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Febrero 4
Mis ovejas

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“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27)

Ser una oveja del redil del Señor no es solamente pertenecer a un grupo de redimidos que caminan bajo el amparo de Dios. Las ovejas de este redil se han familiarizado tanto con su Pastor, que escuchan su voz cuando les habla y le siguen. Por lo tanto, siempre hacen su voluntad y Él las cuida, las protege del lobo feroz que anda merodeando alrededor para cazar a la que se quede a la deriva.

Qué privilegio más grande poder estar bajo el cuidado de un Pastor que nos defiende, nos alimenta, nos guarda en todo momento.

Por eso el creyente cada día se levanta con la seguridad de no estar solo.

Sabe que se enfrenta a un mundo rudo, desafiante y peligroso, pero siempre tiene a su lado quien lo lleva de su mano, le habla para dirigirlo y le promete seguridad y cuidado permanente.

Hoy puedes enfrentarte al mundo con tranquilidad.

Este día estás en las manos de tu amoroso Pastor quien conoce cada detalle de tu vida y sabe por dónde debes andar.

Levántate con nuevo ánimo. Emprende nuevas aventuras. Desafíate a ti mismo a lograr grandes cosas. Llénate de valor para hacer lo que hace tiempo tenías que hacer y lo estabas postergando, porque en cada segundo de este día maravilloso, tu Dios te acompaña, te respalda y te da nuevas fuerzas…… “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.

Oración:

Ser oveja de tu redil es el mayor privilegio que pueda tener como ser humano. Hoy quiero agradecerte por hacerme parte de este rebaño que camina siempre contigo, a quienes tú cuidas y que saben reconocer tu voz. Hoy quiero vivir bajo tu cuidado, bajo tu amparo, bajo tu vara y tu cayado, bajo tu dirección. Sé que contigo estoy en el lugar más seguro y soy oveja de tu propiedad. Amén.

Una semilla para cada día

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