéndose masivo.

¿Por qué el ganado era la mercancía más demandada? En el Neolítico, antes del surgimiento de las primeras civilizaciones, los pueblos eran mayormente nómades. Los animales domésticos constituían la porción principal de las posesiones de cada individuo. En un entorno sin carreteras, el hecho que el ganado se pudiera autotransportar fue clave para que se convirtiera en dinero. El ganado era más fácil de transportar que cualquier otra mercancía. Y tenía otras características muy ventajosas para convertirse en dinero: suficiente capacidad de conservación, bajo costo de mantenimiento y fácil guardado al aire libre.

De modo que se acumulaba la riqueza en rebaños. Los pagos del intercambio, los precios de los bienes y servicios, así como las multas y castigos, se calculaban por cabezas de ganado en pie. Hay registros del ganado como dinero en numerosos pueblos antiguos: por ejemplo los de la península itálica, los germánicos, los asiáticos orientales o los semitas, tal como se ve en numerosos pasajes del Antiguo Testamento.

Con el florecimiento del artesanado, sin embargo, el ganado fue perdiendo capacidad de venta. Los animales constituían un problema para los residentes en los pueblos, ya que ocupaban un espacio que comenzó a ser más escaso. El ganado comenzó a dejar de ser la mercancía más vendible y así comenzó a dejar de ser dinero. Los metales pasaron a ser, progresivamente, las mercancías con mayor demanda. No cualquier metal, sino los de mayor uso: el cobre, la plata y el oro. Con el cobre los campesinos hicieron sus primeros arados de metal, los guerreros sus primeras armas y los artesanos sus primeros instrumentos. Paralelamente, el cobre, el oro y la plata fueron los primeros metales con los cuales se hicieron utensilios y adornos. De nuevo, este proceso no fue repentino ni se dio del mismo modo en todos los pueblos; la extracción de esos metales exigía esfuerzo y tiempo. Coexistió durante mucho tiempo con el ganado-dinero hasta desplazarlo definitivamente.

En definitiva, el oro y la plata se impusieron porque pasaron a tener la máxima comercialidad. Esta cualidad no cae del cielo, sino que depende de tres atributos: i) divisibilidad; ii) durabilidad y iii) portabilidad. A mayor divisibilidad, durabilidad y portabilidad de un bien, mayor capacidad para ser dinero. A lo largo de la historia hubo una importante variedad de mercancías (tabaco, azúcar, sal, té, lana, etcétera) que por su alto grado de comerciabilidad fueron utilizados, igual que el ganado, como dinero. Sin embargo, el oro y la plata desplazaron a las otras mercancías en ese rol. Su uso se fue extendiendo hasta generalizarse: eran divisibles, durables y portables. Además, su abundancia era lo bastante limitada como para tener un valor aproximadamente estable, pero no tan escasa como para que su producción y distribución fueran muy complicadas.

Dado que los metales siempre se comerciaron y valoraron en función del peso, cada unidad monetaria siempre se originó como una unidad de peso de oro o plata (13). A lo largo de la historia todas las monedas fueron concebidas como una unidad de peso de metales preciosos, equivaliendo a cierto peso en oro o plata. Sin embargo, hay que aclarar que todo el oro y la plata en existencia eran dinero. No importaba la forma en la cual estaban: un botón de oro y un prendedor de plata eran dinero. Sin embargo, algunas formas eran más cómodas que otras. Con el tiempo, el oro y la plata comenzaron a ser fraccionados en pequeñas piezas acuñadas para las transacciones menores y en barras para las operaciones importantes. Obviamente, esta acuñación demandaba tiempo, esfuerzo y recursos. Así surgió el negocio de la acuñación de moneda.

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