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Prólogo
ОглавлениеPor Alfredo Jerusalinsky
Si la clínica de los “humores” se abrió paso trabajosamente en el oscurantismo de la “resignación divina”, así como la de las entidades microbianas debió horadar la neblina del anatomismo ingenuo, hoy la clínica que intenta desentrañar los lazos del significante con lo real se defronta duramente con el reduccionismo biologista.
Proponerse conceptualizar la clínica psicomotriz implica aceptar este desafío, ya que, si tomamos con rigor tal título, en él va de suyo verse inmediatamente tomados en los nudos que articulan la mecánica del cuerpo al campo del lenguaje.
Es en este camino que el texto de Esteban Levin nos encauza, colocando en causa y, al mismo tiempo, valiéndose de lo hasta aquí producido.
En ese sentido, mientras desliza lo motriz fuera de la mera mecánica osteomuscular, se niega a abandonar lo “psico” en el tembladeral del intuicionismo emotivo.
La psicomotricidad atraviesa, hoy en día, la incógnita acerca de su especificidad: su práctica y sus referenciales conceptuales interrogan, al que allí se arriesga, sobre su pertinencia clínica, sobre dónde reside el núcleo fuerte de sus intervenciones (¿el toque, la mirada, la palabra?), sobre sus fronteras tanto en el terreno de las patologías como en relación con otras disciplinas.
Para desenredar esta incógnita es menester no dejarse arrastrar por ese tan moderno eclecticismo pragmático. Por el contrario, se requiere lo que estas páginas se proponen: actualizar en cada paso las claves de sus operaciones clínicas en cuanto a la responsabilidad que le cabe sobre el sujeto que allí está en juego.
Reconocemos en ello los efectos de lo que ya venía en curso en el trabajo de equipo en el Centro “Dra. Lydia Coriat”. Es, entonces, particularmente grato reencontrarnos con los obstáculos y preocupaciones que tan intensamente compartimos, ahora formulados un paso más adelante bajo la versión que al autor le ha marcado el esfuerzo de su clínica cotidiana.
El aporte que este libro constituye merece, más que el elogio, una precisión conceptual al presentarlo: en un campo donde habitualmente no se logra mucho más que una colección de ideas y casos, él ahonda en el desciframiento.
Alfredo Jerusalinsky
Porto Alegre, enero de 1991