Читать книгу E-Pack Se anuncia un romance abril 2021 - Varias Autoras - Страница 19
Epílogo
ОглавлениеKelsey había pensado que aquello debía ser producto del déjà vu.
Recordó que hacía unos cuantos meses había pasado por lo mismo; había entrado apresuradamente por las puertas del hospital con el corazón en un puño.
Pero, en aquellos momentos, lo que le había recorrido las venas había sido miedo. Y, en aquella ocasión, era emoción lo que sentía.
De nuevo, Morgan había llevado a su madre al hospital. Les había acompañado su padre, que había ido sentado junto a Kate en el asiento trasero del vehículo. Le había sujetado la mano durante el trayecto mientras le aseguraba que todo iba a salir bien.
Pero no había sido su padre el único que había estado con ellos, sino también sus hermanos, sus cuñadas y Cody. Todos les habían seguido de cerca en dos coches.
El único tranquilo del grupo había sido Cody. Relativamente. El pequeño estaba más emocionado ante la expectativa de que en algún momento de aquella noche, Santa Claus le dejaría regalos bajo el árbol de Navidad. No sólo bajo el suyo, sino también bajo el de sus abuelos. Después de todo, era Nochebuena. La idea de que un bebé estuviera a punto de nacer era algo secundario para él.
Hacía dos meses, Morgan y ella se habían casado. Ya formaban un matrimonio. Le resultaba gracioso como aquel bebé les había unido inicialmente y, en aquel momento, se había cerrado el círculo.
Al llegar al Blair Memorial, Morgan había aparcado el coche frente a uno de los mozos del aparcamiento.
—Llevamos a una mujer a punto de dar a luz —explicó al salir del vehículo.
De inmediato, otro de los mozos que estaba cerca se apresuró en acercar al coche una silla de ruedas.
En cuanto Bryan entró empujando la silla de ruedas en el área de Urgencias, les embriagó el olor a pino. Había un árbol de Navidad en la entrada. Eran los únicos pacientes. Parecía que el hospital estaba muy tranquilo aquella noche.
Pero Kelsey observó que en cuanto el resto de la familia entró tras ellos, aquella tranquilidad se terminó.
—Tu madre va a estar bien —le había susurrado Morgan al oído cuando una enfermera y un camillero se había llevado a Kate y a Bryan a la planta de maternidad.
—Claro que sí —había contestado Kelsey con voz firme para intentar convencerse a sí misma.
De aquello habían pasado cinco horas.
En aquel momento, estaban todos reunidos en la sala de espera de la planta de maternidad. Cody estaba acurrucado en el regazo de su madre, completamente dormido a pesar de los esfuerzos que había hecho para evitarlo. El resto estaba mirando fijamente la puerta que daba a las salas de parto en espera de que alguien saliera para anunciar que el nuevo miembro de los Marlowe ya había llegado al mundo.
El ambiente estaba cargado de tensión.
—Algo marcha mal —dijo repentinamente Kelsey, incapaz de controlar su agitación.
—Algunos bebés nacen antes que otros —intentó tranquilizarla Miranda.
—Pero mi madre rompió aguas —insistió ella, convencida de que los bebés debían nacer de inmediato después de una rotura de aguas.
—Eso no significa nada —terció Laurel—. Aun así, el parto puede llegar a ser lento.
Kelsey no estaba convencida.
—Voy a buscar a alguien a quien preguntar —declaró, dirigiéndose hacia la puerta de las salas de parto.
Pero, justo en el momento en el que estaba a punto de entrar en el alegre pasillo de la zona, su padre le salió al paso.
Bryan Marlowe esbozó una sonrisa de oreja a oreja. Parecía casi un jovencito.
De inmediato, todos salvo Laurel se levantaron. Rodearon al patriarca de la familia.
—¿Y…? —exigió saber Kelsey.
—Es un niño. Ha nacido un minuto antes de medianoche —anunció con orgullo su padre.
—Creo que dice algo en las normas del hospital acerca de que no se puede tener a doce personas a los pies de una cama —comentó una enfermera al entrar en la habitación de Kate Marlowe.
—Oh, por favor —le rogó Kate a la mujer—. Sólo durante unos minutos más. Es Navidad.
Bryan sonrió con cariño a su esposa. A continuación, miró a su hijo recién nacido.
—Sí —concedió—. Desde luego que es Navidad.
Morgan, que tenía a Kelsey abrazada por la cintura, besó el suave pelo de su esposa. No había pensado que le sería posible volver a sentirse de aquella manera, volver a abrir su corazón de par en par.
—¿No te da esto ninguna idea? —le preguntó a Kelsey, susurrando.
Ella esbozó una expresión que él no fue capaz de interpretar.
—Iba a reservarlo para luego —contestó—. Pero supongo que este momento es tan bueno como cualquier otro para decírtelo.
Desconcertado, Morgan se quedó mirándola fijamente.
—¿Decirme qué?
—Feliz Navidad, Morgan —respondió Kelsey en voz baja con la felicidad reflejada en la cara—. Vas a ser papá.
Enmudecido, encantado, Morgan tomó en brazos a su esposa y la besó delante de todos… incluso delante de su nuevo cuñado. Pensó que desde luego que aquéllas eran unas Navidades felices. Desde aquel día en adelante, la felicidad inundaría sus vidas.