Читать книгу Estudios en homenaje al profesor Luis María Cazorla Prieto - Luis Cazorla González-Serrano - Страница 11
IV. LETRADO DE COMISIÓN: HACIENDA, EXTERIORES, CULTURA, DEFENSA…
ОглавлениеEl 31 de septiembre de 1988, Cazorla dejó la Secretaría General. Pero en los más de treinta años que han trascurrido desde entonces, ha seguido en activo sin interrupción, sin perjuicio de compaginarlo con tantas otras condiciones que este libro refleja, tal y como ha ido recogiendo su propio expediente en las Cortes: Abogado, Catedrático, miembro del Consejo de Redacción de Thomson Aranzadi, Vicepresidente del Comité Olímpico Español, Secretario de Bolsas y Mercados Españoles, Académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, Presidente de la Fundación Pro Real Academia, …
En las Cortes, como “Letrado de Comisión” (en la terminología canónica, “Asesor jurídico Parlamentario de la Unidad de Asesoramiento Parlamentario dentro de la Dirección de Comisiones de la Secretaria General del Congreso de los Diputados”). Ejerciendo lo más propio y característico del oficio de un Letrado de las Cortes, tal y como establece el artículo 45 del Reglamento del Congreso (y en idéntico sentido el artículo 68 del Reglamento del Senado): “los Letrados prestarán en las Comisiones y respecto de sus Mesas y Ponencias, el asesoramiento técnico jurídico necesario para el cumplimiento de las tareas a aquéllas encomendadas, y redactarán sus correspondientes informes y dictámenes, recogiendo los acuerdos adoptados”.
Y tres décadas han dado, ciertamente, para asesorar mucho. Cazorla ha sido largos años Letrado de la Comisión de Economía y Hacienda, pero también de otras Comisiones de particular relevancia, como la de Asuntos Exteriores, Cultura, Deporte o Defensa, que es la Comisión a la que asesora actualmente. En todas ellas ha sumado a la autoridad y prestigio de quien ha ejercido las máximas responsabilidades en las Cortes, no solo la solidez del jurista de criterio máximamente respetado, sino, más aún, la ascendencia de una personalidad que, por formación, vocación y trayectoria, se ha desplegado en una infinidad de direcciones, desde la historia, la economía, el lenguaje o la política institucional, hasta la novela o el cuento.
Ello le ha proporcionado siempre el respeto y el reconocimiento de los Diputados, como han testimoniado los Presidentes de sus Comisiones y personajes tan relevantes del parlamentarismo español de estos años, de todas las adscripciones políticas, como Luis Fajardo, Antonio Gutiérrez, Ubaldo Nieto, Francisco Fernández Ordoñez, o Jaime García Añoveros. Y ello se ha reflejado incluso en los Diarios de Sesiones, en los que consta una larga relación de felicitaciones y agradecimientos, de las que mencionaré algunas, a modo de ejemplo; especialmente sobre escenas parlamentarias relacionadas con algunos de los temas que han ocupado repetidamente las preocupaciones y trabajos intelectuales de Luis María Cazorla.
En primer lugar, el reconocimiento del desvelo de Cazorla por la técnica legislativa, que, por ejemplo, ha dado lugar al “agradecimiento por la labor que lleva a cabo el Letrado en favor de la mejora de la técnica legislativa en los distintos proyectos de ley que son sometidos a la aprobación de la Comisión”, tal y como consta en el Informe de 11 de junio de 1997 de la Ponencia constituida en el seno de la Comisión de Economía, Comercio y Hacienda, con motivo de la modificación de la Ley de Haciendas Locales (BOCD, A-55, de 24 de junio de 1997).
