Читать книгу Lecciones de economía española - José Colino Sueiras - Страница 6

Al terminar 2019, la economía española, siguiendo también en esto una pauta común europea, estaba dejando atrás definitivamente los últimos rastros de la crisis que se abrió un decenio atrás, la Gran Recesión. Desde 2013, el balance anual arrojaba cifras positivas, dibujando un ciclo expansivo que, con una intensidad u otra, hacía previsible que el cambio de década llegara con expectativas favorables. La realidad, sin embargo, ha sido radicalmente distinta. La excepcional emergencia sanitaria desencadenada por la pandemia COVID-19, causante de una crisis económica de ámbito global –y no solo enteramente global, también simultánea, afectando a unos y otros países en el mismo espacio de tiempo–, ha invertido súbitamente resultados, tendencias y previsiones. Durante 2020 un abrupto retroceso se impone por doquier, con un registro negativo del PIB de la economía mundial (-3,3 por 100), siendo muy pocos los países que no han cerrado el ejercicio en números rojos. La Eurozona también en esta ocasión es golpeada con especial intensidad (-6,6 por 100) y, dentro de ella, España, cuyo PIB conoce una fortísima caída, cercana al 11 por 100, una de las mayores entre todas las economías desarrolladas.

A mitad de 2021, un año y medio después de detectarse los primeros brotes infecciosos, la pandemia sigue dominando el escenario. El número de víctimas mortales se acerca ya a los 4 millones y el de infectados avanza rápidamente hacia los 200 millones de personas, estando aún lejos la erradicación de la enfermedad, a pesar de la inmunización de un creciente porcentaje de la población, gracias al encomiable logro de la investigación científica que supone haber contado en un plazo récord con un haz amplio de vacunas.

Convendrá, por ello, iniciar esta obra con una parte introductoria que explique la entidad de la emergencia sanitaria y su gestión, primero; sus efectos económicos, después, así como las medidas de política económica adoptadas; para terminar prestando atención a la «cobertura europea», esto es, a las actuaciones y planes que la Unión Europea está implementando en ayuda de unos y otros países.

En todo ello –hay que subrayarlo– se procede con la cautela que aconseja o, casi mejor, impone el todavía alto grado de incertidumbre. Incertidumbre sobre la evolución de la propia pandemia; incertidumbre asimismo sobre la aplicación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea; en particular de las ayudas previstas en el Plan de recuperación europeo; incertidumbre, en fin, sobre los ritmos de una recuperación que se antoja necesitada de consensos y estabilidad política. Es promisorio, en todo caso, que el proceso de vacunación esté alcanzando metas ambiciosas, con vistas a conseguir pronto la anhelada inmunidad colectiva. Desde la perspectiva económica, es un objetivo crucial: la emergencia sanitaria condiciona absolutamente el calendario de la recuperación económica. No es una metáfora gratuita: la rápida vacunación masiva es la mejor política económica mientras la pandemia subsista.