Читать книгу Historia crítica de la literatura chilena - Grínor Rojo - Страница 32
Obras citadas
ОглавлениеAmunátegui, Domingo. Recuerdos del Instituto Nacional. Santiago: Imprenta y Litografía Leblanc, 1941.
Concha, Jaime. Prólogo. Martín Rivas. Caracas: Ayacucho, 1977.
Egaña, María Loreto. La educación primaria popular en el siglo XIX en Chile: Una práctica de política estatal. Santiago: Dibam/LOM, 2000.
Lastarria, José Victorino. Elementos de derecho público constitucional. Santiago: Imprenta Chilena, 1848.
--------------------------. Lecciones de política positiva, profesadas en la Academia de Bellas Letras. México-París: Librería de A. Bouret e Hijo, 1875.
--------------------------. «El progreso moral». Estudios históricos. Volumen III. Santiago: Imprenta i Encuadernación Barcelona, 1909.
--------------------------. Recuerdos literarios. Santiago: Zig-Zag, 1968.
Orrego Luco, Augusto. «Don Victorino Lastarria». Retratos. Santiago: Revista Chilena, 1917.
Subercaseaux, Bernardo. «Liberalismo positivista y naturalismo en Chile (1865-1875)». Revista de Crítica Literaria Latinoamericana. N° 11. 1980, 7-27.
19 Según relata Augusto Orrego Luco (1917), las diferencias entre Lastarria y la aristocracia terrateniente local se resumían en una expresión de desprecio con la cual el escritor rancagüino habría de contestar: «–Dirán de mí los ciúticos [sic] lo que quieran, pero no podrán decir que no los he sabido bautizar… y para siempre! –agregaba riendo» (226).
20 Ver JAKSIC, Iván. Andrés Bello: la pasión por el orden. Santiago: Universitaria, 2001, 170.
21 Como afirma Lastarria en la «Advertencia» a Lecciones de política positiva profesadas en la Academia de Bellas Letras, en 1873: «No cito á los autores sino cuando copio sus palabras y al formar mi doctrina sobre el acuerdo de sus opiniones, omito las citas, por no convertir estas lecciones en un alegato forense de aquellos que, según la costumbre antigua, no tienen autoridad sino por las apostillas. En cuanto á la filosofía ó procedimiento para formar la doctrina científica de la política, sigo siempre á Augusto Comte y á los escritores que forman su escuela, valiéndose a menudo, para la comprobacion de los hechos, de la profunda observación de la sociedad moderna que se contiene en las obras de Courcelle-Seneuil, de Tocqueville y otros» (1).