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ADVERBIOS IMPLICATIVOS

Ignacio BOSQUE

Universidad Complutense de Madrid

1. Los adverbios que modifican al verbo o al sintagma verbal constituyen un amplísimo grupo en el que cabe hacer numerosas distinciones. En este breve trabajo me limitaré a llamar la atención sobre la peculiar relación semántica que mantiene con el predicado verbal un pequeño grupo de estos adverbios, al que pertenecen los que resalto en los ejemplos de (1):

1) Atropellar mortalmente a alguien; terminar exitosamente los estudios; buscar infructuosamente un remedio; esperar en vano una respuesta; llegar felizmente a puerto; intentar fallidamente un nuevo sistema organizativo; utilizar provechosamente el tiempo; intentar inútilmente una salida desesperada; tratar en balde de asegurar la carga; proseguir estérilmente la búsqueda.

En efecto, el adverbio mortalmente no expresa una ‘manera de atropellar a alguien’ (aunque el DLE parezca afirmar lo contrario) en oraciones como Un ciclista fue atropellado mortalmente ayer, sino más bien la consecuencia del atropello. De hecho, podemos concluir que la persona designada por el sujeto paciente de atropellar en esta oración murió, aun cuando el verbo morir no aparezca en ella. La única referencia a la muerte que esa secuencia contiene es el adjetivo mortal, base léxica del adverbio mortalmente. El hecho de que el SN correspondiente a la nominalización de atropellar conserve esta peculiar propiedad (un atropello mortal) muestra que el fenómeno descrito tiene lugar por igual en el ámbito del SV y en el del SN.

Los demás ejemplos de (1) son sintagmas verbales construidos con adverbios o locuciones adverbiales que designan el éxito o el fracaso de la acción que se persigue, o bien expresan el hecho de que dicha acción tenga o no algún resultado positivo para el que la lleva a cabo. Así, el sintagma buscar infructuosamente un remedio no informa acerca de la manera en la que cierta búsqueda tiene lugar, sino del hecho de que esta no tenga consecuencias satisfactorias. Cabría tal vez concluir, en función de esta diferencia, que mortalmente es un adverbio consecutivo (ya que admite paráfrasis como «con consecuencia de muerte»), y quizá que los demás adverbios de (1) son adverbios resultativos. Aplicaré, no obstante, el término adverbio implicativo a todos los adverbios de (1), aun cuando se puedan hacer algunas distinciones semánticas entre ellos, como explicaré a lo largo de estas páginas.

2. Geuder (2002) usa el término resultative adverb para aludir a los correlatos adverbiales de los complementos predicativos resultativos. Aun así, el paralelismo entre adjetivos y adverbios es menos evidente de lo que puede parecer, ya que las lenguas romances admiten sin dificultad sintagmas como decorar hermosamente un recinto o cargar pesadamente un camión, pero presentan considerables dificultades para admitir los complementos predicativos adjetivales correspondientes (cf. *decorar hermoso un recinto; *cargar pesado un camión). Aunque los complementos predicativos resultativos no son desconocidos en español (pintar las paredes de verde; cortar el pan en dos pedazos, etc.), están sumamente restringidos en comparación con el inglés. Cf. ingl. sweep the room clean ‘limpiar la habitación y dejarla limpia’. En la traducción de este ejemplo se observa que el español necesita otro predicado (dejar en este caso) para expresar el significado resultativo1.

Geuder (2002), que no parece ser consciente de esta diferencia interlingüística, considera resultativos los equivalentes ingleses de hermosamente o pesadamente, puesto que estos adverbios se orientan semánticamente hacia el estado resultante de la acción que el verbo expresa. En cualquier caso, el término no sería apropiado para los adverbios de (1). En sentido escrito, el resultado de la oración Reclamó la deuda es la situación en la que cierta deuda ha sido reclamada. Si añadimos el adverbio infructuosamente no alteraremos esa situación, sino que añadiremos una inferencia según la cual tal acción no produjo el propósito natural buscado: el de cobrarla.

