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VI. PREDECESORES: EL GÉNERO PERIEGÉTICO

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El título de la obra de Pausanias parece haber sido, según hemos visto, Helládos Periḗgēsis , y a él se le ha llamado el “Periegeta” y el “Guía”. Periegetas se llama a los cicerones o guías que existían en muchas ciudades desde antiguo. Sin duda, en el siglo II hubo un florecimiento del turismo porque existían las condiciones adecuadas, y había guías en muchos lugares interesantes, dispuestos a acompañar al turista y enseñarle todas las curiosidades y a contarle todas las anécdotas a cambio de una retribución 24 . La actividad de los periegetas aparece muy bien caracterizada en Plutarco (de Pyth. or . 395a). La actividad de los periegetas se llama periḗgēsis y el verbo empleado es periēgéomai “llevar alrededor”, “hacer ver en detalle”, o su equivalente perieltheîn , y antes en Platón (Fedro 230c) tenemos xenageîn “conducir a extranjeros, servirles de guía”. Pero la periḗgēsis designará también un trabajo de literatura, que es una descripción o explicación detallada de tipo anticuario, histórico, mitológico, de regiones, ciudades, santuarios, grupos de monumentos.

El género de la literatura periegética había comenzado en el s. III a. C. Por lo tanto, llevaba varios siglos de andadura y se cierra con Pausanias, autor de la única obra completa del género que ha llegado a nosotros. Tiene puntos de contacto con otros géneros literarios, como la geografía, la historia local, la mitología. Ha sido utilizado a veces como sinónimo del periplo o del periodo de los geógrafos, pero aunque se relaciona con éstos es un género independiente. Sus orígenes hay que buscarlos en Hecateo de Mileto, en las Genealogíai (estudios étnicos) y en la Períodos gês (descripción geográfica), salidos de la poesía épica, en los Períploi (circumnavegaciones o descripciones de las costas), escritos para uso de los navegantes, en las Historias de Heródoto, donde se describen países y pueblos no griegos.

Su época de surgimiento como género independiente y de florecimiento fue la helenística en relación con los esfuerzos de entonces por reunir la herencia del pasado y explotarla científicamente, y se acepta que el estímulo para ello remonta a Aristóteles. No ha sobrevivido apenas nada de la abundante literatura periegética, excepto citas de fragmentos, nombres de varios autores y unos cuantos títulos. Bischoff 25 da una lista de 68 nombres que la tradición transmite como periegetas, o bien que a la vista de sus fragmentos se pueden incluir entre los periegetas, de los cuales se pueden utilizar para una historia de la Periegesis apenas unos diez, y no con seguridad. Los gramáticos se han interesado bastante en este tipo de literatura. De los escasos restos de la literatura periegética que ha llegado a nosotros se pueden sacar algunas conclusiones, no muchas, sobre el contenido, forma y fin de este género literario.

Se suele distinguir 26 entre una periegesis geográfica, que remontaría a Hecateo y Heródoto, aunque limitada a un espacio más reducido, comarcas o ciudades individuales, con mezcla de intereses eruditos y prácticos, y una periegesis histórica o anticuaria, que no tiene un interés geográfico y que va expresamente a las antigüedades, especialmente los monumentos. La periegesis geográfica puede tomar material de la periegesis anticuaria (sería el caso de Pausanias). La histórica o anticuaria trata detalladamente los monumentos, bien en grupos del mismo tipo, bien todos los monumentos de un determinado lugar o santuario, o bien se mezclan estos dos principios. Conservamos títulos como éstos: Descripción de Siracusa, Descripción de Troya, Descripción de los tesoros de Delfos, Descripción de los tesoros de Atenas , etc. Se pretende hacer una descripción lo más completa posible del tema que se elige, y no solamente el emplazamiento y el aspecto, sino su historia, su valor anticuario, aspectos mitológicos o anecdóticos en relación con ellos. Esto, evidentemente, lleva a extensos excursos, que pueden apartarse mucho del tema principal. La limitación topográfica permite un mayor detalle y exactitud en los comentarios sobre los monumentos. La explicación es fundamentalmente histórico-anticuaria, pero no artística. No cabe duda de que estos eruditos reunían un inmenso material para explicar los monumentos de manera cuidadosa y exacta.

Los autores más famosos son Diodoro (de la segunda mitad del s. IV o del s. III a. C.), Heliodoro de Atenas (del s. II a. C.) y, sobre todo, Polemón de Troya (del s. II a. C.), escritor culto, que busca lo raro con un sentido genuinamente científico, que en su abundante producción expuso su cuidadosa investigación personal y que tocó muchos temas de la cultura griega: tradiciones mitológicas, problemas gramaticales, formas de culto, ciencias naturales, geografía, historia. No despreció el hacer una descripción interesante por medio de todo tipo de anécdotas e historias, pero en general estos autores pertenecen al campo de la literatura propiamente científica, no prestan demasiada atención a la forma estilística y son designados expresamente como periēgētaí , representando la Periegesis en su forma más pura.

El tránsito entre Hecateo y la logografía jónica a la periégesis de Polemón (s. II a. C.) lo representan el papiro de Hawara, publicado por Wilcken en el Genethliakon für Robert (Berlín, 1910), y Heraclides Crítico. La periegesis de Hawara es un ejemplo temprano de una guía de viajeros. Su autor vivió en el s. III a. C., y los fragmentos conservados en el papiro de alrededor del 100 d. C., muy breves, contienen una periegesis de Atenas que va en orden topográfico del Pireo a Atenas. El autor señala un par de edificios que le llaman la atención y distingue entre lógoi y theōrḗmata .

Por lo que respecta a Heraclides, autor en el s. III a. C. de un trabajo perì tôn tês Helládos póleōn , del que se conservan fragmentos bajo el nombre de Dicearco, no tiene interés ni anticuario ni artístico. Su obra, a juzgar por lo que conservamos, es una periegesis del Ática y de Beocia, impresiones de viaje compuestas a la manera de una guía turística, y basadas en la observación de la vida presente, de la fauna y de la flora, sin lógoi con un estilo cuidado.

Parece, pues, que hay una gran diferencia entre Pausanias y sus predecesores: éstos escribían monografías sobre lugares concretos, incluso monumentos concretos, para un círculo más restringido de lectores instruidos, mientras que el fin de Pausanias es de mayor envergadura y para un público más extenso: escribir un libro-guía de los lugares y monumentos dignos de mención de toda Grecia, un libro que instruyese y complaciera al mismo tiempo.

Descripción de Grecia. Libros I-II

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