Читать книгу Diseño y ejecución de acciones comerciales en alojamientos. HOTA0308 - José Francisco del Pozo Aguilar - Страница 14

El mercado turístico está formado por la oferta y la demanda turísticas. Su funcionamiento está basado en el equilibrio entre lo que los demandantes desean consumir y lo que los oferentes producen y ponen a disposición de los demandantes. Este equilibrio indica las cantidades de productos turísticos disponibles y sus precios.

Nota

Hay que entender el mercado del turismo y la hostelería no como un lugar o lugares físicos donde se realizan los intercambios al estilo de los antiguos mercados medievales o de los actuales mercados de abastos, sino como un conjunto de actividades de oferta y demanda de productos turísticos que se ponen a disposición de los consumidores a través de diversos canales de comunicación e información.

Así pues, el mercado turístico se basa en dos pilares: oferentes y demandantes cuya ubicación geográfica da lugar a clasificar las zonas donde se encuentran en dos categorías que articulan la composición estructural de dicho mercado:

DEMANDANTES Países (zonas) EMISORES

OFERENTES Países (zonas) RECEPTORES

En el cuadro siguiente, se hace una aproximación a la estructura que presenta el mercado turístico.

Estructura del mercado turístico

Como se puede ver, los demandantes (clientes) se encuentran en las llamadas zonas emisoras y los oferentes -con sus productos turísticos- se encuentran en las zonas receptoras.

La estructura del mercado turístico emisor se apoya en unos pilares que lo conforman y sostienen:

1 Agencias de viajes: desarrollan una labor fundamental para acercar los productos turísticos de las zonas receptoras a los clientes potenciales de las zonas emisoras, gestionando y coordinando la venta y prestación de diferentes servicios, como información, transporte o alojamiento.

2 Transportes: los servicios de transporte suelen tener una gran relevancia en zonas emisoras de turistas por razones obvias de rentabilidad.

3 Medios de comunicación: sirven para la difusión y publicidad de los productos turísticos en el mercado emisor.

4 Servicios financieros: este tipo de actividad suele aparecer en los entornos donde se desarrollan actividades económicas relevantes. Ofrecen la posibilidad de adquirir productos turísticos mediante diferentes formas de financiación.

5 Seguros: es también una actividad que acompaña normalmente a la actividad emisora de turistas, proporcionando coberturas de todo tipo: accidentes, enfermedades, repatriaciones, seguro de cancelación y similares.

Los pilares básicos de la estructura del mercado turístico receptor serían los siguientes:

1 Recursos: tanto naturales como obras artificiales puestas en valor como reclamo turístico. Recursos pueden ser desde el “sol y playa” hasta los parques temáticos y de diversión que hay en diversos países, pasando por maravillas naturales o ciudades monumentales y museos artísticos.

2 Infraestructuras: sobre las que descansa el desarrollo de las actividades turísticas. Aquí cabe mencionar sobre todo las infraestructuras para el transporte y para el alojamiento.

3 Servicios turísticos: que ayudan a incentivar la recepción de turistas o son consecuencia de ella. La variedad es amplia: restaurantes, bares, comercios, medios de transporte locales, servicios sanitarios y de seguridad, información turística, oferta de ocio y animación, agencias de viajes receptivas y otros similares.

La actividad turística ha tenido en las últimas décadas un incremento constante y extraordinario como consecuencia del aumento del tiempo libre y del aumento de la renta disponible de la población propiciado básicamente por el desarrollo tecnológico en las sociedades de consumo de los países desarrollados.

Recuerde

Las dos columnas principales del mercado turístico son las actividades emisoras y las receptoras.

Esta actividad turística presenta un mapa de focos y flujos turísticos entre zonas emisoras y receptoras que, en general, reproduce con fidelidad el mapa de los desequilibrios socioeconómicos interregionales, tanto entre países como entre zonas dentro de un mismo país. Mientras los países o zonas desarrolladas constituyen normalmente los focos emisores de turistas, las menos desarrolladas suelen ser destinos apetecibles para dichos turistas, sobre todo si disponen de recursos turísticos naturales que ofrecer.

Por otro lado, gracias, entre otros fenómenos socioeconómicos, al efecto impulsor del desarrollo social y económico que genera la actividad turística, se ha asistido también en las últimas décadas a la aparición de capacidad emisora de turistas en zonas o países tradicionalmente receptores.

Nota

Este es en parte es el caso de España como país o Andalucía y Canarias como regiones, donde, aunque sigue predominando la actividad receptiva, hace tiempo que vienen comportándose como importantes emisores de turistas.

En definitiva, no se podría hacer una clasificación, entre emisoras y receptoras, de las distintas zonas o países del mundo, dado que en la mayoría de ellas coexisten las dos condiciones, siendo en unas la actividad emisora la más relevante y, en otras, la receptora. Aquí cabría poner los ejemplos de Francia y Estados Unidos que, siendo países desarrollados y fuertes emisores, son los dos países que más recepción de turistas tienen en el mundo.

Por otro lado, hay hechos que pueden distorsionar cualquier intento de catalogación de zonas emisoras o receptoras, de una temporada a otra, como la posibilidad de catástrofes naturales, conflictos armados, inestabilidad política o conflictos sociales severos. Estos hechos unas veces cambian el parecer de los demandantes de turismo y otras veces imposibilitan físicamente los desplazamientos.

Ejemplo

Una zona como el Norte de África, tradicionalmente receptora de turismo, debido a los conflictos sociales que ha vivido en 2010 y 2011, ha visto prácticamente desaparecer el flujo turístico hacia su territorio.