Читать книгу El cuervo y la serpiente - Jorge Muñoz Gallardo - Страница 20
Velocidad
ОглавлениеHay una velocidad superior a la del sonido y de la luz: la velocidad del rumor. Rumores han existido siempre y la gente los espera con ansiedad, con malicia, puesto que si el río suena es porque piedras trae, y si esas piedras golpean a otro cuanto mejor, se tiene tema y entretención. Son los rumores como cuchilladas en la oscuridad, rumores blancos, negros, rojos, verdes, amarillos. Rumores hay de todos los colores, tamaños y pesos. Rumores tras las cortinas, junto a las puertas, en las calles, en las escaleras, en las oficinas, en la casa propia. El perro y el gato, el loro y el canario no rumorean, ellos ladran, maúllan, parlotean, cantan, pero el hombre rumorea. Es el rumor una acción ágil que tiene alas en los pies y la lengua envenenada. El peluquero, la secretaria, la cosmetóloga, el periodista, la bailarina, la modelo, el futbolista, la tarotista, el ginecólogo, todos rumorean. Basta con echar a correr un rumor para que se introduzca en ascensores, galerías, farmacias, restaurantes y en cualquier lugar. Ya lo dijo el soldado y político Juan Domingo Perón: “Al único general que le temo es al general rumor”.