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Enero 20
¿En quién confías?

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“estos confían en carros y aquellos en caballos; mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria” (Salmo 20:7)

David en el salmo 20 hace una declaración de fe maravillosa: “Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; lo oirá desde sus santos cielos con la potencia salvadora de su diestra”

La potencia salvadora de su diestra. ¿Te das cuenta dónde está el verdadero poder?

No es en ti, no te desgastes más pensando que tú puedes pelear solo/a, que tú puedes avanzar solo/a. No. Es tiempo de confiar en Dios, en la potencia salvadora de su diestra. El Señor nunca ha perdido ninguna batalla.

Goliat puso su confianza en su estatura, en su armadura, en su lanza y su jabalina, pero estaba perdido, porque ese no es el verdadero poder. Si el ejército de Israel hubiera tenido confianza en Dios, no hubieran experimentado tanto temor. Por el contrario, lo hubieran vencido rápidamente si hubieran escuchado la voz de Dios.

Se necesitó de uno que si escuchó, que si confió, que si respondió y este vino, no confiando en sus fuerzas ni en su armadura, pues ni siquiera tenía una, sino en el poder de la diestra de Dios.

Antes de la batalla David sabía algo: que esa batalla no era suya sino de Dios. Él no iba en su nombre sino en el de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel.

Por lo tanto se plantó con confianza al frente del guerrero gigante y lo venció con el poder de la diestra de Dios que lanzó esa piedra justo en el único lugar donde Goliat era vulnerable.

Ellos confían en carros y aquellos en caballos, ¿pero nosotros? Nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria. Nos acordaremos de Él, cuando estemos sufriendo, nos acordaremos de Él cuando estemos en lo más fuerte de la batalla, nos acordaremos de Él cuando sintamos que nuestras fuerzas desfallecen, pero también nos acordaremos de Él cuando la victoria haya llegado y glorificaremos su Santo Nombre.

Ellos flaquean y caen. Los que han confiado en sus propias fuerzas, los que aún siguen luchando solos y han puesto su confianza en sus carros y caballos, ellos flaquean, sus fuerzas se agotan y se derrumban, pero las fuerzas de nuestro Señor nunca se agotan, por eso dice el salmista, a pesar de que aquellos flaquean y se caen, nosotros nos levantamos y estamos en pie.

Es día de tomar una decisión real que cambiará tu vida para siempre.

Es día de creer en Cristo Jesús y en el poder de su diestra.

Oración:

Señor de los cielos, hoy quiero ponerme enteramente en tus manos benditas con la confianza que me da el saber que en ti está el poder y la fuerza para vencer. Sé que hoy caminarás conmigo, experimentaré tu poder, tu compañía y tu aliento y cuando esta jornada llegue a su fin, te daré de nuevo las gracias porque has tenido cuidado de mí, tu diestra me ha protegido. Amén.

Una semilla para cada día

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