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1.5. PREPARACIÓN PSICOLÓGICA
ОглавлениеAl considerar al ser humano como un ser total, se percibe que sólo por someterlo a la mejor preparación física y técnico-táctica no se le está llevando al máximo de sus posibilidades. Hay que considerarlo como un individuo diferente a los demás, con sus propias motivaciones y emociones, sujeto a las exigencias del medio y teniendo que relacionarse con otros seres humanos en la sociedad. Surge así la necesidad de facilitar al deportista una perfecta preparación psicológica.
La preparación psicológica es parte del entrenamiento deportivo que, considerando las características individuales hereditarias (genotipo) y las influencias asimiladas del medio ( fenotipo), ayudará al deportista a soportar el entrenamiento y alcanzar el máximo de sus potencialidades mediante su fuerza de voluntad.
La preparación psicológica es el área de actuación de la psicología del deporte (una de las más recientes ramas de la psicología) que contribuye para que el psicólogoyo el técnico del deporte implementen de manera científica las actividades de la preparación psicológica.
Como las demás ciencias, la psicología presenta diferentes subdivisiones, de las cuales se abordarán las esquematizadas en la figura 1.7 por ser componentes de la preparación psicológica.
Es indispensable para el psicólogo que se dedica a trabajar en deportes, además de conocer las disciplinas antes mencionadas, una interacción con el medio deportivo y con la mentalidad de los deportistas. El entrenamiento exhaustivo, la limitación del ocio y el control de los hábitos debido tanto a la constante autosuperación como a la competición reñida y al ansia por la victoria confieren a los deportistas líneas de comportamiento semejantes, con las cuales es imprescindible estar familiarizado.
El psicólogo del deporte tiene el perfil y actúa dentro de la comisión técnica de acuerdo con lo siguiente:
Formación
Licenciatura en Psicología.
Especializado en Psicología del Deporte (Posgradado lato sensu).
Figura 1.7. Ramas de la psicología utilizadas en la preparación psicológica de los deportistas (adaptado de Singer).
Área de actuación
Preparación psicológica.
Prerrogativa
Control de la actuación de los miembros de la comisión técnica.
Plan del entrenamiento deportivo
Definir el perfil psicológico del deportista.
Establecer el potencial de socialización del deportista.
Definir el perfil psicológico ideal para la modalidad.
Responsabilidad
Armonización de la comisión técnica.
Socialización del equipo.
Preparación psicológica de los deportistas para soportar el entrenamiento y afrontar las competiciones.
Preparación del deportista para comportarse convenientemente frente a las adversidades.
Orientación de la comisión técnica sobre cómo incentivar y defender a los deportistas.
Auxiliares técnicos
Asistentes
Las actividades de preparación psicológica se muestran en la figura 1.8 con un enfoque puramente metodológico, y, sin pretender agotar el asunto se darán indicaciones sucintas de los componentes de esta preparación.
Obviamente, las disciplinas no representan compartimientos estancos en cada fase. Se interconectan e interactúan desde el inicio hasta el fin del proceso a través de un sistema continuo de acompañamiento, observación, consejo y reevaluación.
El esquema gráfico mostrado en la figura 1.8 se utiliza para facilitar la comprensión y la asociación de cada fase del entrenamiento con la subdisciplina que más la caracterice. Por tanto, queda evidenciado que es imposible realizar toda la gama de actividades prescritas para un perfecto acompañamiento psicológico del entrenamiento. Sin embargo, los grandes entrenadores, de forma empírica o con premeditado cuidado, no dejan de reflexionar sobre los puntos clave de la preparación psicológica del deportista.
Para el entrenador, dos aspectos tienen importancia primordial: conocer a su deportista y saber cómo guiarlo por el entrenamiento y la competición.
En el primer ítem, la observación personal debe ser complementada por el psicólogo deportivo realizando el perfil psicológico.
Para realizar un perfil psicológico medio del deportista de alto nivel, en primer lugar hay que entender la personalidad como uno de los componentes a considerar en el estudio del comportamiento humano. Las demás variables serían el aprendizaje y la motivación.
Sobre la personalidad del deportista, Oligivie (1967) concluyó que “el competidor de sexo masculino es básicamente una persona emocionalmente saludable que tiende a la extroversión. Es mentalmente fuerte, autoasertivo, con confianza en sí mismo y una enorme capacidad para resistir el estrés provocado por las competiciones de alto nivel”.
George Rioux (1980), en la introducción a la obra Determinantes Psicológicos del rendimiento, afirma que son básicas cuatro exigencias fundamentales para los deportistas de alto nivel:
Una personalidad sana y equilibrada, ávida de aprender.
Un potencial energético grande, teniendo una ponderable necesidad de afirmación de sí mismo.
Una resistencia excepcional a las frustraciones multiformes.
Una gran estabilidad, capaz, cuando sea necesario, de adaptaciones a las nuevas situacionales.
Barreto (1979), Salmela (1976), Suinn (1980) Rioux (1980) y otros consideran que los deportistas de alto nivel deben poseer características elevadas de ambición, organización mental, resistencia, agresividad, madurez emocional, autocontrol, autoconfianza, rigidez, seguridad, inteligencia, alto nivel de conciencia, bajos niveles de tensión, introversión para los deportes individuales y extroversión para los deportes colectivos o de equipo.
Sobre la vanidad y la ambición, Alfred Adler (1967) dice: “Desde que el esfuerzo para la conquista de la fama comienza a preponderar, se produce un estado de mayor tensión en la vida física, y el objetivo de supremacía y victoria se vuelve cada vez más patente en el individuo, que procura alcanzarlo con actos de gran intensidad y violencia. Su vida se transforma en la expectación permanente de su gran triunfo personal. Este estilo de vida convierte la vanidad en el trazo de carácter más sobresaliente”.
