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Ingredientes de la psicología positiva aplicada

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Contenido aplicable intelectualmente estimulante

Para enseñar a estos estudiantes, reunimos a los profesores líderes en psicología positiva del mundo. Ellos, como los estudiantes, vinieron a Filadelfia para el festín intelectual mensual. Barbara Fredrickson, la genio de laboratorio de la psicología positiva8 y ganadora del primer premio Templeton de 100,000 dólares por investigación en psicología positiva, es una perenne introductora de la “semana de inmersión”, los cinco días de septiembre que dura la introducción a la disciplina. El contenido de la disciplina de la psicología positiva es el primer ingrediente en la alquimia que es la magia del MPPA.

Barb comenzó por detallar su teoría de “aumentar y construir” la emoción positiva.9 A diferencia de las emociones negativas, que identifican, aíslan y combaten irritantes externos, las emociones positivas aumentan y construyen recursos psicológicos importantes que luego podemos utilizar en la vida. Así que cuando nos enriquecemos con una conversación con nuestro mejor amigo, estamos sentando las bases de las habilidades sociales que utilizaremos el resto de la vida. Cuando un niño siente alegría en el juego rudo construye la coordinación motora que le servirá en los deportes escolares. La emoción positiva es más que sentir cosas agradables; es una señal de neón de que el crecimiento se está dando, de que el capital psicológico se acumula.

–Éste es nuestro descubrimiento más reciente —explicó Barb a los treinta y cinco estudiantes y cinco profesores, todos sentados en la orilla del asiento–. Vamos a empresas y transcribimos cada palabra que se dice en sus reuniones de trabajo. Hemos hecho esto en sesenta compañías. Un tercio de las compañías florecen económicamente, un tercio va bien y un tercio va mal. Codificamos cada oración para buscar palabras positivas o negativas y luego hacemos un balance de afirmaciones positivas y negativas.

”Hay una línea divisoria muy notable —continuó Barb—. Las compañías con una razón mejor que 2.9:1 de afirmaciones positivas a negativas florecen.10 Por debajo de esa proporción, a las compañías no les va muy bien económicamente. Llamamos a esto ‘la proporción Losada’,11 por mi colega brasileño Marcel Losada, que descubrió este hecho.

”Pero no desborden positividad. La vida es un barco con velas y timón. Por encima de 13:1, sin un timón negativo, las velas positivas ondean sin dirección y se pierde toda credibilidad”.

–Espera un momento —objetó Dave Shearon con su discreto acento de Tennessee. Dave, abogado y estudiante nuevo, es director del programa educativo del Colegio de Abogados de Tennessee–. Nosotros los abogados peleamos todo el día. Apuesto a que nuestras proporciones son muy negativas; tal vez de 1:3. Es la naturaleza misma de la litigación. ¿Estás diciendo que debemos obligarnos a pasar un día diciendo zalamerías?

–Una proporción Losada negativa puede contribuir a la eficacia de un abogado —contestó Barb—, pero puede tener un gran costo personal. El derecho es la profesión con mayor índice de depresión, suicidio y divorcio.12 Si tus colegas llevan esa proporción a casa, están en problemas. John Gottman computó la misma estadística13 al escuchar conversaciones de parejas durante fines de semana completos. Una proporción de 2.9:1 significa que vas camino del divorcio. Necesitas una proporción de 5:1 para predecir un matrimonio sólido y amoroso: cinco enunciados positivos por cada comentario crítico que le haces a tu pareja. Un hábito de 1:3 en una pareja es una catástrofe irreparable.

Una de los estudiantes me confesó después:

–Aunque Barb hablaba de equipos de trabajo, lo único en lo que pude pensar fue en mi “equipo” en casa: mi familia. Los ojos se me llenaron de lágrimas cuando habló, porque me di cuenta de inmediato de que tengo una proporción de 1:1 con mi hijo mayor. Hemos caído en una dinámica en la que lo único en lo que me concentro es lo que él no hace bien en lugar de lo que hace bien. Mientras Barb hablaba, lo único que veía en mi mente era una película que trataba de llevar una relación amorosa de al menos 5:1, yuxtapuesta al intercambio tenso que tengo a diario con mi hijo de dieciséis años. De verdad quería guardar mis libros y dirigirme a casa, porque Barb me dio una idea sobre cómo manejar las cosas de forma diferente. Me imaginé comenzando conversaciones con un elogio genuino y algo ligero, seguido de algo sobre el trabajo escolar, la velocidad al conducir o algo que fuera a criticar. Quería ir a casa a intentar hacer las cosas bien.