Los llamados verbos implicativos (Kartunen, 1971; van Leusen, 2012) proporcionan inferencias en cierta forma paralelas a estas. La oración María logró escribir su tesis afirma «María escribió su tesis», e implica que dicho proceso conllevaba alguna dificultad superada. Al contrario, con los verbos implicativos negativos se infiere que la situación expresada por el predicado no llega a tener lugar, como en María desistió de escribir su tesis o en Estuve a punto de asistir a la fiesta. Los adverbios que aquí llamo implicativos no expresan exactamente estos significados, pero dan lugar a inferencias semejantes a las que estas oraciones permiten, ya que añaden al predicado principal cierta información sobre las consecuencias, alcanzadas o no, de la acción expresada. Ciertamente, no la niegan, pero pueden llegar a hacerla casi irrelevante. En Fue herido mortalmente se dice de alguien que «fue herido», pero posee mayor relevancia informativa el hecho de que murió a consecuencia de una o varias heridas, lo que –paradójicamente– es expresado por un adverbio.

Este último punto permite establecer otro vínculo entre los verbos implicativos y algunos de los adverbios que aquí analizo. Los primeros se parecen a los verbos modales en que permiten cancelar, en ciertos contextos, la implicación a la que dan lugar. Por ejemplo, (2a) no dice que alguien vaya a resolver necesariamente cierto problema2. Análogamente, algunos de mis informantes entendían que la oración (2b) no implica necesariamente «Juan murió».

2) a. Si Juan logra resolver ese problema.

b. Juan fue herido mortalmente.

c. «Según los informes, la bala que hirió mortalmente a Mario penetró por debajo de la axila izquierda, sin pasar a través del brazo» (EL PAÍS, 12-10-1996, CREA).

Pero esta inferencia, que solo algunos hablantes pueden cancelar con el verbo herir, resulta difícilmente cancelable con el verbo atropellar. Tampoco es preciso leer la crónica completa de la que extraigo el fragmento (2c) para concluir que se habla allí de una persona muerta por disparo de bala. En cualquier caso, la cuestión de qué factores (léxicos, sintácticos o pragmáticos) condicionan la suspensión de las inferencias a las que aludo requiere un estudio más pormenorizado3.

3. Antes de entrar a considerar las propiedades gramaticales y léxicas de los adverbios implicativos, conviene hacer notar que ciertos sintagmas preposicionales pueden expresar su mismo significado. La locución preposicional con resultado de admite un número muy restringido de términos (muerte, lesiones, daños, pérdidas y unos pocos más), por lo que constituye propiamente una colocación. Están algo menos restringidos sintácticamente SSPP como con éxito (cf. con un más que notable éxito), sin resultados (cf. sin resultado apreciable alguno) y otros similares como con notable provecho, sin éxito alguno, etc. A pesar de que los SSPP implicativos requerirían un estudio independiente, mencionaré aquí algunos usos de con éxito y sin éxito por su evidente proximidad con los adverbios introducidos.

En cuanto al paradigma mismo de los adverbios implicativos, cabría pensar en ampliarlo en varias direcciones, pero entiendo que ello podría restarle unidad. Me parece, por ejemplo, que no sería adecuado añadir a (1) adverbios como correctamente o equivocadamente. En el sintagma traducir equivocadamente una frase se juzga el resultado de la traducción; en cambio los ejemplos de (1) no contienen juicios de valor de esta naturaleza, sino que manifiestan la consecuencia natural –positiva o negativa– de las acciones que se mencionan, o bien la información relevante sobre si se alcanza o no el desenlace perseguido por quien las lleva a cabo.

4. Frente a lo que pudiera parecer, el adverbio mortalmente no expresa el resultado mortal de una acción cualquiera, por peligrosa que esta sea. Si así fuera, no tendríamos contrastes como los siguientes:

3) a. Se había comido una seta venenosa {*mortalmente / y murió}.

b. Recibió un disparo {*mortalmente / y murió}.

