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Los diez libros describen lugares, monumentos, obras de arte y relatan mitos, leyendas, hechos históricos, hechos maravillosos. Hay, pues, que distinguir dos elementos de los que él mismo habla en I 39, 3: los lógoi y los theōrḗmata , distinción especialmente puesta de relieve por Robert 12 . Los lógoi son los mitos, la historia, las reflexiones. Los theōrḗmata son las cosas que se pueden ver, las descripciones de los lugares y sus monumentos, de los que es guía y testigo, mientras de los 16-goi es sólo transmisor, dependiendo de las fuentes escritas u orales a su disposición.

α) Theōrḗmata . Con Pausanias recorremos casi todas las regiones de Grecia hasta sus más alejados rincones. Junto a las grandes ciudades y santuarios, como la ciudad de Atenas o el santuario de Apolo en Delfos, que contienen una gran cantidad de importantes edificios, monumentos y obras de arte, a los que Pausanias dedica muchas páginas, tenemos los medianos y los pequeños pueblos o templos, algunos de ellos en ruinas, en los que su relato es breve. Son varios cientos de sitios los que describe.

La exactitud de estas descripciones está asegurada por la comparación de su relato con el resultado de las excavaciones modernas. Numerosos sitios descritos por Pausanias han sido excavados y numerosos monumentos mencionados por él han sido identificados. Gracias a sus informaciones podemos dar nombre a un gran número de lugares antiguos en ruinas y a gran parte de los edificios y templos hallados en las excavaciones. Sin su libro no sabríamos muchas veces qué divinidad fue venerada en este o en aquel templo, qué utilidad tendría éste o aquel edificio, cómo se llamaba el lugar cuyos restos se han encontrado.

Así, el pasaje de Pausanias II 16, donde nos describe las ruinas de Micenas, dio pie a Schliemann para sus excavaciones en la acrópolis y el descubrimiento de las tumbas de los Atridas con sus tesoros.

Los resultados de las recientes excavaciones de la ciudad de Calípolis 13 confirman lo que Pausanias dice acerca de la destrucción (X 22) y su información es necesaria para entender la causa del fuego y fijar su fecha exacta.

El relato de la descripción de Mesenia (IV 31, 4-33, 3) está lleno de detalles que han sido ampliamente confirmados por los restos de los sitios excavados, trabajos de arte, inscripciones y monedas, y esos detalles, a su vez, han servido como llave para importantes descubrimientos y conclusiones 14 . Es un trabajo cuidadoso y concienzudo. Está demostrado que, cuando hay alguna contradicción, por lo general son los eruditos modernos los que están equivocados y no Pausanias.

A veces, aunque no muy frecuentemente, también describe el paisaje o los productos naturales del país. En general, las montañas, los ríos, las fuentes (algunos de los cuales pueden ser nombrados gracias a Pausanias) por donde pasa sólo existen en cuanto evocan un recuerdo del pasado, una historia de amor: así, lo que le interesa del río Iliso es que Bóreas arrastró a Oritía lejos de sus orillas y la hizo su esposa (I 19, 5); del río Selemno recuerda que fue un pastor enamorado de una ninfa y murió de amor (VII 23, 1 y ss.); el enamorado Alfeo continúa su curso a través del Adriático para reunirse con su amada en Siracusa (V 7, 2-3). Quizá en el libro VIII, dedicado a Arcadia, se puede apreciar más que en otros la capacidad del autor de sentir y representar la naturaleza y el paisaje, aunque siempre filtrado a través de la mitología y del pasado.

A veces habla también de los productos naturales: las palmeras de Áulide (IX 19, 8), los mirlos blancos del Cilene (VIII 17, 3), las conchas que pescan en Bulis para el tinte de púrpura (X 37, 3), la miel del Himeto (I 32, 1), las diversas clases de encinas arcadias (VIII 12, 1), las dos clases de gallos de Tanagra (IX 22, 4), los ungüentos de Queronea (IX 41, 7), etc.

