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TENÍA GANAS DE PELEA, estaba cabreado porque Patrizia se había ido a guarachear con sus compañeros de oficina. En la noche del 31 de diciembre de 1999 me la presentaron. Estaba sola porque al marido lo capturaron. Recuerdo cuando conocí a Patrizia mientras recuerdo cómo conocí a Amanda, entonces besé a Patrizia como si estuviera besando a Farra; vericuetos de la memoria. El hecho es que a los dos minutos de conocidos (con Patrizia) ya bailábamos apretujados y en la segunda canción me dio un beso con lengua.

Las mujeres de los guerrilleros, de los tombos, de los paracos, de los narcos y de los politiqueros son famosas por fáciles y porque el culo les huele a pólvora. Patrizia era la ex del jefe de una banda de extorsionistas del ELN al que agarró el DAS y que se voló a los tres meses: de La Picota directo a La Habana.

El hecho es que con Patrizia nos bebimos la penumbra de su apartamento (302), el descascarado edificio con placa 15-16 de Teusaquillo. Nos veíamos los sábados. Yo timbraba a las ocho en punto y ella abría la puerta sonriendo, vestida de oscuro, las tetas perfumadas, par copas llenas y la chimenea flameando. Alguna vez le dije que me gustaban sus pantalones de cuero y se compró dos más: uno vino tinto y otro azul petróleo; los rotaba para no verse repetida. De cariño le decía Putilla, o Paticortica, o Patichueca. Tenía en los ojos destellos miel, cabello color miel y cuca sabor miel.

También variaba los licores: un sábado vodka, el otro whisky, el que seguía tequila. La juerga arrancaba con besos-chispas. Comentábamos noticias inventadas y bailábamos a son de rock caduco como quien no quiere la cosa. Resultábamos revolcándonos sobre la alfombra, lamiéndonos la boca, mordiéndonos el cuello y arrancándonos la ropa. Buenas épocas aquellas. Lástima que me encoñé.

Cuando uno se encoña, pierde la gracia, se vuelve fiel, monótono, predecible y se pregunta con ojos vidriosos: ¿la estoy cagando?, mientras chilla al ver que la tipa se porta bien, pero cuando uno se porta mal. Cuando todo valía rehuevo.

Una noche se me ocurrió decirle que nadie podría quererla tanto como yo, entonces juagó en los míos sus ojos y replicó con arrogancia:

—¿¡Y cómo sabes!?

El que se esfuerza por ser un buen tipo resulta convertido en el trapo de limpiar la mierda. Y la vieja a portarse como La Cuca más Espléndida del Mundo, con la vanidad escurriéndole por los poros. Ellas están para ser gozadas, no amadas, cosa ruda de entender pero que hay que asimilar.

Cuando al fin entendí, después de harto sufrir, vi clarísimo que Patirrajada empezaba a ponerse vieja, que estaba resentida y que se aprovechaba de mi cuerpazo y de mi candidez. Además se empeñaba, como cucaracha patas arriba, en ponerme celoso. Eso fue la tapa de la alcantarilla: huyeron murciélagos de su culo oloroso.

En el amanecer del domingo siguiente, esculcando entre sus cosas, le birlé un recorte de periódico. Lo hallé entre las hojas de su diario íntimo. Típico recuerdo que guardan las viejas. Era la noticia sobre la captura de su marido. Entonces le eché el polvo de despedida y disparé sin prólogo que me veía con una tal Amanda. Se puso como loca.

ELN TENÍA EN LISTA A 150 COMERCIANTES DE BOGOTÁ

La Policía de Bogotá le echó mano a un grupo de extorsionistas del Ejército de Liberación Nacional (Eln), que pretendían cobrar un impuesto de guerra a 150 comerciantes. Fue decomisado material explosivo, congeladas cinco cuentas de ahorro y capturados dos hombres, señalados como los responsables del manejo de la red financiera del Eln.

Los detenidos son Carlos Alberto Umaña Ardila, quien confesó según la Policía ser miembro activo del Eln, y Carlos Hernán Angulo Puentes, Domingo, miembro del Sindicato de Trabajadores del Banco Cafetero.

La Policía dijo que se investiga a Beatriz Almarales Goenaga, familiar de Andrés Almarales, miembro del M-19 que murió en la toma del Palacio de Justicia el 6 y 7 de noviembre de 1985.

En la operación, la Policía ocupó un apartamento de la carrera 33 # 29-90, donde reside Almarales. Allí fueron hallados documentos de identidad falsos, informes secretos del grupo, explosivos, papelería del Eln y una máquina de escribir que, dicen las autoridades, era empleada para elaborar las cartas extorsivas.


Los investigadores informaron que en poder de los detenidos se halló una lista con los nombres de 150 comerciantes de Bogotá que iban a ser objeto de las acciones del Eln.

Según la Policía, han sido objeto de las acciones extorsivas la cadena de droguerías Electra, Dunccol Ltda. y Distribuidoras Unidas.

Los delincuentes enviaban comunicados del Eln a las víctimas por el sistema de correo de Servientrega en los que suministraban instrucciones para consignar sumas entre 10 millones y 20 millones de pesos como impuesto de guerra.

Los subversivos obligaban a los extorsionados a colocar clasificados en la sección de instrumentos musicales de medios escritos para conocer los teléfonos y direcciones de las víctimas y contactarlas después.

Los insurgentes ordenaban a sus víctimas adicionar un número a la última cifra de los teléfonos y direcciones suministradas para evitar seguimiento de las autoridades. Los investigadores afirmaron que de negarse a entregar el dinero, los comerciantes eran blanco de actos terroristas, como el ocurrido el pasado 7 de abril en una sucursal de droguerías Electra, donde estalló una bomba de un kilo de dinamita.


Diario El Tiempo, 20 de abril de 1994

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