Aunque la consecuencia de la acción que se menciona en estos ejemplos es la muerte de la persona designada por el sujeto, la sintaxis rechaza en ellos el adverbio mortalmente, de forma que el significado que se desea expresar debe ponerse de manifiesto con algún otro recurso (una expresión coordinada, en estos ejemplos). Si la persona muerta es designada por el objeto directo o el indirecto, podemos obtener contrastes similares:

4) a. Lo empujaron desde el ático {*mortalmente / y murió}.

b. Le abrieron las venas {*mortalmente / y murió}.

De hecho, el adverbio mortalmente está restringido fundamentalmente a un grupo de verbos que expresan agresión, de forma que el objeto directo designa a quien la experimenta, y muere a consecuencia de ella:

5) golpear, herir, apuñalar, atropellar, derribar, disparar, arrollar, atentar (contra alguien), alcanzar (como en Fue alcanzado mortalmente en el pecho) y unos pocos más.

Descarto los usos figurados de mortalmente, como su combinación con los verbos aburrir u odiar, en los que no se habla de muerte alguna, y también dejo aquí de lado las combinaciones que muestran este adverbio en sintagmas adjetivales, como en mortalmente tóxico o mortalmente peligroso, que no podrán ser analizadas aquí por razones de espacio.

Se abordan algunas de las numerosas restricciones léxicas a las que dan lugar los adverbios de manera del español en García Page (2001, 2004), Bosque (2004, 2017) y Torner (2007), además de en los títulos citados en esas obras4. Es oportuno recordar aquí que los factores semánticos que restringen la predicación secundaria no afectan únicamente al aspecto léxico o modo de acción (realizaciones frente a estados o actividades, etc.), sino que a menudo hacen referencia a otras variables más sutiles. En la NGLE (§ 38.8l) se explica que algunos complementos predicativos del objeto directo expresan «estados relativos» a determinadas acciones, como en comprar {bara-tã cruda} la carne, frente a comer {*baratã cruda} la carne. Como puede verse, no basta que barato sea un predicado de estadio (ingl. stage level predicate) que admite estar y puede predicarse de carne. La gramática impone una restricción mayor, ya que el estadio de la carne que se evalúa es relativo a la acción de comprarla.

De manera en cierta forma semejante, el que el adverbio mortalmente esté limitado al grupo de verbos introducidos arriba muestra que la gramática solo da cabida a un subconjunto de las relaciones predicativas en las que cabría pensar. Los adverbios de manera se consideran generalmente predicados de los eventos. La sintaxis codifica, pues, la relación restrictiva que se da entre los adverbios y su argumento externo, y la restringe a ciertos predicados que expresan formas de agresión cuya consecuencia natural puede ser la muerte. Curiosamente, apenas existen verbos de proceso que se construyan con el adverbio mortalmente, con la excepción de enfermar. Nótese que también en este caso la relación que la gramática codifica léxicamente (la que existe entre la enfermedad y la muerte) es tan solo una de las que pueden conducir a ese fatal desenlace5.

5. En el apartado precedente he mostrado que la relación semántica entre el adverbio mortalmente y los predicados a los que modifica es sumamente restrictiva. No lo son tanto las que se establecen con los demás adverbios de (1) que dividiré en dos grupos, en función de que las consecuencias a las que se alude sean negativas (infructuosamente, en vano, inútilmente, ineficazmente, etc.) o positivas (exitosamente, provechosamente, felizmente).

Comenzaré por los adverbios de sentido negativo. Quizá el más restrictivo de los adverbios de este grupo sea ineficazmente, que se combina sobre todo con los verbos que denotan uso o empleo, como en usar ineficazmente los recursos disponibles. A este paradigma pertenecen verbos como usar, utilizar, emplear, manejar o gastar. Aun así, los textos proporcionan ocasionalmente otras combinaciones, como luchar ineficazmente, intentar ineficazmente o presionar ineficazmente. La mayor parte de ellas corresponden a los grupos semánticos en los que es posible clasificar los verbos a los que modifican los demás adverbios implicativos de sentido negativo que he mencionado: infructuosamente, inútilmente, etc. En efecto, no existe un solo grupo semántico de verbos que abarque en estos casos todas las opciones. Los que resultan marcadamente preferidos son los siguientes:

