Читать книгу 100 años de periodismo en el Perú - María Mendoza Micholot - Страница 18
3. El avance de las comunicaciones
ОглавлениеDiversos e importantes inventos se dieron en el mundo durante el siglo XIX, y sobre todo en el período comprendido entre 1848 y 1875, denominado por Eric Hobsbawm “la era del capital” (Mc Evoy 2007: 33). El ferrocarril, el telégrafo y el barco a vapor redujeron las distancias y promovieron la producción masiva.
En el campo de la prensa, contribuyeron a que la información llegara a confines antes inimaginados el daguerrotipo (1839), la línea telegráfica (1844), las agencias de noticias (1848), las rotativas (1849), el cable submarino (1851), el cable trasatlántico (1866), la máquina de escribir (1867) y el teléfono (1875), a los que se sumarían después la película fotográfica (1884), la linotipia (1884), la monotipia (1887), la radiotelegrafía o telegrafía sin hilos (1894), el cinematógrafo (1895) y el teletipo (1897). Grandes inventos, cuya administración estuvo a cargo de manos privadas, salvo excepciones, como la del telégrafo.
Gran parte de estos avances, que se vivieron intensamente en Latinoamérica, coincidieron en el Perú con los gobiernos que van desde Ramón Castilla hasta José Balta, lapso que Basadre denomina “la prosperidad falaz”. Es decir, el período en que una vanguardia político-intelectual de peruanos intentó “llevar al país a la tierra prometida del progreso nacional y de la institucionalidad” pero que, irónicamente, culminó con la bancarrota fiscal en 1875 (Mc Evoy 2007: 32).
Algunas innovaciones se aplicaron tardíamente en el Perú, pero otras fueron precursoras en Sudamérica, como el ferrocarril que convirtió al país en el primero en contar con una línea férrea (de Lima al Callao).
Esa renovación tecnológica se basó en un principio básico: cómo llegar más rápido, de manera más barata y con un mayor alcance. Y, en el caso de los diarios, significó aumentar tirajes, abaratar costos de producción, disminuir precios de venta y ampliar cobertura (Bordería et al. 1998: 327).
Desde el poder se reconoció la necesidad de agilizar las comunicaciones en el Perú, así como el potencial de estas en el juego político. Los procesos electorales de la década de 1870 pusieron en evidencia el papel clave cumplido por el correo y el telégrafo en la aplicación de estrategias de propaganda política y consolidación de alianzas partidarias.