Читать книгу Neurofibromatosis Tipo 1 - Patricia Yolanda Ciavarelli - Страница 8
NEUROFIBROMATOSIS 1 1. HISTORIA de NF1
ОглавлениеLos primeros ejemplos de Neurofibromatosis datan de muchos años atrás, ya en el antiguo Egipto, en el Papiro de Ebers (1500 AC) hay referencias de esta enfermedad. Pareciera que en el fósil del hombre de Cro Magnon de 28.000 años atrás, encontraron estigmas de NF1.
De la antigua Grecia (1) encontramos una estatuilla helenística (Smyrna 323 AC) perdida en la segunda guerra mundial, de un varón con múltiples nódulos, probablemente correspondiente a NF1.
En las monedas acuñadas con los reyes partos (247AC) se aprecia un neurofibroma, aparentemente, en la frente del rey y en la de algunos sucesores del trono (Fig. 1).
Fig. 1. A. Papiro de Ebers, B. Estatuilla helenística Smyrna C. Reyes Partos. (Ruggieri M. et al (1))
Muchos relatos e ilustraciones fueron encontrados a lo largo de la historia: Ulisse Aldrovandi, médico y naturalista italiano en 1592, Ambroise Paré cirujano francés en 1573, Mark Akenside en 1785 y Tilesius von Tilenau. Este último en 1793 realiza la primera descripción de tumores fibrosos múltiples en la piel, descripciones realizadas tanto en latín como alemán. Estos ejemplos están menos definidos en comparación con los informes hallados más recientemente donde acreditan la presencia de neurofibromas, dentro del contexto de NF1, en una momia inca ( Fig. 2) que data del 1480-1650 AC.
Fig. 2. Momia Inca (Ruggieri M. et al (1))
A continuación mostraremos algunos datos de interés histórico:
• 1803- Odier introdujo el término neuroma.
• 1849-Robert William Smith, profesor de cirugía, realizó una excelente descripción de la enfermedad.
• 1854-Mott publicó 5 casos como paquidermatocele.
• 1873-Von Michel reportó un glioma del óptico en NF1.
En 1882, el científico alemán Frederich Daniel von Recklinghausen (1833-1910), profesor de Patología en Estrasburgo, relató en su monografía dos nuevos casos, Marie Kientz y Michael Bur; pero ya se habían publicado 168 citas anteriormente ( Fig.3).
En 1882, en el contexto del 25 aniversario del Instituto de Patología de Berlín, Von Recklinhausen dedicó su reporte a su Profesor Virchow, donde expresa la correlación entre fibromas y neuromas, utilizando el término de Neurofibromas. Consideró a la Neurofibromatosis como entidad nosológica.
Paget en 1891, fue probablemente el primero en describir un caso de pseudo-artrosis congénita de la tibia.
La neurofibromatosis fue considerada por Thomson, en 1900, una afección neuroectodérmica y determinada por un gen autosómico dominante, con penetración irregular y expresividad variable. El autor admitió que el sindrome era producido por una mutación.
En 1909, Suzuki relató por primera vez la asociación con feocromocitoma.
En 1918, Prieser y Davenport establecieron que la patología presentaba un carácter dominante. Waardenburg, en 1918, describió pequeñas lesiones en el iris. En 1924, Brooks y Lehman clasificaron las alteraciones esqueléticas, por primera vez, en la literatura estadounidense. Goldstein y Wexler, en 1930, demostraron en necropsias múltiples tumores melanocíticos en el iris de pacientes con NF.
Hosoi, en 1931, identificó la asociación de los tumores malignos en las vainas nerviosas y relató la incidencia de la degeneración maligna en cerca del 13% de sus casos de neurofibromatosis.
Lisch, en 1937, relató tres casos de NF que presentaban nódulos en el iris. Concluyó que éstos eran patognomónicos de la enfermedad. En 1937, por Ducroquet, encontró en 9 de 11 pacientes la pseudoartrosis de tibia.
Fig. 3. Friederich Daniel Von Recklinghausen (1833-1910). Uno de los más grandes patólogos alemanes y sus 2 pacientes con NF1 documentados.Library LondonUK. (Ruggieri M. et al (1))
En 1940, Davis estableció el glioma óptico como parte de la patología. Glenn et al. en 1952, fueron los primeros en describir una paciente con neurofibromatosis e hipertensión arterial asociada con coartación de la aorta abdominal. Crowe, Schull y Neel, en 1956, investigaron los significados genéticos y clínicos de las máculas pigmentadas. Los estudios concluyeron que las manchas café con leche son signos patognomónicos de la neurofibromatosis.
