Читать книгу Jorge María Salvaire, CM - Juan Guillermo Durand - Страница 11

1. De Francia a la Argentina

Оглавление

Salvaire nació en la ciudad de Castres, diócesis de Albi, departamento de Tarn (Francia), el 6 de enero de 1847. Fueron sus padres, Félix Salvaire, profesor de literatura y español, hombre de fortuna y prestigio en su medio social; y María Vázquez, de nacionalidad española, oriunda de Cádiz. Al ser bautizado recibió el nombre de André Louis George Marie, aunque más tarde prefirió simplificarlo, firmando Jorge María5. Tuvo cinco hermanos: Eduardo, Pablo, Celina, Filomena y Julio.

En lo referente a su infancia y adolescencia, según confesión de una sobrina nieta, Marguerite Salvaire de Josse, es un período que permanece desconocido, hasta que ingresa al seminario. Y señala: «No se puede sino imaginar su infancia. Nacido en una casa burguesa de Castres, sus primeros años han debido transcurrir estudiosos y ordenados, en el seno de una familia numerosa, pudiente y muy cristiana, en esta pequeña ciudad de provincia, semejante a tantas otras...; y donde lo pintoresco se halla sobre todo en los alrededores, en lo que nosotros llamamos el “Sidobre”, región muy particular, única en Francia, [según] se dice...»6. Además agrega un dato interesante que pone de manifiesto el particular afecto del padre a este hijo, por cierto recíproco:

[Traducción] “Su padre, rico propietario, Profesor de Español, tenía lo que llamamos un «libro de memorias», especie de diario, en el que, cotidianamente, el jefe de familia consigna los gastos, las entradas de dinero, y los acontecimientos que conciernen a la vida familiar, y, algunas veces a la vida exterior. Allí he podido encontrar los párrafos siguientes: «24 de abril de 1868. He extraído la suerte para mi hijo Jorge [respecto al servicio militar] y he sacado el Nº 111. Para formar el contingente, ¿se tendrá en cuenta esta cifra? Es probable. Sea lo que fuere, prefiero verlo soldado en la milicia santa, que en la lid de un campo de batalla. Jorge es, yo creo, llamado realmente a servir a Dios en el Santo Ministerio; y yo hago los votos más sinceros para que persevere en su vocación; tal es el propósito esencial, la intención bien manifiesta de mis oraciones de todos los días; y lo repito prefiero que caiga bajo la espada del martirio, y no bajo el fusil del enemigo. Sin duda mi corazón se quebrantará cuando lo vea partir hacia el Extremo Oriente; la naturaleza tiene sus derechos que no se pueden prescribir jamás. Pero Dios, que devuelve la fuerza a los ánimos más decaídos, me dará bastante energía, en mi resignación, para poderle decir, sin consulta intención: Mi Dios, vos lo queréis así: ¡que vuestra voluntad sea cumplida!»”7.

A los diez y nueve años el joven Salvaire decide abrazar la vida religiosa en la Congregación de la Misión (lazaristas, vicentinos), fundada por San Vicente de Paúl a mediados del siglo XVII, donde contaba ya con un primo sacerdote. Para lo cual se dirigió a París, a la Casa Central, siendo admitido en el noviciado por el P. Juan Bautista Etiènne, Superior General, el 18 de junio de 1866. De allí en más, durante cinco años cursó con particular empeño los estudios correspondientes de filosofía, teología y demás disciplinas eclesiásticas, que completó con cursos de dibujo, música y canto8. Distinguiéndose por su aplicación a los mismos y por una devoción cada vez más acendrada a la Virgen Inmaculada, “cuyo amor siempre lo había cautivado y aprisionado”9. Dos años después del ingreso al noviciado, el 26 de julio de 1868, emitió los votos solemnes, pasando a formar definitivamente parte de la Comunidad Vicentina; recibiendo la tonsura y las órdenes menores, el 22 de mayo de 1869; y el subdiaconado, el 16 de junio de 187010.

En agosto de aquel mismo año, a raíz del inminente sitio de París por parte de las tropas alemanas enviadas por Bismarck, y ante el peligro que los seminaristas fueran militarizados para defender la ciudad, los superiores de San Lázaro resolvieron por seguridad dispersar a los estudiantes en diversas casas del interior, tocándole al joven Salvaire, junto con otros compañeros, viajar a Evreux, sede de la diócesis del mismo nombre, en cuyo seminario conciliar ‒a cargo de la Congregación de la Misión‒ fueron acogidos por un tiempo. Este fue el modo de asegurarle a todo el grupo la continuidad de los estudios, y a él, en concreto, el recibir a la brevedad el orden sagrado. Fue así que en la Iglesia del mismo Seminario pudo ser ordenado diácono por el obispo de Evreux, monseñor J. Grolleau, en diciembre de 1870; y de presbítero, el 4 de junio de 1871, celebrando al día siguiente su primera misa en el altar de San Vicente.


Iglesia de la Casa San Vicente de Paul en París dónde se formó el P. Salvaire.

Desde ese momento nada se sabe con certeza sobre los pasos seguidos por el joven sacerdote. Es posible que se haya quedado un tiempo en el seminario de Evreux, colaborando tal vez en la docencia. Pero pronto regresó a París, siendo de inmediato destinado como misionero a la Argentina, donde por entonces se abría un vastísimo campo de acción apostólica a los vicentinos, quienes se habían instalado en la Capital, en la calle Cochabamba, en septiembre de 1859, contando ahora con la atención de las capellanías de los Hospitales Francés y San José, las iglesias del Sagrado Corazón y las Victorias, el Colegio San Luis Rey de Francia y la dirección de las Hijas de la Caridad (vicentinas).

Jorge María Salvaire, CM

Подняться наверх