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LA GÉNESIS DE LA OLP

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En El Cairo, bajo influjo de Gamal Abdel Nasser, en la primera cumbre de jefes de Estado árabes se le encomendó a Ahmed Shukairi, primer presidente del futuro Comité Ejecutivo de la OLP, facilitar el establecimiento de un organismo palestino mediante la consulta con varios grupos en el interior y en el exterior. La nueva generación de dirigentes se enfocó en la propia lucha del pueblo palestino y estuvo representada en el Congreso Nacional Palestino (CNP). El primer CNP se reunió en Jerusalén, desde el 28 de mayo hasta el 2 de junio de 1964, con la presencia de 420 delegados. Entre los asistentes se encontraban Khalil Al-Wazir (Abu Jihad) y Khaled Al-Hassan (Yasser Arafat no pudo asistir), partícipes de la fundación de Fatah en 1958. Por tanto, fue esencial su experiencia adquirida en la Franja de Gaza, tanto en su formación como en el resurgir del movimiento de liberación nacional palestino. Allí se anunció la creación de la OLP, se aprobaron los textos de la Carta Nacional (qawmiya) y de los Estatutos de dicha organización.

En 1964, la Liga Árabe (LA) fundó la OLP, en respuesta a las presiones de las crecientes organizaciones independientes palestinas. A pesar de no iniciarse como un actor independiente, lo cierto es que la OLP se reorganizó como el primer vehículo del nacionalismo palestino, proceso que se completó en 1968. Aunque careció del control físico certero sobre una base territorial o de población.

En sus primeros años, la OLP planteó como solución al proyecto sionista, la idea de un Estado democrático que incluyese a los musulmanes, los judíos y los cristianos. Una política distintiva nacionalista se restauró a partir de las comunidades palestinas dispersas.

La Organización representó a la totalidad de ese pueblo en tres espacios geográficos: primero, bajo ocupación: en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este; segundo, en Israel: con ciudadanía israelí de segunda; por último, en la diáspora sobre todo de los residentes en Jordania, Líbano y Siria, con el consiguiente restablecimiento de su identidad nacional y el movimiento que había disminuido dada la coyuntura enfrentada pos al-Nakba. A partir de la década de los sesenta, la OLP lideró la consolidación del nacionalismo palestino y buscó la forma de explicar en qué se había fallado. Esta organización gestó instituciones como el Consejo Nacional Palestino (CNP) y un aparato legislativo, ejecutivo y judicial. Si bien es cierto que dichos organismos no pudieron desempeñar del todo el papel ejercido por el Estado en otros países de la región, lo cierto es que sí fueron una organización cuasiestatal –sin todas las atribuciones estatales: población, territorio, Gobierno y soberanía– que durante décadas suministraron un marco para dicha identidad.

En su estructura y organización, el programa político de la OLP está establecido en su Carta Nacional, mientras que la organización se rige por su Ley Fundamental, en la que se esbozan los poderes, las responsabilidades y las relaciones entre sus órganos principales: el CNP, el Consejo Central y el Comité Ejecutivo. El CNP es la máxima autoridad de la OLP de acuerdo con su reglamento, y es el responsable de formular sus políticas y programas. Funciona como parlamento para todos los palestinos del interior (Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este) y del exterior (sobre todo Jordania, Líbano y Siria), representa a la diáspora palestina en el mundo e incluye a los partidos políticos, organizaciones populares, movimientos de resistencia e independientes de otros sectores.

En la década de los sesenta, la sociedad palestina desplegó sus políticas públicas y consolidó un movimiento nacional autónomo. En parte, esto aconteció como corolario del declive del panarabismo resultante de dos procesos: el fin de la República Árabe Unida (RAU), unión de Egipto y Siria 1958-1961 (nombre oficial del país norteafricano hasta 1971), y el resurgimiento de la “guerra fría árabe”. Los Estados revolucionarios se agruparon detrás del apoyo de la URSS: Egipto, Siria e Irak (desde 1958), y los más conservadores lo hicieron en la órbita estadounidense: Arabia Saudí, Jordania, Líbano e Irak (hasta 1958) (Martín Muñoz, 1999, pp. 17-19). Durante este periodo, los gobiernos receptores no asimilaron a los palestinos, a la vez que se incrementaron los grupos de liberación que encausaron la lucha armada (Sayigh, 2004, p. 666).

El análisis marxista de la situación en Palestina implica varios aspectos: primero, reconocer que la liberación nacional apareció como una reivindicación de prioridad en la lucha de este pueblo; segundo, identificar los intereses de clase; y, por último, cómo pensaron y actuaron las organizaciones marxistas y de izquierda dentro del movimiento de la resistencia nacional. La OLP tuvo una estructura política y organizativa, un frente político formado por nacionalistas seculares, marxistas, comunistas y socialistas. Se trató de la organización con mayor prestigio, influencia y capacidad de combate en torno a su legítimo derecho a la resistencia contra la ocupación de su tierra natal por una fuerza militar extranjera. La organización ganó el apoyo y la solidaridad de amplios sectores de la población mundial, como la organización más representativa en la historia del movimiento de liberación nacional palestino (Buzetto, 2012, pp. 131-132).

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