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Sostenibilidad de la innovación
ОглавлениеDebido a su amplio trabajo de seguimiento y documentación de innovaciones educativas a escalas como la que propone el Fogise, se recuperan las siguientes proposiciones que Fullan construye sobre la base de su experiencia:
—Primera proposición: la sostenibilidad no se trata de prolongar innovaciones específicas, sino que ésta trata de establecer las condiciones de una mejora continua.
—Segunda proposición: la sostenibilidad no es posible a menos que los líderes escolares y los líderes de distrito estén trabajando juntos sobre la misma agenda.
—Proposición tres: no obstante la proposición dos, la sostenibilidad no es fomentada por los líderes escolares y de distrito simplemente acordando la dirección de la reforma. Cualquier acuerdo temporal debe ser continuamente puesto a prueba y extendido en el proceso de implementación en donde los líderes de escuela y distrito sean igualmente influyentes.
—Proposición cuatro: […] a pesar de identificar condiciones favorables, seguimos sin saber qué pasará cuando los liderazgos distritales cambien (Fullan, 2010: 299).
El último punto se refiere a la generación de las condiciones para que un proceso de transformación (innovador) no dependa de tal o cual liderazgo,[51] sino que éste se halle distribuido. Si a ello agregamos la consolidación del trabajo colaborativo, la construcción-procesamiento de información y la rendición de cuentas, se da forma a lo que se conoce como “comunidades de aprendizaje” o “comunidades de práctica” (communities of practice). Con todos estos elementos, Aguerrondo define una comunidad de práctica como aquella en que se tiene como objetivo:
desarrollar habilidades y la creación e intercambio de conocimiento entre sus miembros a través de una atmósfera colaborativa y trabajo en equipo […]. Estas comunidades son grupos sociales construidos con el objetivo de desarrollar conocimiento especializado, a través de intercambiar aprendizajes basados en la reflexión compartida sobre experiencias prácticas […], el proceso de aprendizaje es alcanzado a través de la participación de un grupo de individuos experimentando, de diversas maneras, con el objeto de estudio en cuestión. Este modelo demuestra que las comunidades de práctica tornan explícita la transferencia informal de conocimiento dentro de las redes dispuestas por la estructura formal y permiten el desarrollo de nuevo conocimiento por medio de experiencias compartidas. Finalmente, la identidad del grupo es empoderada cuando el aprendizaje es reforzado como un proceso compartido de participación y liderazgo [Aguerrondo, 2008: 199].
En este mismo orden de ideas y destacando el trabajo cooperativo, Fullan cita a Munby (2003) en su argumento a favor de una “cultura de co-planeación, co-enseñanza, co-evaluación, y co-entrenamiento en la escuela, donde todos son líderes de aprendizaje” (Fullan, 2010: 300).
Como alternativas antagónicas de este proceso de consolidación, tenemos lo que Aguerrondo define como proceso de burocratización y de interrupción. El primero de éstos corresponde a que la transformación es subsumida por la cultura tradicional y sus procedimientos, de tal manera que “se pierde el contenido y se mantiene sólo la forma” (Aguerrondo, 2002: 97). El segundo proceso acontece cuando se interrumpe la transformación, ya sea por razones políticas o administrativas, razones que se deben investigar para cada contexto específico.