6) a. Verbos que denotan BÚSQUEDA, especialmente si es esforzada: buscar, hurgar, perseguir (también andar o correr tras algo o alguien), aproximarse (en sentido figurado), investigar, indagar, rastrear, dar vueltas a algo.

b. Verbos que denotan INTENTO: intentar, tratar, probar, ensayar, procurar.

c. Verbos que denotan ESPERA: esperar, aguardar.

d. Verbos que denotan SOLICITUD: pedir, reclamar, instar, llamar, solicitar, demandar.

e. Verbos que denotan PROPUESTA o SUGERENCIA: proponer, ofrecer, plantear.

f. Verbos que expresan INSISTENCIA (insistir, empeñarse, presionar), así como otras formas de ACCIÓN PORFIADA o ESFORZADA dirigida a un fin: luchar, litigar, disputar, batallar, alzarse o levantarse (contra alguien), pugnar (también propugnar), forcejear, defender, denunciar, hacer valer, esforzarse, sacrificar(se), afanarse, negociar, gritar, desgañitarse.

g. Verbos que denotan APOYO: ayudar, alentar, apoyar.

La mayor parte de los ejemplos encontrados en varios corpus (CREA, CORPES, GBOOKS) encajan en alguna de las clases semánticas que figuran en (6). En ciertas búsquedas, las coincidencias rondaron el 90 % de los casos encontrados. Se ilustran algunas de estas combinaciones en los ejemplos siguientes:

7) a. Intentó inútilmente adaptarse a las nuevas costumbres.

b. Se había pasado años luchando infructuosamente contra un cáncer.

c. Volvieron a pedir en vano una nueva negociación.

d. Se afanaba en balde por cambiar de empleo.

e. Trataron vanamente de impedir el avance de las tropas.

f. Estaba dispuesto a sacrificarse estérilmente por un ideal inalcanzable.

Las relaciones semánticas que pueden detectarse entre los grupos semánticos de (6) son evidentes. Ciertamente, el verbo buscar pertenece al grupo «a», pero significa ‘intentar encontrar’, e intentar corresponde al grupo «b». Es también estrecha la relación entre los grupos «b», «d» y «e». Nótese que las búsquedas, los intentos, las esperas, las solicitudes o las «acciones porfiadas» son actuaciones dirigidas de modo natural a un fin particular que forma parte de su propio significado. Es más, los resultados a los que apuntan todas estas acciones se pueden codificar en pares «acción-resultado», como los que se recogen en (8):

8) «búsqueda-encuentro»; «intento-logro»; «espera-llegada»6; «solicitud-aceptación»; «acción porfiada-éxito», etc.

A todo ello se añade que varios de los predicados verbales mencionados rigen complementos preposicionales que denotan expresamente el fin perseguido (insistir en, empeñarse en, luchar por, esforzarse por, sacrificarse por, etc.). Así pues, los verbos que se ajustan a los pares de (6) expresan –léxicamente unas veces y sintácticamente otras– los objetivos de la acción a la que aluden. En algunos casos, se requiere cierto rodeo para llegar a esa misma conclusión. Por ejemplo, el uso de tocar el timbre en (9) se asimila al grupo (6d),

9) Tocó el timbre de la puerta inútilmente.

aun cuando tocar el timbre no sea una locución verbal, sino una colocación. En cuanto que tocar significa aquí, según el DLE, ‘Avisar haciendo seña o llamada’ (como en tocar la campanilla), entiendo que la correspondencia con los predicados de ese grupo es correcta en lo fundamental.

La finalidad perseguida puede manifestarse en ciertos complementos argumentales, como hemos visto, pero también a través de adjuntos: una subordinada final, como en (10a, b), o un sintagma preposicional encabezado por locuciones como en demanda de, en busca de y otras similares que manifiestan de forma expresa aquello que se desea conseguir, como en (10c, d):

10) a. […] en vano se colgaba de la campanilla para llamar a sus empleados, nadie acudía (Isabel Allende, Eva Luna, CREA).

b. Para no olvidar el punto de la tumba mi madre trazó inútilmente sobre ella un círculo enigmático con el dedo (Manuel Vicent, Balada de Caín, CREA).

c. Un grupo de jubilados recorrió ayer infructuosamente dependencias del gobierno del Estado en demanda de un aumento en sus percepciones económicas (Diario de Yucatán, 23-07-1996, CREA).

d. «[…] dio la orden de allanamiento para que un nutrido destacamento de policías armados entrara inútilmente en busca de armas y explosivos en la Escuela Hebraica de Caracas» (El Nuevo Día, 14-12-2004, CREA).

