Читать книгу La clínica psicomotriz - Esteban Levin - Страница 21
Notas
Оглавление1. La sexualidad infantil existió siempre, desde que el hombre es hombre, pero antes de Freud nadie la discriminaba ni se ocupaba de ella, no se la tenía en cuenta. Hasta ese entonces, se consideraba que la sexualidad irrumpía recién en la pubertad, con los cambios hormonales, y que el niño carecía de ella hasta ese momento.
2. El chico nace en un estado que un embriólogo llamado Bolk llamó fetalización, es decir que, aunque hayan pasado los nueve meses de su gestación, embriológicamente habría que considerarlo un feto, pues todavía no se han mielinizado los haces piramidales que le permitan coordinar movimientos (Marchilli, 1985, pp. 76). El cuerpo del pequeño le devuelve al otro su propia imagen en forma invertida. Estos movimientos espontáneos se especularizan; es el otro quien arma y recrea el espejo. De este modo, tendríamos un juego de doble espejo, que se daría en este orden: el niño funciona como espejo para la madre y ella, al reconocerse en el cuerpo de su hijo, funciona como espejo para él (Levin, 2017, p. 46).
3. En cuanto a estas temáticas que tienen generalmente su origen en las ideas y propuestas terapéuticas de Homey, Hartman, Kris y Loweinstein, entre otros, ya hicimos mención de ellas en el capítulo anterior. Sin embargo, cabría aclarar que no se trata, como plantean estas concepciones, de la autonomía primaria o secundaria del yo (ego), ni de las funciones autónomas del mismo, sino que, por el contrario, el yo en tanto tal se constituye como forma y mascarada del sujeto, y de este modo no se confunde con él ni mucho menos lo abarca o lo agota.
4. Reformularemos este concepto en el capítulo correspondiente a psicosis en adultos. (Levin, 2018a)
5. “Fue el salvaje quien le enseñó a comprender que no era necesaria la palabra para pedir leche (...) el salvaje jamás aprendería a hablar puesto que cuando utilizaba las palabras, ellas ya no le servían para nada” (Manoni, 1979).