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2.3. PRINCIPIO DE LA SOBRECARGA

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Inmediatamente después de la aplicación de una carga de trabajo, hay una recuperación del organismo, buscando restablecer la homeostasis. Un entrenamiento de alta intensidad causará normalmente la depleción de las reservas energéticas orgánicas y la acumulación de ácido láctico y otras sustancias como CO2, H2O y H+. La reposición de estas reservas se produce a nivel muscular casi íntegramente durante los primeros tres a cinco minutos de recuperación (Mathews y Fox, 1983). Sin embargo, a nivel orgánico solamente el reposo prolongado y la alimentación suficiente posibilitarán la reposición total.

El tiempo necesario para la recuperación es proporcional a la intensidad del trabajo realizado. Si la carga no fuera demasiado fuerte, el organismo sería capaz de compensarla casi totalmente con cuatro horas de reposo, cuando ya se prepara para sufrir un nuevo desgaste, más fuerte que el anterior. Hegedus (1969) llamó a este fenómeno asimilación compensatoria, que estaría formado por un período de recuperación, en el cual se recuperarían las energías perdidas, y un período de restauración ampliada, en el cual sería asimilada una sobredosis energética.

En la figura 2.5 aparecen esos principios en un esquema que permite una mejor visualización.

Si en el esquema presentado la carga es muy fuerte (o sea, pasa de la línea CD), hay que atenerse al inicio de la tercera fase del SAG (agotamiento). En consecuencia no habrá asimilación compensatoria, ni recuperación metabólica en un espacio de tiempo normal. Como consecuencia, la próxima carga deberá ser menor que la inicial.

En el caso de que no haya aplicación de cargas de intensidades crecientes, o sea, si las cargas 1, 2, 4, 5, 7-8 y 10-11 fueran de la misma intensidad, sólo habría período de recuperación ampliada en el primer período de recuperación, dejando de producirse progreso en esa etapa. Este fenómeno aparece aclarado en la figura 2.6.

Como se puede observar, no se produce el efecto del entrenamiento; de lo contrario, el organismo tiende a asimilar la carga aplicada, produciéndose una ligera regresión de la capacidad física, si ésta se compara con el nivel alcanzado después del inicio del trabajo.

De esa forma, la persona sedentaria que todos los días corre 1.500 metros en 10 minutos estará, en relación con el nivel obtenido después de las primeras semanas, desacondicionándose físicamente de forma progresiva a pesar de estar ejercitándose con regularidad.


Figura 2.5.


Figura 2.6.

El aprovechamiento del fenómeno de asimilación compensatoria o supercompensación, que permite la aplicación progresiva del principio de sobrecarga, puede verse muy comprometido por una incorrecta disposición del tiempo de aplicación de las cargas.

El equilibrio entre carga aplicada y tiempo de recuperación garantizará la existencia de la supercompensación de forma permanente. Pueden surgir, pues, dos problemas en esa área:

1. Fase de recuperación excesiva para la compensación de la carga aplicada.

2. Fase de recuperación insuficiente para la compensación de la carga aplicada.

En el primer caso, la aplicación de una nueva carga de trabajo sucede después de la fase máxima de supercompensación, produciendo un aumento de la capacidad de trabajo inferior a lo posible, o sea, desperdiciando una parcela del entrenamiento anterior.

En el segundo se tenderá a conducir al deportista a un estado de strain por no ofrecer al organismo condiciones de recuperación antes de la aplicación de la nueva carga.

Para que eso no ocurra, hay que tener siempre en cuenta que cargas mayores exigen también mayor tiempo de recuperación, y que cargas menores exigen menor tiempo de compensación. Así, a toda reducción de la carga debe corresponder una reducción del período de recuperación, y viceversa.

Si el período de recuperación es insuficiente para que el fenómeno de la supercompensación se manifieste plenamente, no se conseguirá un aprovechamiento óptimo de entrenamiento por estar forzando al deportista más allá de lo adecuado, llevándolo así a la fatiga.

Hay, por tanto, un punto correcto de la curva de supercompensación para la aplicación de una nueva carga de trabajo, conforme a lo mostrado en la figura 2.7.

Además del intervalo de recuperación, se aplica el principio de sobrecarga sobre:

El volumen del entrenamiento.

La intensidad del entrenamiento.

Tanto sobre el volumen como sobre la intensidad.

El volumen, también llamado cantidad de entrenamiento, expresa la suma total de la carga de entrenamiento a la que el deportista está sometido.

Por otro lado, la intensidad es la cualidad del entrenamiento.

Normalmente se aplica la sobrecarga inicial sobre el volumen; sólo después de asimilar esta carga se sobrecarga la intensidad.

La aplicación del principio de sobrecarga se debe realizar en todos los componentes del entrenamiento y no sólo en la preparación física. Así, como ejemplo:

Preparación técnico-táctica

Sobrecarga en el volumen:

– Aumento del número de repeticiones del movimiento (gesto deportivo).

– Aumento de la duración del entrenamiento (número de horas).

– Aumento de la carga horaria semanal de entrenamiento, etc.

Sobrecarga en la intensidad:

– Creciente dificultad de los movimientos realizados.

– Aumento de la velocidad de ejecución.

– Disminución del tiempo de reposo, etc.


Figura 2.7. Punto de aplicación de la nueva carga de trabajo en la curva de sobrecompensación.

Preparación psicológica

Sobrecarga en el volumen:

– Aumento del tiempo dedicado al entrenamiento mental.

– Aumento del tiempo dedicado a la relajación, etc.

Sobrecarga en la intensidad:

– Entrenamiento en condiciones estresantes (ruido de la platea, abucheos, etc.).

– Uso de técnicas de activación y motivación.

La práctica de la preparación física

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