Aunque menos frecuentemente, esta información puede obtenerse a través de factores puramente discursivos. No es sencillo, en efecto, explicar el significado de la oración (11) fuera de contexto:

11) Los cines se llenaban inútilmente (M.ª Luisa Puga, La forma del silencio, CREA).

Esta oración cobra, en cambio, pleno sentido cuando se repasa el largo párrafo en el que se inscribe, ya que en él se narran literariamente diversas formas en las que la gente intentaba pasar el tiempo en Acapulco durante cierto día lluvioso.

En resumen, la expresión de las consecuencias indeseadas que caracterizan a los adverbios implicativos de sentido negativo requiere que se recupere gramaticalmente el objetivo que se persigue. Esta recuperación puede obtenerse de tres maneras:

12) a. LÉXICAMENTE, como en los predicados verbales de (6).

b. SINTÁCTICAMENTE. Permiten recuperarla de esta forma los argumentos de algunos de estos mismos verbos. La finalidad perseguida se puede expresar asimismo a través de complementos adjuntos, como sucede en (10).

c. DISCURSIVAMENTE. Es la situación menos frecuente. En estos casos, la recuperación tiene lugar a través del contexto extraoracional, a veces necesariamente amplio, como sucede en (11).

6. Quedan, finalmente, los adverbios implicativos de sentido positivo: felizmente, provechosamente o exitosamente, a los que puede agregarse el SP con éxito. En el caso del adverbio felizmente, es preciso descartar varios sentidos no relacionados con el que aquí interesa, como la acepción en la que felizmente equivale a ‘de modo feliz o placentero’ (Su vida transcurría felizmente; Cantaban felizmente). También deben descartarse los usos en los que felizmente es un adverbio modal extraoracional, en lugar de un modificador del SV, como en La despidieron, pero, felizmente, encontró un nuevo trabajo. Una vez descartados estos casos, predominan claramente en las combinaciones del adverbio felizmente los verbos que expresan término o finalización de algo:

13) acabar, terminar, completar, concluir, culminar, coronar, finalizar, confluir, clausurar, cerrar, llegar, desembocar, alcanzar.

Resulta, pues, natural que los sustantivos que se combinan prototípicamente con el adjetivo feliz, usado en esta interpretación, sean desenlace, final, resultado, conclusión, término y otros similares que expresan esos mismos significados7. Un segundo grupo de verbos, ejemplificado en (14a), añade al significado expresado en (13) el hecho de que el proceso que concluye parte de un estado inicial negativo, o en general adverso para el que lo experimenta:

14) a. superar, liberar(se), recuperar(se), recobrar(se), etc.

b. llevar a cabo, llevar a efecto, realizar, cumplir, etc.

Otros verbos asociados a este grupo caracterizan léxicamente los predicados de realización o efectuación (ingl. achievement), como se muestra en (14b). Recuérdese que estos predicados se definen aspectualmente por presentar a la vez duración y término. Aun así, el simple hecho de constituir un predicado de realización (ingl. accomplishment) no garantiza la legitimación del adverbio (compárese concluir felizmente la redacción del informe con *redactar felizmente el informe).

Los grupos léxicos ejemplificados en (13) y (14) proporcionan asimismo combinaciones naturales con el adverbio exitosamente, más usado en el español americano que en el europeo. Es oportuno recordar que este adverbio se deriva del adjetivo exitoso, a su vez formado sobre el sustantivo éxito (cf. lat. exĭtus ‘salida’). El adverbio exitosamente se desliga aparentemente de su etimología cuando se combina con verbos que denotan el inicio de un proceso, en lugar de su final:

15) abordar, acometer, arrancar, afrontar, ensayar, etc.

