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Capítulo III
Almas perdidas familiares

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La mayoría de las almas perdidas que suelen ejercer actos de influencia sobre las personas vivas son almas de familiares difuntos. Entre las almas perdidas familiares incluimos también a amigos y conocidos, como compañeros de trabajo o de estudio, con los cuales hemos tenido algún tipo de relación o afinidad. La familiaridad en el vínculo favorece que un alma perdida se adhiera primero y luego invada el campo vibratorio o el aura de una persona. Ya hemos dicho que donde hay un vínculo hay cordones energéticos que nos unen con otras personas y que estos cordones no se deshacen con la muerte. Además, es posible que la energía del alma perdida haya invadido el campo vibratorio de la persona incluso antes de morir. Esto es particularmente sencillo cuando se trata de niños que todavía no tienen formado su campo de protección. Consciente o inconscientemente, un adulto puede invadir el campo vibratorio de un niño con mucha facilidad; es suficiente con no respetar al niño en su integridad para hacerlo. Un niño no tiene forma de defenderse de esta invasión. De modo que al morir el adulto, sea quien sea, parte de su energía ya está en el aura del niño, lo cual facilita su adherencia y permanencia. Aquí no hay necesidad de un trauma previo, aunque la invasión psíquica ya es un trauma de por sí.

Un alma perdida familiar puede quedarse, entre otras cosas, porque necesita comunicar algo importante a la familia, porque quiere ver crecer al nieto que no conoció, porque se trata de una mamá que murió joven y quiere cuidar a sus hijos, porque quiere seguir manejando los asuntos o el negocio familiar, porque tiene miedo de que despilfarren su fortuna o por razones egoístas. En ocasiones, es la propia persona quien le pide al alma del difunto que no se vaya. Un niño, al morir su abuelo, puede decirle “abuelito, no te vayas, no me dejes” y una mujer, al morir su amante, puede implorarle “no me abandones ahora, no me dejes sola”. La fuerza psíquica de estos ruegos es tan poderosa que el alma se queda efectivamente acompañando a la persona viva retenida por esos lazos invisibles. Algunas personas saben positivamente que esto es así por cuanto sienten a su lado la presencia del ser querido que ya ha partido.

Una señal de que un alma perdida familiar se ha quedado aquí, en el plano físico, es cuando una persona se enferma o presenta los mismos síntomas que tenía el difunto luego de la muerte de éste. Si un niño, en perfecto estado de salud, desarrolla asma o espasmos bronquiales luego de la partida de su abuela asmática, es casi seguro de que ello se debe a la presencia efectiva de la abuela en el campo vibratorio del niño.

Recuerdo el caso de una mujer joven que me consultara inicialmente por su temor a rendir exámenes. En una de las sesiones, me comentó una fobia particular que tenía y que no estaba relacionada con el motivo de consulta original. Esta mujer no podía permanecer en un baño con la puerta cerrada. Apenas ingresaba al baño la acometía una profunda angustia, se sofocaba y tenía una sensación de muerte inminente. Cuando se encontraba en su casa, tomaba duchas rápidas y siempre dejaba la puerta abierta. Esta fobia se convertía en un trastorno serio cuando se encontraba en lugares públicos. En la universidad, lo solucionaba pidiéndole a alguna de sus amigas que custodiara la puerta abierta mientras ella ingresaba al baño. ¿Cuándo comenzó la fobia? Cinco años antes de consultarme, luego del fallecimiento de una tía. ¿Cómo falleció la tía? De un ataque cardíaco mientras se duchaba. La tía fallecida se quedó con su sobrina y ésta experimentaba la angustia, el sofoco y el ahogo que el alma de la tía revivía cada vez que la paciente ingresaba al baño. Luego de la sesión en la cual la tía se retiró para ir a la Luz, desapareció la fobia en la paciente.

Seguidamente, comenzaremos con las historias, donde veremos en acción a algunas almas perdidas. Presten atención al relato de estos seres porque aquí conocerán por sus propios dichos los motivos que tienen para quedarse, sabrán de las vicisitudes por las cuales suelen pasar, como así también tendrán una descripción detallada de la forma como influencian en la vida de las personas. Aprenderán, además, cómo es la vivencia íntima del proceso intrínseco de la muerte, algo que desde la posición de observador exterior es imposible imaginar o entrever.

Terapia de la posesión espiritual

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