Hace poco pregunté a esta estudiante por el resultado.

–Ahora tiene veinte años —me respondió— y la relación es mejor que nunca. La proporción positiva la saneó.

Y no son sólo los estudiantes que cambiaron sus vidas a partir de las cátedras.

“¡Papaaaaaá!, ¿me puedes llevar a casa de Alexis? Es importante. Por favoooooooor”, me ruega mi hija Nikki de catorce años. En Authentic Happiness relaté un intercambio significativo que tuve poco después de su quinto cumpleaños, mientras trabajábamos en el jardín. En ese entonces, me reprendió por decirle a gritos que se pusiera a trabajar. Era quejumbrosa, explicó entonces, pero había resuelto cambiar su forma de ser cuando cumplió cinco años. “Fue lo más difícil que he hecho”, comentó con orgullo, “y si puedo dejar de quejarme, puedes tú dejar de ser tan gruñón.”

La psicología positiva surgió de lo que Nikki me dijo. Me di cuenta de que había sido gruñón cincuenta años, que la crianza de mis hijos había sido para mí corregir debilidades en lugar de construir fortalezas y que la profesión de la psicología, que recién había escogido liderar, había tratado exclusivamente de eliminar las condiciones incapacitantes en lugar de crear las condiciones habilitadoras que permiten florecer.

Sin embargo, eran las once con quince una noche de viernes, y había estado rompiéndome la cabeza intentando pensar en las implicaciones de la nueva teoría que Barbara Fredrickson introdujo en su cátedra de MPPA. No podía dejar de pensar en sus ideas sobre una proporción positiva mínima para inducir el florecimiento y había estado obsesionado con esto durante la cena con la familia.

–Nikki, es casi medianoche. ¿No entiendes que estoy trabajando? ¡Ve a hacer tu tarea o acuéstate! —grité. Vi la mirada que me lanzó Nikki, la misma que había visto hace años en el jardín.

–Papá, tienes una proporción Losada terrible —comentó.

Por lo tanto, el primer ingrediente del mágico MPPA es el contenido de la psicología positiva en sí. Es un reto intelectual como en cualquier campo académico, pero a diferencia de otras disciplinas, es personalmente informativo e incluso transformador además de divertido. Enseñar sobre depresión y suicidio, como lo hice durante veinticinco años, causa pesimismo. Si uno lo toma con seriedad, enseñar y aprender al respecto afecta el estado de ánimo personal. Pasas mucho tiempo sumido en la tristeza. En cambio, aprender psicología positiva es divertido; no sólo es la emoción normal de aprender, sino la alegría de aprender sobre cosas que son alegres.

Hablando de diversión, el programa de MPPA redescubrió la importancia del cambio de energía; actividades escolares tan físicas que avergonzarían a mis decanos mojigatos. El “ciclo básico de descanso y actividad”14 o BRAC (por sus siglas en inglés) es característico de los seres humanos y otros animales diurnos (que pasan el día en estado de vigilia). En promedio, estamos más alertas a media mañana y al atardecer. Nos hallamos en el fondo del ciclo (cansados, enojados, inatentos y pesimistas) a la mitad de la tarde y durante las primeras horas de la mañana. Es tan biológico este ciclo que la muerte ocurre de forma desproporcionada en el fondo del BRAC. El fondo del BRAC se exagera en MPPA, ya que las clases son una vez al mes durante fines de semana de tres días, durante nueve horas diarias y después de viajar desde lugares tan lejanos como Kuala Lumpur, Londres o Seúl (uno de nuestros estudiantes batió el récord de millas viajadas de Air New Zealand el año pasado, mientras que el año anterior otro batió el récord Qantas).