No obstante, en estos casos se mantiene plenamente el sentido actual de la voz éxito, ya que se infiere aquí que se habla de procesos iniciados que conllevan alguna dificultad superable. Es también de esperar que el adverbio exitosamente se registre repetidamente en los textos combinado con los verbos que expresan la existencia de un conflicto del que se espera algún desenlace que puede ser o no favorable (recuérdese el grupo [6f ]):

16) competir, lidiar, negociar, defender, enfrentar, guerrear, enfrentar(se), etc.

El mismo adverbio (así como el sintagma con éxito) se emplea también con naturalidad con los verbos que significan ‘hacer uso’ (aprovechar, usar, utilizar, emplear, etc.). Coincide en ello con ineficazmente, tal como he señalado arriba. Este mismo grupo de verbos es, por otra parte, el mayoritario en las combinaciones atestiguadas con el adverbio provechosamente. Tiene además particular interés el hecho de que exitosamente se registre frecuentemente con verbos que hacen referencia a la acción de obtener rendimiento económico (es decir, éxito) de diversas maneras. Se trata de predicados como explotar, vender, capitalizar, comercializar, mercantilizar, distribuir (un producto), etc.

Como en otros grupos de verbos, existen aspectos composicionales, además de discursivos, a los que la selección léxica no puede sustraerse. El éxito de una acción o un proceso implica el reconocimiento en ella de riesgos o de dificultades. Este hecho se expresa a través del léxico en los grupos de (14), (15) o (16), pero puede expresarse también composicionalmente; es decir, a través de la sintaxis. Pueden ilustrar esta idea los pares siguientes:

17) a. ??Salió felizmente de su casa.

b. ??Se alejó con éxito del hospital.

18) a. Salió felizmente {del apuro / de una complicada operación}.

b.Se alejó con éxito {del peligro / de sus perseguidores / de la zona militar}.

Las oraciones de (17) no son agramaticales, pero resultan menos naturales que las variantes de (18), en gran medida porque obligan al oyente a deducir del contexto previo cierta información que en estas últimas se presenta explícitamente.

7. No es posible predeterminar los objetivos que los individuos desean alcanzar con las acciones que realizan (Searle, 1983, entre otros muchos autores). Ello es perfectamente compatible con el hecho de que muchos predicados verbales expresen lingüísticamente el objetivo que persigue quien lleva a cabo tales acciones. Unos verbos lo ponen de manifiesto en su propio complemento (Intentó una negociación), pero otros lo implican como parte de su significado léxico: el resultado natural de esperar algo o a alguien es que la persona o la cosa esperada lleguen; el de solicitar un aumento de sueldo es obtenerlo; el de luchar contra algo es vencerlo o superarlo, etc. Son estas, fundamentalmente, las consecuencias naturales de las acciones y los procesos a las que los adverbios implicativos hacen referencia.

Como he explicado antes, cuando los adverbios implicativos son admitidos por predicados de realización ajenos a los paradigmas introducidos arriba (como, por ejemplo, en pintar inútilmente un retrato), no se ve afectado el «estado resultante» que estos verbos expresan léxicamente, sino el propósito último que la acción perseguía, supuestamente aportado por el discurso precedente. Aun así, he intentado mostrar que estos contextos son minoritarios, y que incluso se restringen a menudo a la lengua literaria. La situación no marcada es, por el contrario, aquella en la que el objetivo perseguido se expresa a través del léxico o de la sintaxis oracional, como se resume en el esquema de (12).

