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2.2. El Grupo de los 80

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Unos dos años después, en septiembre de 1970, un grupo de sacerdotes visitó privadamente al recién elegido Presidente Salvador Allende22, para felicitarlo por su victoria electoral. Le entregaron una declaración en que decían: «… como pastores queremos contribuir a la tranquilización de nuestras comunidades atemorizadas por las nuevas formas de la campaña del terror…»23. Aludían así a la ofensiva ideológica de la derecha que se confrontaba con el gobierno socialista. El jesuita Gonzalo Arroyo, profesor en la Universidad Católica de Chile, era públicamente parte del grupo que se reunía luego a intervalos irregulares y que preparó la jornada «La participación de los cristianos en la construcción del socialismo» en el año 1971. Se llamaron más tarde Grupo de los 80 en razón del número de participantes. La jornada fue un paso más hacia la fundación de los Cristianos por el Socialismo. Pero no hay una fuente confiable que informe sobre quiénes, además de Arroyo, formaban parte del grupo. Otro de los primeros miembros de los CPS fue Hernán Leemrijse. Participaron también en el comité preparatorio de la jornada Alfonso Baeza, Santiago Thijssen, Nelson Souci, José Arellano e Ignacio Pujadas24. Hernán Leemrijse describe la motivación de esta iniciativa desde su punto de vista:

Yo estaba todavía en San Bernardo en la Parroquia de Fátima, que en ese entonces pertenecía a la zona sur de Santiago y después se separó en otra diócesis. Pero llegué a Chile el año 66; fueron los últimos años de Frei Montalva y fuimos muy inspirados en Holanda por el proyecto de Frei «Revolución en Libertad», con organización de juntas de vecinos, con educación popular y, en fin, cosas que efectivamente mostraron una apertura hacia la necesidad de la gente y no simplemente un proyecto tradicional de asistencia y manejo. Entonces fuimos invitados –pertenezco a los sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesucristo–. Nuestro superior general es desde hace dos meses un alemán. En las reuniones de los sacerdotes de la zona sur, que era la parte más popular en Santiago, estábamos preocupados por las elecciones que estaban en camino entre la derecha y la izquierda. Había tres proyectos: por la continuación del proyecto de Frei a través del candidato Tomic; el proyecto de la derecha con Alessandri y el proyecto de izquierda con Salvador Allende. Discutíamos especialmente contra el apoyo a la derecha. Veíamos más valores cristianos en el socialismo que en capitalismo. Y esto nos unió para visitar a Allende y decir –estamos contigo– y después lo apoyamos con una declaración de 80 sacerdotes, sobre la participación de los cristianos en la construcción del socialismo. Esta fue un poco la expresión pública del proyecto de un grupo de cristianos que optaron por el socialismo. Y en este ambiente electoral en que se estaba, cayó muy mal a la Iglesia oficial. (Entrevista Leemrijse 2015).

Ocho meses después del triunfo de la Unidad Popular en las elecciones del 4 de septiembre 1970, se reunieron 80 sacerdotes del 14 al 16 de abril de 1971 en una jornada: «La participación de los cristianos en la construcción del socialismo». Sergio Torres cuenta que muchos de ellos se conocían de antes, algunos desde el seminario, otros por haber participado en jornadas u otras reuniones25. La mayoría de ellos, al igual que los militantes de la Iglesia Joven, vivían en las poblaciones de Santiago y de otras partes, como ellos mismos lo dicen en su conferencia de prensa26. La situación y las experiencias que dieron origen a la fundación del Grupo de los 80 se reflejan muy gráficamente en el siguiente trozo de una carta de Esteban Gumucio:

Sólo en lo que va de esta semana me he encontrado con quince familias en situación de hambre. A lo largo de los seis años en que he vivido en esta población marginal los casos de miseria absoluta son varios cientos. Sé que son mucho más numerosos aquellos que no han entrado en mi órbita personal, pero no es la cantidad lo que en este momento me impresiona, sino esa condición de ser hombre callado, indefenso, casi institucionalizado y aceptado como normal… El fantasma del hambre está siempre presente y actuante en la imaginación... Otro caso. Hace una semana le pregunté a una persona al pasar: «Qué le pasa, amigo, que tiene los tobillos hinchados». El amigo lleva cuatro días viajando a pie desde el paradero 18 hasta la calle Huérfanos (le calculo unos 25 kilómetros diarios). Hace cuatro meses que está cesante. La esposa está en el octavo mes de embarazo. La guagua de año y medio necesita leche. No puede darse el lujo mi amigo de gastar Escudos 0,90 en microbus, cuando… puede comprar algo de leche para la guagua. Si no va a la calle Huérfanos no tendrá sus papeles necesarios para encontrar trabajo. Me lo imagino anónimo, silencioso y desapercibido entre el río de gente que camina por Huérfanos entre Estado y Ahumada. Nadie sabrá jamás cuánta hambre y miedo reflejarán las elegantes vidrieras del centro santiaguino. Mi amigo es tan silencioso y tímido, que si no es por sus tobillos hinchados, nadie sabría que ya lo ha vendido todo, que no tiene casa, que sólo come pan y bebe té para dar la leche a la guagua, etc. y ¿por qué está en esta situación? Simplemente porque se cerró la panadería donde trabajaba como repartidor. Posiblemente mi amigo encontrará trabajo, si no lo coge la T.B.C. Pero una cosa es segura: este hombre quedará para siempre con el miedo de quedar cesante. Estará dispuesto a doblar el espinazo y a comer mierda, si es necesario, si así se lo mandan sus patrones. Este, como muchos otros miles de chilenos, se venderá a cualquier politiquero de derecha o izquierda que le dé de comer. El miedo lo hará agitar banderitas de cualquier color, en honor de cualquier candidato... Bueno, yo pienso que este miedo es inconsciente o conscientemente explotado por el sistema capitalista, encarnado concretamente en la dirección de las industrias y fuentes de trabajo. No digo que todas, pero sí la mayoría de las industrias y empresas capitalistas, a partir de este miedo establecen un régimen de terror... Bajo apariencias pacíficas los obreros de Chile están viviendo un régimen de terror. Frente a la «violencia institucionalizada», peor que cualquier violencia episódica tan cacareada por la prensa, yo creo que el Evangelio nos pide en el ámbito personal una revisión bien a fondo de «nuestros miedos personales». Si no los vemos claros en nosotros mismos no podremos ser ministros de liberación, cualquiera que sea nuestra vocación y nuestro juicio político… ESTEBAN GUMUCIO, ss.cc. Párroco de la Parroquia S. Pedro y. S. Pablo, Población Joao Goulart27 .

Tres temas principales resultaron del encuentro: 1. La evolución del movimiento obrero en Chile y el análisis económico político del programa de la Unidad Popular. 2. Bajo la pregunta por la participación de los cristianos en la construcción de socialismo, se trataron los temas «iglesia, sacerdotes y política» y «marxismo y cristianismo en América Latina. 3. Se trataron preguntas prácticas y programáticas como «Socialismo y pastoral». Al final hubo una extensa discusión sobre cómo seguir en adelante y sobre si se debía o no constituir un grupo formal. Pablo Richard escribe28 que dirigentes sindicales, economistas, políticos y teólogos acompañaron la jornada. Entre otros los acompañantes pudieron ser Oscar Garretón, Oscar Torres, Franz Hinkelammert y Gustavo Gutiérrez, del Perú.

Éramos iglesia… en medio del pueblo. El legado de los Cristianos por el Socialismo en Chile 1971-1973

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