β) Lógoi . Son de contenido histórico, mitológico, paradoxográfico. Los relatos históricos , al igual que los de otro tipo, aparecen inspirados por un determinado lugar, un monumento, etc. Los introduce para dar vida con hechos históricos a las descripciones de regiones, ciudades y monumentos. No parece que busque las causas de los últimos acontecimientos ni que haya intentado ser un historiador, por lo que no debería ser juzgado con los criterios aplicados a los historiadores. Tampoco está tan claro el que haya un plan histórico en la obra de Pausanias, como Ebeling ha querido ver 15 . Los pasajes históricos sirven para introducir una determinada región o ciudad, o para explicar el contexto histórico de un monumento (estatua honorífica, dedicación a los dioses, monumento público de los que cayeron en la guerra). Pero mientras sus descripciones se ha probado que son cuidadas y fidedignas, hay un gran número de errores y defectos en su narrativa histórica: así, en II 8, 4, cita al rey Antígono Gonatas como tutor de Filipo V, y en VII 74 a Antígono Dosón, esta última vez correctamente; en I 6, 8 identifica erróneamente al Ptolomeo honrado con la creación de la tribu Ptolemais en Atenas con Ptolomeo II en lugar de Ptolomeo III; también vio un trofeo en Mantinea de una batalla, en la que dice que luchó y murió el rey espartano Agis (VIII 10, 5-10): o el espartano no era un rey, o su nombre no era Agis, o no murió aquí; tal vez vio un trofeo de la batalla del 418 a. C. en Mantinea donde un rey espartano Agis luchó, pero resultó victorioso. Hay muchos pasajes como éste que plantean dificultades 16 . Otro error más grave lo comete en IX 32, 5 y X 35, 2, cuando habla de que Haliarto fue incendiada por los persas en lugar de en la guerra contra Perseo, que es lo correcto. Puede haber tergiversado una frase o confundido varios acontecimientos. Hay que tener en cuenta que, salvo cuando se trata de un monumento que ha visto o una inscripción, en que es testigo ocular, en el tema histórico tiene que depender de otros historiadores o informadores, puestoque la mayoría de lo que refiere es un pasado antiguo siempre para Pausanias, y es un problema difícil identificar sus fuentes.

En cuanto a los relatos míticos y religiosos , nos habla de cultos de diversas divinidades y héroes, sobrenombres de muchos dioses, sacrificios de distinta clase y de los más diversos tiempos, de las fiestas y procesiones, de las más diversas celebraciones y costumbres consagradas a través de la tradición. Tenemos cuentos populares, como los que hay en el folklore de muchos países: así, el del joven que vence al león y gana la mano de la princesa (Alcátoo de Mégara) (I 41, 3 ss.); el de Trofonio y Agamedes, que construyeron el tesoro de Hirieo y fueron pillados robando el tesoro (IX 37, 5 ss.); o el de la defensa que hace la serpiente del niño en Anficlea (X 33, 9 ss.). Recoge Pausanias muchos mitos, entre los que cabe destacar por su singularidad el de los amores de Posidón y Deméter bajo la forma de caballo y yegua (VIII 25, 5 ss.) o el de Atis y Agdistis (VII 17, 9 y ss.). Hay leyendas heroicas que sólo transmite Pausanias, como la del parricida Orestes en delirio que, acosado por las Furias, se come un dedo, a consecuencia de lo cual las Furias se convierten de negras en blancas, porque consideran este hecho como una expiación (VIII 34, 2 ss.); o la leyenda trágica de la muerte de Hirneto (II 28, 3 ss.). Asimismo nos narra costumbres como la de las vírgenes de Trecén que antes de su matrimonio dedicaban un bucle de sus cabellos en el templo de Hipólito (II 32, 2); o las muchachas de Mégara, que hacen libaciones antes de casarse en la tumba de Ifínoe y le ofrecen las primicias de su cabello (I 43, 4); o la de quemar las piernas de las víctimas sobre leño de álamo blanco en los sacrificios a Zeus en Olimpia (V 14, 2). Cuenta supersticiones como la creencia de que en cada sacrificio ofrecido a Zeus en el monte Liceo un hombre se metamorfoseaba en lobo, pero podía recobrar su forma primitiva si se abstenía durante nueve años de comer carne humana (VIII 2, 6); o la de que el agua de tal fuente cura la rabia (VIII 192-3). Percibimos, pues, algo de la abundancia multicolor de mitos, sagas e historias que se contaban en todas las ciudades griegas.

Los thaýmata o mirabilia son las cosas o fenómenos que producen asombro, que habían sido contenido de un género literario particular durante la época helenística, que también se cultivaba en la época imperial. Así nos cuenta que en el Orontes se halló un cadáver de gran tamaño, de más de once codos, que era de Orontes, de la raza de los indios (VIII 29, 4), y en IV 35, 10-13 hace una digresión sobre fuentes maravillosas, y nos habla de terremotos y de corrientes del océano, de animales y plantas extraños, de costumbres y objetos particulares.

Descripción de Grecia. Libros I-II

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