Читать книгу Juan Rulfo en el cine - José Carlos González Boixo - Страница 16
ОглавлениеE S C E N A: 5 (IRREAL)
EXTERIOR. CALLE ABANDONADA MESÓN EDUVIGES COMALA. (NOCHE)
1 LONG GRÚA SHOT: JUANEl crepúsculo alarga las sombras cuando JUAN entra a Comala. Sus pisadas caen estruendosas sobre el empedrado de la calle solitaria. Fachadas ennegrecidas, puertas desportilladas, ventanas abiertas en casas vacías, de techos vencidos y derrumbados. JUAN camina, tratando de reconocer el pueblo soñado por su madre.VOZ DOLORITAS—“Comala... Mi pueblo, levantado sobre la llanura, como una alcancía donde hemos guardado nuestros recuerdos. Allí hallarás mi querencia, hijo. Un pueblo que huele a pan recién horneado y a miel derramada”.La voz de DOLORITAS, secreta, como si hablara consigo misma, contrasta con la desolación de la calle sin árboles, áspera y rota.JUAN (murmura)—¿A dónde me mandaste, madre?Una noche rápida y misteriosa oscurece el rostro de su hijo.VOZ DOLORITAS—“Al lugar que yo amé. Donde quisiera vivir para la eternidad”.EXTERIOR. PATIO ABANDONADO MESÓN EDUVIGES COMALA. (NOCHE)
2 MEDIUM LONG GRÚA SHOT: JUAN y EDUVIGESEnfrente está el arruinado mesón del pueblo, con el portón desprendido de su marco. Sobre el negro fondo del patio, un bulto blanco se adelanta con pasos mudos, deteniéndose en el quicio del portón. Lleva un vestido blanco muy antiguo recargado de olanes, y un rebozo también blanco, colgado de sus brazos. Del alto cuello, abotonado hasta la quijada, cuelga un cordón y un escapulario de María Santísima “REFUGIO DE PECADORES”. Su mano sarmentosa se extiende en la oscuridad, deteniendo a JUAN.EDUVIGES (queda)—¡Buenas noches! Pase usted.JUAN se acerca lentamente. El rostro arrugadito de EDUVIGES DYADA parece de marfil, su pelo blanco se aplasta sobre las sienes y mejillas marchitas.
3 FULL DOLLY SHOT: EDUVIGES y JUANConservando su distancia, EDUVIGES atraviesa el patio, seguida por JUAN, hacia la puerta del mesón.EDUVIGES—Ella no me avisó sino hasta ahora.JUAN—¿Quién... ?EDUVIGES—Doloritas. Me dijo que usted llegaría hoy.JUAN—¿Quién? ¿Mi madre?EDUVIGES—Sí. Yo soy Eduviges Dyada. Entra, Juan Preciado.JUAN, sorprendido, se detiene frente al umbral, pero EDUVIGES se voltea y con triste sonrisa, lo invita a pasar. JUAN la sigue como imantado.