Читать книгу Salud y asistencia sanitaria en España en tiempos de pandemia covid-19 - Juan Carlos Alvarez Cortes - Страница 157

Como hemos visto, nuestro sistema de salud se organiza en tres niveles de actuación:

– Un nivel local, gestionado por las corporaciones locales, enmarcado en la gestión de la salud pública relacionada con el control sanitario con las actividades relacionadas con las competencias municipales atribuidas por la Ley de Bases de Régimen Local.

– Un nivel regional, en el que las comunidades autónomas gestionan subsistemas regionales de Salud manifestándose como fundamentales proveedores de los servicios sanitarios.

– Un nivel estatal, gestionado por el Ministerio de Sanidad, con un papel destacado en la vigilancia de la salud pública y la coordinación.

Ciertamente la pandemia provocada por el COVID-19, ha puesto de manifiesto la suficiencia gestora de las corporaciones locales en su ámbito de gestión, la existencia de algunas deficiencias gestoras, en gran medida tributarias del fracaso de la coordinación estatal y de algunas de sus políticas y, por último, la insuficiencia de recursos del Estado para ejercer sus competencias. Así se ha evidenciado el fracaso de la asunción del mando único sanitario por el Ministerio de Sanidad por la insuficiencia de sus estructuras gestoras para hacer frente a la primera ola de la pandemia, frente a una gestión más razonable de la gestión de la segunda y tercera ola a través de la co-gobernanza.

La crisis sanitaria ha puesto de manifiesto entre otras muchas deficiencias, han puesto de manifiesto algunas de las deficiencias de gestión como la ausencia de una política eficiente de recursos humanos, la ausencia de una política eficiente de contratación pública; la necesidad de reforzar la atención primaria; y la necesidad de reforzar los instrumentos de vigilancia de la salud pública; y por último un fracaso colateral, la insuficiencia de una política de prevención y asistencia sanitaria en las residencias de mayores.

A mi juicio, una de las lecciones que se debe aprender de las consecuencias de la crisis sanitaria derivada del COVID-19, es que estructuralmente nuestro sistema de gestión de la sanidad resulta válido si bien hay que reforzar sus estructuras, en los siguientes términos: