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Respuesta activa y constructiva

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Es extraño, pero la terapia conyugal por lo general consiste en enseñar a la pareja a pelear mejor. Esto puede convertir una relación intolerable en otra apenas tolerable. No está nada mal. Sin embargo, la psicología positiva está más interesada en convertir una buena relación en otra excelente. Shelly Gable, profesora de psicología de la Universidad de California en Santa Bárbara, ha demostrado que la forma de celebrar predice mejor las relaciones fuertes y sólidas que la forma de pelear.16 Las personas que amamos a menudo nos cuentan de una victoria, un triunfo y de cosas buenas menos importantes que les suceden. La manera como respondemos puede mejorar la relación o debilitarla. Hay cuatro formas básicas de responder y sólo una de ellas mejora las relaciones:

Respuesta activa y constructiva

Esta tabla ilustra dos ejemplos de los cuatro estilos

TU PAREJA COMPARTE UN ACONTECIMIENTO POSITIVO TIPO DE RESPUESTA TU RESPUESTA
“¡Me ascendieron y me dieron un aumento de sueldo en el trabajo!” Activa y constructiva “¡Excelente! Estoy muy orgulloso de ti. Sé que este ascenso era muy importante para ti. Cuéntame lo que pasó con todos los detalles. ¿Dónde estabas cuando tu jefe te dio la noticia? ¿Qué te dijo? ¿Cómo reaccionaste? Tenemos que salir a celebrar.” No verbal: mantener contacto visual, manifestaciones de emociones positivas, como sonrisa sincera, caricias, risas.
Pasiva y constructiva “¡Qué buena noticia! Te lo mereces.” No verbal: expresión emocional activa ausente o muy poca.
Activa y destructiva “Parece que tendrás que asumir mucha responsabilidad. ¿Ahora vas a pasar menos noches en casa?” No verbal: manifestaciones de emociones negativas, como fruncir el ceño, hacer gestos de desaprobación.
Pasiva y destructiva “¿Qué vamos a cenar?” No verbal: y destructiva contacto visual escaso o inexistente, darse media vuelta, salir de la habitación.
“¡Me acabo de ganar quinientos dólares en una rifa de beneficencia!” Activa y constructiva “¡Vaya, qué suerte! ¿Te vas a comprar algo bonito? ¿Cómo compraste ese boleto? ¿Verdad que se siente increíble ganar algo?” No verbal: mantener contacto visual, manifestaciones de emociones positivas.
Pasiva y constructiva “Qué bien.” No verbal: expresión emocional escasa o inexistente.
Activa y destructiva “Apuesto a que vas a tener que pagar impuestos sobre el premio. Yo nunca gano nada.” No verbal: manifestaciones de emociones negativas.
Pasiva y destructiva “Tuve un mal día en el trabajo hoy.” No verbal: poco contacto visual, alejarse.

Respuesta activa y constructiva

Ésta es tu tarea para la semana: escucha atentamente cada vez que alguien que quieres te cuente algo bueno que le sucedió. Haz lo posible por responder de manera activa y constructiva. Pide a la persona que te cuente los detalles del acontecimiento; cuanto más tiempo pase contando todo lo que pasó, mejor. Dedica mucho tiempo a responder. (No es bueno ser lacónico.) Busca buenos acontecimientos durante toda la semana y anótalos por la noche de la siguiente manera:

ACONTECIMIENTO DEL OTRO MI RESPUESTA (AL PIE DE LA LETRA) LA RESPUESTA DEL OTRO A MÍ

Si te parece que no eres muy hábil para esto, planea. Anota algunos acontecimientos positivos concretos que te hayan contado últimamente. Escribe cómo debiste haber respondido. Cuando despiertes por la mañana, dedica cinco minutos a visualizar con quiénes te toparás ese día y las cosas buenas que probablemente te contarán sobre ellos. Planea tu respuesta activa y constructiva. Usa variantes de estas respuestas activas y constructivas a lo largo de la semana.

A diferencia de luchar contra la montaña, esta técnica se automantiene. Sin embargo, no es algo que se nos dé naturalmente a muchos de nosotros y por eso necesitamos practicarla con diligencia hasta que se vuelva un hábito. Me encantó ver a mi hijo Darryl, de dieciséis años, sentado en la primera fila de un taller que impartí en Berlín en julio de 2010. Finalmente tenía una oportunidad de mostrarle a Darryl lo que hago para ganarme la vida, aparte de sentarme frente a mi computadora a escribir y jugar bridge. En la primera hora, asigné a los seiscientos participantes el ejercicio de respuesta activa y constructiva, dividiéndolos en parejas donde la persona A presentaba un acontecimiento bueno y la persona B respondía, y luego se invertían los papeles. Noté que Darryl buscó a un extraño y también hizo el ejercicio.

Al día siguiente, toda la familia fue al enorme mercado de pulgas en Tiergarten. Nos dispersamos y compramos varias chucherías y algunos recuerdos de nuestro viaje por Europa Oriental. Mis dos hijas pequeñas, Carly, de nueve años, y Jenny, de seis, estaban muy emocionadas con esta aventura y corrieron de puesto en puesto. Fue un día caluroso como nunca en Berlín (¡más de treinta y ocho grados!) y pronto nos quedamos sin aliento y sin dinero, por lo que nos reagrupamos y fuimos en busca de aire acondicionado y café helado al café más cercano. Carly y Jenny lucían diademas doradas hechas de plástico con incrustaciones de pedrería.

–Las conseguimos por trece euros —anunció Carly con orgullo.

–¿No regatearon? —respondí sin pensar.

–Pero bueno, ¡qué excelente ejemplo de una respuesta activa y destructiva, papá! —comentó Darryl.

Así que, como verás, sigo practicando, con mucha ayuda.

Sin embargo, una vez que empieces a hacerlo, le simpatizarás más a otras personas y pasarán más tiempo contigo; además, compartirán contigo más detalles íntimos de su vida. Te sentirás mejor contigo misma y todo esto fortalecerá la habilidad para responder de manera activa y constructiva.

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