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3.5 El digital divide y la crítica poscolonial
ОглавлениеQuien ha analizado de modo exhaustivo los fundamentos filosóficos y los mecanismos de la neocolonización ha sido la filósofa hindú Gayatri Spivak,51 cuya crítica poscolonial deconstruye las relaciones entre cultura, escritura y medios de comunicación presentes en las sociedades globalizadas. A Spivak (y a otros representantes de la crítica poscolonial) le debemos varios conceptos esenciales para el análisis estético del digital divide:
a) El más importante es el de la violencia epistémica, que indica la ruptura que la globalización opera sobre los sistemas de signos, los valores y las estéticas de los subalternos (aquellos que Occidente suele denominar países en vías de desarrollo, excolonias, tercer mundo, etc.).
b) El subalterno, según Spivak, no puede hablar libremente, porque el lenguaje de la comunicación globalizada pertenece al dominio occidental. Spivak designa este mecanismo como worlding of a world, término que define la voluntad de Occidente (donde se ve su relación con el logocentrismo de Derrida) de representar a los demás e imponer su lenguaje. Spivak muestra cómo la actitud del intelectual occidental, cuando se relaciona con otras culturas, está teñida de benevolencia y esnobismo, lo que termina en una u otra forma de imperialismo; es decir, se impone un telos alineado a los intereses occidentales. El proceso neocolonial que se desarrolla consiste en la construcción de la representación o de las imágenes del ser condicionada por el logocentrismo, la escritura y su tecnología software.
c) Otro concepto clave de Spivak se refiere a la esencia de la identidad. Como ya hemos visto, la identidad (individual, cultural y social) y la fuerza del pensamiento garantizan la libertad del telos, pero esto resulta dificultoso por el nihilismo antimetafísico y la relatividad de los valores que caracterizan a la cultura actual. El pensamiento posmoderno, que tiene así una connotación deconstructiva, se asume siempre e indebidamente como liberador, incluso en términos antropológicos y sociales. El problema, anota Spivak, es que la identidad no puede relativizarse, porque así el sujeto pierde su libertad y fuerza en cuanto sujeto. La libertad posmoderna se vuelve, entonces, en contra del subalterno. Ahora, la deconstrucción no afirma que no hay sujeto, verdad o historia; lo que cuestiona es solo que alguien pueda tener la verdad de modo exclusivo: la identidad tiene que guardar su esencia y su logos, pero dentro de un contexto temporal definido en relación con el logro de ciertos objetivos. Spivak denomina esta postura como strategic essentialism.52 Lo estratégico debe ser garantizado también dentro del lenguaje, en los medios de comunicación y producción, y con mayor razón cuando estos coinciden, como es el caso del contexto del software.
d) Finalmente, como corolario al esencialismo estratégico, debemos prestar atención a la deconstrucción del privilegio (social, cultural y epistémico, como consecuencia del logocentrismo y del etnocentrismo), un proceso necesario para poder abrirse a la identidad del otro e interactuar de modo paritario y democrático. Esta tarea la define Spivak como unlearn one’s privilege as one’s loss, es decir, la necesidad de des-aprender para liberarse de los prejuicios; por ende, así se cuestiona la violencia epistémica implícita en el poder tecnológico.53