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LAS MODIFICACIONES EN LA CARTA NACIONAL (1968)

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La derrota árabe de 1967 frente a Israel, y la muerte de Nasser en 1970 fueron los catalizadores que afectaron la aceptación de la teoría nacionalista y la unión árabe. Esto se tradujo en un considerable desarrollo de los nacionalismos particulares de la zona, por encima del panarabismo, y en un fortalecimiento de los regímenes conservadores con Arabia Saudita a la vanguardia.

La Carta Nacional fue modificada en la cuarta sesión del CNP (El Cairo, julio de 1968), así como también, treinta años después, en el contexto del proceso de paz en la 21ª sesión (Gaza, diciembre de 1998). Estos cambios no alteraron la definición de palestinidad, sino que marcaron el rumbo hacia donde se encaminaban los palestinos, al menos en un primer momento, en cuanto a los límites fronterizos.

La OLP propuso un Estado democrático en la Palestina histórica y buscó eliminar el Estado judío (por razones territoriales), pero no al “pueblo judío”. Sin embargo, tal institución aún no tenía recepción regional o internacional. Fatah ocupó todos los cargos claves del CNP, nombró a Arafat como sucesor de Al-Shuqairi y modificó la carta de la OLP de manera que reflejara el cambio ideológico. Se produjo una palestinización, ejemplificada en la modificación del nombre Carta Magna Nacionalista (1964) a la Carta Magna de la Patria (1968) (Alkhalifa, 2007, pp. 102-103). Además, se agregaron los artículos octavo, noveno y décimo, que remarcaban la necesidad de una guerra de liberación popular y la independencia de la OLP respecto al control panárabe (Pappé, 2007, pp. 268-269). Algunas de las modificaciones que se pueden apreciar en el documento son:

Artículo 8: La parte de la historia, en la que el pueblo Palestino está viviendo, es una parte de lucha nacional (watani) por la liberación de Palestina. […] Partiendo de este hecho, el colectivo palestino, tanto si reside en la patria nacional como si se encuentra en situación de diáspora (mahajir) –tanto sus organizaciones como cada individuo– constituye un frente nacional que trabaja por la recuperación de Palestina y su liberación mediante la lucha armada.

En el mismo artículo se declaró que “la lucha armada es una estrategia, no una táctica, para la liberación de Palestina”. El conflicto se concebía en sí mismo como el instrumento para mantener la identidad nacional; no era preciso ningún otro logro aparte. En efecto, la OLP todavía no había liberado una porción de su territorio nacional para actuar a semejanza de otros movimientos de liberación. Por el contrario, tuvo la dificultad de que las bases militares y sociales de su estrategia estaban ubicadas en el exterior de Palestina.

La palestinización del conflicto se constata también en el artículo 9: “También reafirma su derecho a vivir de forma natural en Palestina y a ejercer su derecho a la propia determinación y soberanía en Palestina”. De igual manera, los siguientes artículos reafirman las características de la lucha armada, la unidad nacional y árabe, y la liberación del Estado:

Artículo 9: La lucha armada es la única forma de liberar Palestina. Esta es la estrategia global y no se limita a una fase táctica. El pueblo árabe palestino reafirma su absoluta determinación y firme resolución a continuar la lucha armada y a trabajar en una revolución armada popular por la liberación de su país y retorno a él. […]

Artículo 11: Los palestinos tendrán 3 lemas: unidad nacional (wataniyya), movilización nacional (qawmiyya) y liberación. […]

Artículo 13: La unidad árabe y la liberación de Palestina son dos objetivos complementarios, la obtención de uno de ellos facilita la obtención del otro. En consecuencia, la unidad árabe conduce a la liberación de Palestina, la liberación de Palestina conduce a la unidad árabe, y el trabajo por la realización de un objetivo va a la par con el trabajo por la realización del otro.

La evolución de la política palestina estuvo atravesada por la división entre “interior” y “exterior”, sobre todo a partir de 1967, año en que Palestina quedó bajo control israelí en su totalidad. La OLP pervivió en esa dicotomía interior y exterior, con cierto desequilibrio y tensión con las formas de lucha adoptadas por cada caso. Para el exterior, la acción militar sirvió para consolidar una identidad palestina específica y demarcar los límites con la identidad árabe. Esto diferenció a la organización cuasi estatal palestina dentro del conjunto de Estados árabes. La lucha armada movilizó a la diáspora y contribuyó a la evolución de la relación de fuerzas con los gobiernos árabes de acogida o con Israel.

Los palestinos del interior aceptaron a la OLP como fuente simbólica de su identidad y proveedora de ideología tanto nacionalista como secular. A su vez, también les procuró legitimidad, financiación y motivación para actuar. Cuando la acción palestina fue disgregada, centró la liberación de su territorio a través de la lucha armada, pero subestimó la necesidad de construir un movimiento sociopolítico en el interior. Sin embargo, el resurgimiento de la identidad nacional se unió a la formulación de una agenda política independiente y a las movilizaciones civiles para instaurar un Estado en Cisjordania y Gaza (como espacios posibles). Las bases sociales recuperaron protagonismo en la estrategia del movimiento de liberación nacional, al tiempo que liberar todo el territorio se desplazó hacia la posibilidad de dos Estados-nación.

La revolución armada, citada por los propios palestinos como “Guerra de liberación popular Palestina”, y un Frente Nacional que buscaba la recuperación de Palestina y su liberación mediante la lucha armada, estuvieron presentes en los documentos palestinos de la época. Como, por ejemplo:

Artículo 10: Las acciones comando constituyen el núcleo de la guerra de liberación popular Palestina. Lo cual requiere una intensificación absoluta, una movilización de todos los esfuerzos populares palestinos, su organización y participación en la revolución armada Palestina. Asimismo, requiere la unidad en la lucha nacional (watani) entre las diferentes agrupaciones del pueblo Palestino, y entre el pueblo Palestino y las masas árabes, con el fin de asegurar la continuidad de la revolución, su intensificación y su victoria.

El mártir, el revolucionario y el guerrillero establecieron una relación intrínseca con la autoidentificación palestina. Las fórmulas empleadas fueron: revolución armada popular y guerra de liberación popular palestina, ambas representativas de la forma de entender la situación que estaban atravesando. Al estar en una situación de dispersión geográfica en diversos Estados nacionales y con Palestina ocupada, existía el peligro real para ellos de que su nacionalidad se disolviera entre las demás. Este riesgo potencial podría haberse producido si hubiesen sido asimilados en los países de acogida. El caso de los “palestinos-israelíes” –denominados en Israel “árabes israelíes”– resultó una de las coyunturas más alegóricas por esa superposición identitaria, dado que población e incluso poblados enteros palestinos permanecieron al interior de los límites de Israel (líneas de armisticio de 1949).

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