Es probable que todos los seres humanos sean vanidosos en cierto grado, pero hacer exhibición de su vanidad no se considera de buen gusto. Por eso, la vanidad es con frecuencia tan disfrazada y disimulada que se presenta sobre las más diversas transformaciones. Hay, por ejemplo, una especie de modestia que es, en esencia, vanidad.
Fig 1.8. Actividades en las diversas fases de una preparación psicológica.
Muchas personas procuran preparar una disculpa sustituyendo la palabra vanidad por ambición, que suena mejor. Las expresiones hábil, enérgico y activo sirven, de forma general para disfrazar un grado excepcional de vanidad.
Joao Alberto Barreto, citado por Dantas (1980) en el trabajo efectuado en el Proyecto Medalla de Oro, estableció el perfil psicológico ideal de la deportista de gimnasia olímpica femenina conforme a lo presentado en la figura 1.9.
Ya en posesión de un diagnóstico psicológico del deportista (realizado en la fase del psicodiagnóstico) basado en sus características psicológicas ideales, el psicólogo preparará toda una estrategia de trabajo, considerando cuatro aspectos básicos fundamentales para su desarrollo técnico: los procesos cognitivos, emocionales, psicomotores y sociales. Esos procesos serán integrados en los cuatro períodos de preparación psicológica, que son los siguientes:
Figura 1.9. Perfil psicológico ideal de la deportista de gimnasia olímpica femenina.
Durante el período de preparación psicológica del entrenamiento, el psicólogo y el entrenador serán sensibles y cuidadosos en la manera de conducir al equipo en una dinámica de grupo. El entrenador tratará de obtener la mayor cohesión en la nueva estructura social formada.
Durante ese período aparece con sensible evidencia un estado de “miedo a perder” porque el deportista aún no ha pasado por el proceso de adaptación al estrés competitivo. Esto es normal; el entrenador percibe que la superconfianza aún no prevalece entre los miembros del grupo.
Para sintetizar; las consideraciones durante este primer período incluirán:
Evaluación de los niveles motivacionales de los deportistas.
Evaluaciones y adaptaciones a la dinámica social del nuevo equipo.
Desarrollo de las habilidades básicas (aprendizaje de la técnica).
Mantenimiento de la salud física y psicológica del deportista.
Antes de la competición, durante el período de tensión precompetitivo, deben desarrollarse entrenamientos específicos de concentración y control mentales normalmente a cargo del psicólogo. En esta fase, la presencia del entrenador en el local de la competición, apoyando e incentivando a su deportista, es fundamental.
Este período comprende uno o dos días antes de la competición. Hay que adoptar medidas especiales para que la curva de tensión del deportista no llegue al pico máximo precozmente o se esté sobrepasando.
Hay que prestar toda la atención posible para calmar al deportista y llenar su tiempo libre con el fin de que no se preocupe por la competición inminente, por su dieta o por su sueño. Niveles altos de ansiedad o tensión pueden ser controlados mediante técnicas de relajación o ciertos calmantes suaves. El entrenador debe hacer referencias positivas a los esfuerzos del deportista en las sesiones de entrenamiento de los recientes sucesos competitivos.
Después de la competición surge el período de tensión poscompetitiva, sobre el cual Barreto (1981) enseña que “los deportistas muestran diversos tipos de manifestaciones emocionales después de la competición. Entre ellas podemos citar: euforia, depresión, agresión. Las dos últimas son necesariamente respuestas de frustración por la mala ejecución”.
La agresión puede adoptar dos formas, la extrapunitiva y la intrapunitiva. La agresión extrapunitiva está relacionada con diversos motivos, indiscriminadamente, como forma de alivio a las frustraciones. La agresión intrapunitiva adopta una forma de autonegación, de complejo de culpa, y puede generar graves problemas para futuras competiciones. La depresión puede ser también una respuesta intrapunitiva, aunque normalmente es una consecuencia natural del condicionamiento del individuo y es adaptativamente manipulada por los deportistas de alto nivel que procurarán situarla dentro de una perspectiva realista y descargarla durante sus arduos entrenamientos.
Los deportistas de alto nivel tienen que ser entrenados en el sentido de saber controlar y manipular todas sus respuestas emocionales como un medio de fortalecer su estructura psicológica que hoy es la vía de escape principal de los factores limitantes de todos los deportistas olímpicos.
Es importante que el entrenador defina el significado de la victoria o la derrota para sus deportistas.
Hay que tener todo el cuidado posible en la tentativa de entender los niveles individuales de frustración, depresión, euforia y agresión experimentados por los diversos deportistas que ganarán o perderán. Cada deportista interpretará su papel y responsabilidad en la victoria o la derrota de diferentes modos. Es necesario que el entrenador piense y actué correctamente sobre el hecho. Así, es importante que el técnico hable con sus deportistas individualmente con el fin de ayudarlos a interpretar adecuadamente sus propios esfuerzos, y señalar los motivos por los que el éxito o la derrota están, o no, relacionados con ganar o perder.
Generalmente, el deportista más experimentado ve en la derrota una experiencia necesaria hoy para obtener victorias en el futuro.
Existen a veces algunas diferencias en los sexos a la hora de interpretar la victoria o la derrota. Frecuentemente, la mujer deportista tiene menos tolerancia a perder y se entrega a comportamientos intrapunitivos (vergüenza, culpa) después de la derrota. Han acontecido situaciones paradójicas: cuando ganan, lloran, y cuando pierden, ríen. Pero esto no es regla general; son meros capítulos de la historia del deporte.