Por eso debemos tener actividad física cuando estamos en el fondo del BRAC. En un inicio, la psicología positiva era para hombres de mediana edad que se estaban quedando calvos. Sin embargo, al menos la mitad de la psicología positiva ocurre debajo del cuello y es importante que varios de los estudiantes de MPPA cada año sean personas activas del cuello para abajo: instructores de yoga, terapeutas de baile, entrenadores deportivos, maratonistas y triatlonistas. A las tres de la tarde todos los días, un grupo nos guía en una actividad de baile, ejercicio vigoroso, meditación o una caminata a paso rápido. Al principio los calvos se escondían, se ruborizaban, pero al observar como desaparecía la fatiga y regresaba la energía intelectual, nos volvimos participantes ávidos. No puedo decir cuántos cambios de energía sucedían en el salón. No son sólo los niños de kínder los que lo necesitan. Mientras más viejos somos, más nos ayudan a aprender y enseñar.

Transformación personal y profesional

El primer ingrediente mágico de MPPA es el contenido provocativo, personalmente aplicable y divertido. El segundo ingrediente es que MPPA transforma tanto de forma personal como profesional.

Una forma de ver esto es el efecto que tiene la psicología positiva en los entrenadores. Hay más de cincuenta mil profesionales en Estados Unidos que se dedican a ser entrenadores: entrenadores de vida, ejecutivos y personales. Me temo que esta profesión se ha disparado.15 Cerca de 20 por ciento de los estudiantes de MPPA son entrenadores y una de nuestras metas es calmar y transformar el entrenamiento.

El entrenamiento y la psicología positiva

Entrenar es una práctica en busca de una columna vertebral. Dos columnas vertebrales en realidad: una basada en pruebas científicas y otra basada en un contexto teórico. La psicología positiva puede proveer ambas.16 Puede dar al entrenamiento un alcance limitado de práctica, con intervenciones y medidas que funcionan,17 y con las técnicas y reconocimientos adecuados para ser entrenador.

Con la situación presente de los entrenadores, les dije a mis estudiantes de posgrado que su alcance de práctica no tiene límites: cómo arreglar el clóset, cómo pegar recuerdos en un álbum, cómo pedir un aumento, cómo ser un líder más asertivo, cómo inspirar al equipo de volibol, cómo encontrar mayor flujo en el trabajo, cómo combatir los pensamientos sombríos, cómo tener mayor propósito en la vida. También tiene un repertorio ilimitado de técnicas: afirmaciones, visualizaciones, masaje, yoga, entrenamiento asertivo, corrección de distorsiones cognoscitivas, aromaterapia, feng shui, meditación, contar bendiciones, etcétera. El derecho a llamarse entrenador no está regulado y es por eso que se necesitan con urgencia las columnas científicas y teóricas.

Para esta transformación del entrenamiento, primero se necesita la teoría, luego la ciencia y después las aplicaciones.

Primero, la teoría: la psicología positiva es el estudio de la emoción positiva, compromiso, sentido, logros positivos y buenas relaciones. Intenta medir, clasificar y construir estos cinco aspectos de la vida. Practicar estos aspectos llevará orden al caos al definir el alcance de la práctica y distinguirla de profesiones similares, como psicología clínica, trabajo social y terapia matrimonial y familiar.

Segundo, la ciencia: la psicología positiva tiene su fundamento en datos científicos que funcionan. Utiliza métodos probados de medidas, experimentos, investigación longitudinal y asignación aleatoria, estudios controlados con placebos para evaluar cuáles intervenciones funcionan y cuáles no. Descarta aquellas que no pasan esta norma de oro por considerarlas ineficaces, y perfecciona las que la aprueban. El entrenamiento con estas intervenciones basadas en pruebas y medidas validadas de bienestar establecerá los límites de una práctica de entrenamiento responsable.

Finalmente, lo que hacemos en MPPA ayudará a establecer las directrices para el entrenamiento y la acreditación. Seguramente no necesitas ser psicólogo con licencia para practicar la psicología positiva o para ser entrenador. Los seguidores de Freud cometieron el monumental error de restringir la psicología a los médicos y la psicología positiva no tiene la intención de servir de paraguas para otro gremio autoprotector. Si tienes capacitación adecuada en las técnicas de entrenamiento, en las teorías de la psicología positiva, en la medición válida de los estados y rasgos positivos, en las intervenciones que funcionan y sabes cuándo derivar a un paciente con alguien que esté mejor preparado,18 serás, en mi opinión, difusor de buena fe de la psicología positiva.

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