Читать книгу Instituciones, sociedad del conocimiento y mundo del trabajo - Gonzalo Varela Petito - Страница 15
Conocimiento, aprendizaje e innovación
ОглавлениеDe acuerdo con Saviotti (1998a), las empresas y otras organizaciones necesitan conocimiento con el fin de crear innovaciones. Tal conocimiento es generado en gran número de formas, las cuales pueden ser descritas como modos o mecanismos de aprendizaje. Estos modos o mecanismos de aprendizaje varían dependiendo del tipo de conocimiento considerado y del establecimiento institucional en el cual el aprendizaje tiene lugar.
Se han identificado cuatro tipos de aprendizaje, de acuerdo con grados crecientes de interacción: 1) aprender haciendo (learning-by-doing); 2) aprender usando (learning-by-using); 3) aprender interactuando (learning-by-interacting), y 4) aprender buscando (learning-by-searching), bajo los cuales se agrupan todas las actividades dirigidas a incrementar el conocimiento con el fin de estimular la innovación (Johnson, 1992: 30-32).
Un aspecto central de todas estas formas de aprendizaje es que se nutren de las actividades rutinarias en la producción, la distribución y el consumo, constituyéndose así en importantes insumos para los procesos de innovación. Como Lundvall señala: “La experiencia cotidiana de los trabajadores, de los ingenieros de producción y de los representantes de ventas, influyen en la agenda determinando la dirección de los esfuerzos innovadores, y ello produce conocimiento y percepciones, que constituyen insumos cruciales para el proceso de innovación” (Lundvall, 1992: 9).
Si bien algunos autores utilizan el concepto de innovación refiriéndolo exclusivamente a la tecnología Lundvall y otros lo extienden de tal manera que considere los aspectos organizacionales e institucionales que influyen también en el proceso de innovación. En esta perspectiva, instituciones tales como las universidades, los laboratorios de investigación y desarrollo, los sistemas de patentes, la organización del mercado de trabajo, el sistema bancario, las oficinas de gobierno, y aun las normas, hábitos, prácticas y rutinas, ejercen importante influencia en las innovaciones y en general el sistema de innovación (Edquist y Johnson, 1997: 42-43).
En resumen se puede decir que existe una estrecha relación entre aprendizaje e innovación. Por una parte el aprendizaje —en sus distintas formas— da lugar a innovaciones tecnológicas, organizacionales y aun sociales, las cuales resultan de la nueva combinación de los conocimientos ya existentes (acumulados), de la interacción entre distintos agentes y de las actividades rutinarias en la producción, la distribución y el consumo; por la otra, la innovación sólo puede ser posible en un contexto en el que las actividades de aprendizaje, búsqueda y exploración resulten en nuevos productos, nuevas técnicas, nuevas formas de organización y nuevos mercados.
En esta perspectiva la innovación no constituye un evento o una etapa, sino más bien el proceso resultante de aprendizajes interactivos y acumulación de conocimiento, el cual puede tener lugar en muchas organizaciones sociales, particularmente en las empresas y las instituciones de educación superior (Lundvall, 1992: 9).