En segundo lugar, la llamativa multiplicidad de ocasiones en las que en las sesiones de Comisión y Pleno se han traído a colación sus observaciones críticas sobre esa figura horrenda que han sido las leyes de acompañamiento presupuestario, hoy ampliadas hasta la nausea por la acumulación de una variedad insufrible de leyes ómnibus, que, para mayor desdicha, están siendo sustituidas incluso por una profusión de decretos-leyes ómnibus absolutamente descontrolada. Como testimonio de ello puede verse, por ejemplo, el Diario de Sesiones del Pleno núm. 130, de 23 de diciembre de 1997, en el que Cazorla aparece, junto al ex Presidente del Tribunal Constitucional Álvaro Rodríguez Bereijo, y a recurrentes Informes del Consejo de Estado, como cita de autoridad contra la práctica de las leyes de acompañamiento, en este caso, ante la Ley de Medidas Fiscales, Administrativas, y del Orden Social, de acompañamiento a la Ley de Presupuestos para 1998. (pág. 6833). En otro Diario de Sesiones plenarias, núm. 188, de 27 de octubre de 1998, pág. 10064, en la que se debatió de totalidad el proyecto de la Ley de Acompañamiento del año siguiente, el Diputado Ríos Martínez llega a reclamar al Ministro Rato Figaredo que se lea el libro de Cazorla sobre la materia15. Y en las enmiendas a dicho proyecto, publicadas en el BOCD A-142-2, de 22 de octubre de 1998, Izquierda Unida trae a colación incluso un anterior Informe de Cazorla elaborado ya respecto del Proyecto de Ley de medidas para 1996.
Finalmente, mencionaré una alusión particularmente extensa a Cazorla en el debate en Pleno de una Moción del Grupo Mixto contra el fraude fiscal y sobre la actuación de la Agencia Tributaria, sustanciada en el Pleno núm. 203, de 15 de diciembre de 1998, en la que el orador (Joan Saura Laporta) dice lo siguiente (pág. 10999), refiriéndose a un artículo que Cazorla había publicado el 11 de diciembre en el diario El País (“La Agencia Tributaria, ¿punto final o punto y aparte?”):
“La semana pasada, una persona que está ligada a esta Cámara, no como diputado, hacía un artículo en un medio de comunicación que decía que uno de los problemas de la Agencia Tributaria era que se iba aislando de la sociedad, del Parlamento, y que a menudo era difícil que lucharan contra el fraude fiscal. Coincido con este diagnóstico así como con la necesidad de parlamentarizar el control de la Agencia Tributaria, y eso significa dos cosas: que el Gobierno proporcione información y que ésta de verdad facilite el control de las diputadas y diputados sobre el funcionamiento de la Agencia. Este es el sentido de nuestra moción. Hay siete puntos, el primero es para constatar que existe una crisis y que se tomen medidas, y los otros seis van en relación a las cesiones de crédito del Banco de Santander, a la modificación del delito fiscal o a la información y a la transparencia que la Agencia determina. Si se aprobara, estoy seguro de que se iba a dar un paso importante para impulsar y fomentar desde el Parlamento una mayor eficacia en la lucha contra el fraude fiscal”.
Como curiosidad, simpática pero no menos reveladora, añadiré, para terminar, las bromas que refleja, entre risas, el Diario de Sesiones de la Comisión de Economía, Comercio y Hacienda de 9 de junio de 1998, en el que, con motivo de designarse los nombres de comparecientes expertos para ilustrar a la Comisión sobre la posible reforma del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, el Presidente Fernández de Troconiz se pregunta cómo no figura en la relación la comparecencia de nuestro “Catedrático de Burgos”, respondiendo Cazorla que él ya está comparecido y apostillando el portavoz socialista, Angel Martínez Sanjuan, que “sus conocimientos los tenemos muy cercanos”. Todo lo cual da idea no solo de su ascendiente, sino también del buen ambiente de la Comisión con su Letrado y de una aportación no menos importante en el trabajo de un Letrado, como es la contribuir –en lo posible– a que ese sea el ambiente de trabajo de la Comisión, con independencia de las evidentes diferencias políticas.