Russel y Rubinstein en 1963 observaron dos tipos morfológicos de neoplasias: Neurofibromas y Schwannomas, que podrían encontrarse juntos dentro en una misma masa tumoral y que podrían presentar evidencias histológicas de malignidad.
Crowe en 1964 consideró las efélides axilares como un valioso signo para el diagnóstico de la neurofibromatosis.
Algunas manifestaciones clínicas inusuales fueron descritas por Diekinann et al. (1967), entre las cuales se encontraba la hipertensión arterial debido a la estenosis de la arteria renal. La participación del corazón en la neurofibromatosis fue descripta y revisada por Rosenquist (1970), que también estudió el compromiso de la aorta abdominal, renal, carótidas y otras arterias.
Westerhof et al. (1983) relacionaron el hipertelorismo con la enfermedad y lo hallaron en el 24% de los pacientes con neurofibromatosis. Homwich et al. (1983) presentaron evidencias de pacientes con estenosis del acueducto de Silvio y neurofibromatosis. Crawford (1986), en estudio con 116 pacientes menores de 12 años, describió la presencia inusual de una paciente, con rabdomiosarcoma afectando el tracto genitourinario, que presentaba también una pseudo-artrosis congénita de la tibia. Crawford afirmó que la mayoría de los rabdomiosarcomas asociados a la neurofibromatosis involucran el tracto genitourinario. En 9 casos de neurofibromatosis hallaron tumores carcinoides según Griffiths et al. (1987), todos se localizaron en el duodeno y eran histológicamente distintos con inmunorreatividad para somatostatina.
Senveli et al. (1989) presentaron 6 pacientes con NF1 con estenosis de acueducto e hidrocefalia. La edad de los pacientes variaba entre 4 y 24 años. Veinte casos similares ya se habían presentado en la literatura en ese momento.
Wright et al. (1989) fueron los primeros en estudiar la historia natural del glioma del óptico en niños con NF1, afirmando que éste podría tener un curso más benigno que los tumores esporádicos, Jadayel et al. (1990) utilizaron métodos moleculares para identificar el origen, en los padres, de las nuevas mutaciones de NF1. En 12 de 14 familias analizadas, se encontró que la nueva mutación era de origen paterno, aunque existían pocas o ninguna evidencia de los efectos de la edad paterna en la incidencia de las mutaciones.
Ragge et al. (1993) realizaron un estudio sobre los nódulos de Lisch, acompañado por fotografías del iris de diferentes colores. Sakurai ya había publicado 2 años antes que Lisch, una ilustración con las características de los nódulos del iris de los pacientes con Neurofibromatosis. Algunos postulan que deberían denominarse Nódulos de Sakurai-Lisch.
El carácter familiar quedó bien demostrado por Stojanovic et al (1993), que describieron un caso de neurofibromatosis generalizado en un joven de 21 años de edad y en su padre de 59 años. Su concomitancia con patología maligna fue enfatizada por Ferreira et al. (1994) en un caso de osteosarcoma asociado a Neurofibromatosis.
Legius et al. (1994) estudiaron el perfil neuropsiquiátrico de 46 niños con una reducción en el lQ total, con un índice verbal mejor que en los otros grupos. La dificultad en la concentración fue especialmente significativa en los niños con alto lQ. Legius et al. (1994) sugirieron que estos niños podrían beneficiarse con el uso de ritalina.
Nopajaroonsie Lurie (1996) describió la presencia de un aneurisma venoso, displasia arterial y hemorragia en un paciente de 62 años de edad. Este paciente presentaba un aneurisma en la vena yugular interna, que estaba asociado a displasia de arterias cervicales. Se encontraron tejidos neurofibromatosos en la pared del aneurisma, así como en las venas de menor calibre. Durante la cirugía del aneurisma, el paciente desarrolló una hemorragia masiva que fue dificultoso su control por la gran fragilidad de los vasos sanguíneos. Yamauchi et al. (2000) relataron la existencia de más de 50 casos de asociación entre NF1 y la enfermedad de Moyamoya.