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Duerme para abrirte camino

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Otra maravilla del sueño mor es que nos hace más creativos. Parece que el dicho de “consultarlo con la almohada” es muy apropiado: investigaciones demuestran que una noche de descanso, sobre todo con suficiente sueño mor, incrementa nuestra capacidad para concebir buenas soluciones para nuestros problemas.

Cuando tengo un problema, me gusta anotarlo en una libreta, guardarla y consultarla al día siguiente. Es muy útil. Es habitual arrepentirnos de las decisiones que tomamos por la noche o después de dormir mal.

Hay muchas historias positivas sobre individuos que han tenido momentos de iluminación mientras dormían.

 A la escritora Mary Godwin (después Mary Shelley) se le ocurrió Frankenstein tras soñar con un científico que creaba vida y el resultado le aterraba.

 Paul McCartney cuenta que la melodía de “Yesterday” se le ocurrió dormido.

 Aún más impresionante, Keith Richards asegura que soñó con las primeras líneas de uno de los grandes éxitos de The Rolling Stones, y tocó la canción en sus sueños. Se dice que solía tener una guitarra y una grabadora junto a su cama y una mañana en mayo de 1965, de gira en Florida, despertó y se dio cuenta de que había dejado encendida la grabadora toda la noche. Cuando la reprodujo se escuchó tocando el riff de apertura de “Satisfaction”.

 Debido a que el sueño mor consiste en la actividad neuronal estimulante en el cerebro, es apropiado que el científico Otto Loewi, quien descubrió cómo se comunican los nervios, llegara a esa conclusión revolucionaria gracias a un sueño. En la primavera de 1920, el doctor Loewi se sentía frustrado. Estaba convencido de que los mensajes nerviosos se transmitían mediante señales químicas, pero había dedicado diecisiete años a demostrarlo sin éxito. Después, durante el Domingo de Pascua de ese año, tuvo un sueño. Despertó, anotó unos garabatos en una hoja y se volvió a dormir. Cuando se levantó la mañana siguiente, recordó que había escrito algo importante, consultó el papel, pero no entendió su letra. Tampoco recordaba qué había soñado. Por suerte, la noche siguiente soñó lo mismo. En esa ocasión se despertó bien y anotó todo. En el sueño realizaba un experimento con ranas para probar su teoría. “Me levanté de inmediato, me fui al laboratorio y según el designio nocturno, realicé un experimento sencillo a una rana”. El experimento funcionó y más adelante le permitió ganar el Premio Nobel de Medicina.

Duerme en un dos por tres

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