Tal vez sea posible unificar los grupos de verbos introducidos arriba a través de un número menor de distinciones (problema, por otra parte, común a todas las clasificaciones que introduce el diccionario REDES). En cualquier caso, el hecho mismo de que esas clases semánticas existan, y el que muchas de ellas pongan de manifiesto la redundancia habitual en los procesos de selección semántica, es un indicio de que forman parte de estructuras predicativas. De hecho, confirman la interpretación –hoy habitual en los estudios de semántica– de los predicados verbales como argumentos externos de los adverbios que modifican al SV. Si esta relación es predicativa, es lógico que dé lugar a restricciones semánticas entre predicados y argumentos. Las más conocidas se suelen definir en términos aspectuales (es decir, en función de los Aktionsarten). En cambio, las que he intentado presentar aquí introducen variables algo más sutiles que valdría la pena seguir explorando.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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1 Es imposible dar cuenta aquí de la ingente bibliografía que existe sobre los complementos predicativos resultativos. Se puede obtener una buena composición de lugar a través de Demonte y Masullo (1999), Rodríguez Arrizabalaga (2002, 2016), Mendívil Giró (2003), Levinson (2010) y las referencias citadas en estos trabajos.

2 La implicación asociada con el pretérito, no con el presente, en pares como Juan {fue / es} capaz de abrir la caja ha sido estudiada con detalle. Remito a Hacquard (2009), Guéron (2015) y trabajos allí citados. Para el español se aborda recientemente la cuestión en Carrasco (2018).

3 El DLE incluye un verbo modal en la acepción relevante de mortal: ‘Que ocasiona o puede ocasionar muerte’. En la definición de envenenar del mismo diccionario (‘Administrar un veneno a una persona o un animal’) no se menciona que esta acción se hace con el propósito de causar la muerte, ya que ello se deduciría del significado de veneno. Pero, aunque no se haga expresa, nótese que la información relativa a la relación causal entre el envenenamiento y la muerte es necesaria para dar sentido a ejemplos como (i):

(i) […] le envenenaron sin éxito y tuvieron que pegarle dos tiros, tal era su fortaleza física (El Mundo, 11-11-1996, CREA).

Retomaré esta cuestión en los §§ 5 y 6.

4 No deja de ser curioso que la búsqueda de generalizaciones semánticas sobre la combinatoria léxica (lo que viene a equivaler al intento mismo de comprenderla en alguna medida) sea a veces desestimada por algunos lexicógrafos. Alonso-Ramos (2017) entiende que la información que proporcionan los grupos léxicos del diccionario combinatorio REDES (Bosque, 2004) constituye una «curiosidad intelectual», ya que, al parecer, el hablante de español como primera o segunda lengua debe memorizar separadamente cada combinación restrictiva sin atreverse a hacer generalizaciones sobre ellas (más o menos, como si fuera un ordenador). El mismo razonamiento se aplicaría, por tanto, al paradigma de (5), entre otros muchos. Cabe también pensar, aplicando este mismo criterio, que, en lugar de acudir a conceptos abstractos como «suceso fortuito», el hablante debería memorizar uno a uno, al parecer, los sustantivos que pueden ser sujetos del verbo ocurrir (accidente, desgracia, catástrofe, tragedia, incidente, imprevisto, milagro, incendio, percance y unos pocos más). A aquellos estudiantes de E/LE que pregunten por qué unos verbos admiten interrogativas indirectas y otros las rechazan habría quizá que sugerirles –continuando con el razonamiento– que moderen su «curiosidad intelectual» y se limiten a memorizar esas propiedades individualmente. Lo cierto es que el estudio de la relación entre el léxico y la sintaxis posee ya una larga historia, que podría resumirse como el intento de formular generalizaciones parciales sobre clases semánticas y gramaticales, en lugar de acumular más y más casos particulares. Esas generalizaciones son a menudo difíciles; muchas de ellas son incompletas e insuficientes, y algunas cuentan con no pocas excepciones. Podrán ser cualquiera de esas cosas; pero no son, desde luego, simples «curiosidades intelectuales».

5 La relación entre las estructuras verbales y las nominales es solo parcial en este punto, ya que junto a caída mortal no se registra ??caer mortalmente. Como es obvio, no constituye un contraejemplo la expresión caer mortalmente herido, puesto que mortalmente no modifica en ella a caer, sino a herido.

6 O simplemente consecución o realización, como en Esperamos la pronta publicación de la obra.

7 Curiosamente, el DLE no asigna una acepción diferente a feliz en hombre feliz y en resultado feliz, a diferencia de lo que hacen otros diccionarios.

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