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LAS SUBVENCIONES PARA IMPORTAR CEREALES

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Idéntica pero aún más temprana acogida tuvieron los conversos para participar de las condiciones ventajosas que primaban el abastecimiento de grano al almudín, según demuestran los siguientes datos:

 1393. Guillem Corbelló, vecino de Xàtiva, y su procurador Manuel Despuig, converso, recibieron 143 sueldos y 6 dineros en concepto de ayuda por 71 cahices 9 barchillas de grano (aproximadamente 10.816 kg.), a razón de 2 sueldos por cada cahíz, traído a Valencia en recuas de mulas desde Castilla.16

 1401. Nicolau Rodrigo, converso, mercader de Aspe, recibió 60 sueldos en concepto de ayuda por importar 20 cahices de grano (3015 kg.) en la barca de Nicolau Favar, de Sant Feliu de Guíxols, a razón de 3 sueldos por cahíz.17

 1403. Gabriel Ballester, neófito, obtuvo 1020 sueldos por 255 cahices de trigo (38.441 kg.) de Berbería, traídos en la barca del barcelonés Ferrer Vedell, a razón de 4 sueldos por cahíz.18

 1415. Los Jurados prometieron a Joan de Ripoll tres sueldos y seis dineros por cada cahíz de trigo que lograra traer para abastecer Valencia, recibiendo un total de 697 sueldos y 4 dineros por 199 cahices 3 barchillas (30.037 kg.) procedentes de Francia.19

 1416. Los Jurados prometieron a Lluís Soler 2 sueldos 6 dineros por cahíz, lo que supuso un total de 722 sueldos 1 dinero por los 240 cahices 10 barchillas de cebada (36.305 kg.) importados con la barca de Joan Serç.20

 1417. Lluís Soler consiguió 3.132 sueldos de subvención al importar 1.166 cahices de trigo siciliano (175.774 kg.) desde Trapani, en las naves de Pere de Mora y de Nicolau Rovira, a razón de 3 sueldos de subvención por cahíz.21

 1418. Joan de Ripoll recibió 1.500 florines de oro (16.500 sueldos), que le eran cedidos por los Jurados para abastecer el almudín con grano procedente de Sevilla, o de otros lugares ajenos a la soberanía real de Aragón, en el plazo de tres meses.22

 1426. Galceran Martí obtuvo 1.355 sueldos por 1000 cahices de grano que traería de Berbería en los próximos nueve meses, a condición de que se garantizara un precio de venta mínimo de 8 sueldos 6 dineros por cahíz en el almudín. Más tarde, en diciembre, obtendría otros 494 sueldos por 494 cahices de cebada (74.470 kg.), a razón de un sueldo de subvención por cahíz, que había importado desde Ténès (Argelia) en la nave del genovés Antoni Pi, y desde Xàbia en la barca de Bernat Segarra.23

Paradójicamente, lo más llamativo del fenómeno no fue la inserción en la red de abastecimiento del municipio, ni la cuantía de las subvenciones concedidas a beneplácito de los gobernantes, sino la progresiva transformación del tratamiento honorífico o protocolario que estos personajes recibían en la documentación municipal. Desde 1426, Galceran Martí dejó de ser identificado como converso y fue reconocido exclusivamente como mercader y ciudadano de Valencia; y desde 1427 comenzó a utilizar los servicios de Gabriel Ripoll, corredor d’orella, como intermediario en la obtención de las subvenciones municipales. Con toda probabilidad, este Gabriel Ripoll era hijo de Joan Ripoll, converso, mercader y ciudadano de Valencia, que había importado grano y arrendado los impuestos municipales, aunque Gabriel nunca fue calificado como converso en las fuentes municipales, pues pertenecía a la generación inmediatamente posterior, y comparece en la documentación municipal en un momento en que el epíteto había dejado de usarse. Gabriel Ripoll gestionó la subvención para 2280 cahices de grano (343.710 kg.) que Galceran Martí importaría desde Berbería en la nave del genovés Jacobo Morteu, desde Ténès (Argelia) en la nave de Goçalbo de Landeria, y desde Ona (Honein, Argelia) en la nave de Goçalbo de Landeria y Bertolí Joan.24 Por otro lado, en 1427, Galceran Martí se asoció con Francesc Pardo, mercader mallorquín de reconocida ascendencia conversa, como él mismo, aunque tampoco se hizo mención explícita en las fuentes contables del municipio, recibiendo ambos, en aquella ocasión, 1200 sueldos como ayuda de los Jurados valencianos por los 1200 cahices de grano (180.900 kg.) importados desde Agrigento (Sicilia), en la nave de Arnau Taularí.25

Es decir, esta mínima participación de las elites mercantiles conversas en los negocios públicos, contó con la aquiescencia e incluso con el aliento del Consell, sin favorecer ningún monopolio o dar lugar a una dedicación preferencial de sus quehaceres, sino que –a tenor del repaso completo de la contabilidad municipal– constituyó sólo un negocio más o menos ocasional, compartido con otros mercaderes en las correspondientes anualidades. Al mismo tiempo, en los registros compuestos sucesivamente, fueron desapareciendo los calificativos que recordaban sus orígenes, y dejaron de ser tildados como conversos, al tiempo que se mantenían los epítetos de mercader y de ciudadano para calificarlos, algo que favoreció su disolución dentro del colectivo que, de un modo u otro, participaba en las subvenciones municipales. Desde 1427 no se documenta ningún converso que sea reconocido como tal en las cuentas municipales, aunque esas mismas personas siguieron participando en la gestión fiscal y en el abastecimiento de grano. En la siguiente generación no quedaba rastro alguno que identificara a ese particular grupo socio-confesional.

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