Читать книгу El conde Lucanor - Infante of Castile Juan Manuel - Страница 12

ENXEMPLO V

Оглавление

Índice

De lo que contesció a un raposo con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico.

Otra vez fablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero, et dijol así:

—Patronio, un homme, que da a entender que es mi amigo, me comenzó a loar mucho, dándome a entender que había en mi muchos complimientos de honra et de poder e de muchas bondades. Et de que con estas razones me falagó cuanto pudo, moviome un pleito, que en la primera vista, segund lo que yo puedo entender, que paresce que es mi pro.

Et contó el conde a Patronio cual era el pleito quel’ movía; et como quier que parescía el pleito aprovechoso, Patronio entendió el engaño que yacía ascondido so las palabras fremosas. Et por ende dijo al conde:

—Señor conde Lucanor, sabet que este homme vos quiere engañar, dándovos a entender que el vuestro poder et el vuestro estado es mayor de cuanto es la verdat. Et para que vos podades guardar deste engaño que vos quiere facer, placerme hía que sopiésedes lo que contesció a un cuervo con un raposo.

E el conde le preguntó como fuera aquello.

—Señor conde Lucanor—dijo Patronio—, el cuervo falló una vegada un grant pedazo de queso et subió en un arbol porque pudiese comer el queso más a su guisa et sin recelo et sin embargo de ninguno. Et en cuanto el cuervo así estaba, pasó el raposo por el pié del arbol, et desque vió el queso que el cuervo tenía, comenzó a cuidar en cual manera lo podría llevar dél. Et por ende comenzó a fablar con él en esta guisa:

—Don Cuervo, muy grant tiempo ha que oí fablar de vos et de la vuestra nobleza, et de la vuestra apostura. Et como quiera que vos mucho busqué, non fué la voluntad de Dios nin la mi ventura, que vos pudiese fallar hasta agora, et agora que vos veo, entiendo que ha mucho más bien en vos de cuanto me dicían. Et porque veades que non vos lo digo por lesonja, tan bien como vos diré las aposturas que en vos entiendo, tan bien vos diré las cosas en que las gentes tienen que non sodes tan apuesto. Todas las gentes tienen que la color de las vuestras péñolas et de los ojos et del pico, et de los pies, et de las uñas, que todo es prieto, et porque la cosa prieta non es tan apuesta como la de otro color, et vos sodes todo prieto, tienen las gentes que es mengua de vuestra apostura, et non entienden como yerran en ello mucho; ca como quier que las vuestras péñolas son prietas, tan prieta et tan lucia es aquella pretura, que torna en india commo péñolas de pavón, que es la más fremosa ave del mundo; et como quier que los vuestros ojos son prietos, cuanto para ojos, mucho son más fremosas que otros ojos ningunos, ca la propiedat del ojo non es sinón ver, et porque toda cosa prieta conorta el viso para los ojos, los prietos son los mejores, et por ende son más loados los ojos de la gancela, que son más prietos que de ninguna otra animalia. Otrosí, el vuestro pico et las vuestras manos et uñas son fuertes más que ninguna ave tamaña como vos. Otrosí, en el vuestro vuelo habedes tan grant ligereza, que vos non embarga el viento de ir contra él por recio que sea, lo que otra ave non puede facer tan ligeramente como vos. Et bien tengo que, pues Dios todas las cosas face con razón, que non consintiría que, pues en todo sodes tan complido, que hobiese en vos mengua de non cantar mejor que ninguna otra ave. Et pues Dios me fizo tanta merced que vos veo, et sé que ha en vos más bien de cuanto nunca de vos oí, si yo pudiese oir de vos el vuestro canto, para siempre me ternía por de buena ventura.

Et, señor conde Lucanor, parat mientes, que maguer que la entención del raposo era para engañar al cuervo, que siempre las sus razones fueron con verdat. Et set cierto que los engaños et daños mortales siempre son los que se dicen con verdat engañosa.

Et des que el cuervo vió en cuantas maneras el raposo le alababa, et como le dicía verdat, creyó que asíl dicía verdat en todo lo al, et tovo que era su amigo, et non sospechó que lo facía por llevar dél el queso que tenía en el pico, et por las muchas buenas razones quel había oido, et por los falagos et ruegos quel ficiera porque cantase, abrió el pico para cantar. Et des que el pico fué abierto para cantar, cayó el queso en tierra, et tomolo el raposo et fuese con él, et así fincó engañado el cuervo del raposo, creyendo que había en sí más apostura et más complimiento de cuanto era la verdad.

Et vos, señor conde Lucanor, como quier que Dios vos fizo asaz mercet en todo, pues veedes que aquel homne vos quiere facer entender que habedes mayor poder et mayor honra e más bondades de cuanto vos sabedes que es la verdat, entendet que lo face por vos engañar, et guardat vos dél et faredes como homne de buen recabdo.

E al conde plogo mucho de lo que Patronio le dijo, et fízolo así. Et con su consejo fué él guardado de yerro.

Et porque entendió don Johán que este exiemplo era muy bueno, fízolo escribir en este libro, et fizo estos viesos, en que se entiende abreviadamente la entención de todo este exiemplo. Et los viesos dicen así:

Qui te alaba con lo que non es en tí

Sabe, que quiere llevar lo que has, de tí[11].

[11] De origen oriental: está entre las fábulas de Fedro; asunto divulgadísimo. Azorín lo amplificó bellamente en Los valores literarios, pág. 150.

El conde Lucanor

Подняться наверх