Читать книгу En sintonía con tu ciclo femenino - Алиса Витти - Страница 25
Conoce tu reloj de veinticuatro horas: el ritmo circadiano
ОглавлениеVeamos primero el reloj de veinticuatro horas. En nuestro interior, mujeres y hombres, tenemos un ritmo circadiano que regula nuestros procesos corporales diarios, incluida la digestión, la temperatura corporal, el metabolismo, el sueño, la eliminación y la producción de ciertas hormonas. El reloj circadiano se activa el día de tu nacimiento y funciona todos los días, durante toda tu vida. Michael Breus, en su libro The Power of When [El poder del cuándo], analiza la forma en que el ritmo circadiano impera sobre nuestros procesos corporales, indicándole al cortisol que suba por la mañana para que te pongas en funcionamiento, incrementando tu estado de vigilia al final de la mañana y segregando melatonina a eso de las 21:00 para ayudarte a relajarte para dormir. Aquí tienes un desglose de cómo tu reloj de veinticuatro horas prepara tu cuerpo para toda la serie de procesos que tienen lugar a lo largo del día:
En la medicina tradicional china, los órganos también tienen unas horas de máxima actividad durante el día y los profesionales utilizan este reloj para saber qué órganos necesitan tratamiento:
En el hipotálamo, en el cerebro, se encuentra un cronómetro infalible compuesto por un conjunto de unas veinte mil neuronas, que es el encargado de sincronizar todos estos procesos internos. Para las fanáticas de la ciencia, esta estructura se denomina núcleo supraquiasmático o NSQ. A lo largo de la historia de la humanidad, el reloj circadiano ha sido el que ha marcado nuestra vida cotidiana, haciendo que nos despertáramos a la salida del sol y que tuviéramos sueño al anochecer.
No obstante, nuestro estilo de vida moderno está cada vez más desincronizado de nuestro reloj interno. Desde que Thomas Edison patentó la bombilla eléctrica en 1879, hemos vivido en un mundo perpetuamente iluminado ¿Quieres ir a bailar a las 02:00? ¿Quieres escribir en tu dispositivo electrónico a medianoche? ¿Cenar a las 22:00? Ningún problema. Pero cuando nuestro estilo de vida no está en armonía con nuestro reloj circadiano, puede afectar a nuestro bienestar, y esto se ha asociado a una larga lista de problemas físicos, mentales y cognitivos, según numerosos estudios. Por ejemplo, un artículo publicado en 2014, en la revista International Review of Psychiatry, relacionaba la desincronización circadiana con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, cáncer, depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia y trastorno por déficit de atención e hiperactividad, y una investigación sobre este tema publicada en Annals of the New York Academy of Sciences concluyó que cualquier irregularidad en nuestro reloj circadiano potencialmente puede desencadenar trastornos metabólicos, autoinmunes o de estado de ánimo.
LAS DOLENCIAS RELACIONADAS CON UNA INTERRUPCIÓN CIRCADIANA
Cáncer.
Enfermedades cardiovasculares.
Diabetes.
Obesidad.
Síndrome de intestino irritable.
Enfermedad inflamatoria intestinal.
Enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE).
Úlceras.
Disbiosis intestinal.
Proliferación bacteriana en el intestino delgado.
Depresión.
Trastorno bipolar.
Trastorno por déficit de atención (TDA).
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Esquizofrenia.
Falta de atención.
Disminución de la función cognitiva.
Nuestro cronómetro diario tiene tanta importancia para nuestra salud que, en 2017, tres científicos recibieron el Premio Nobel, el mayor reconocimiento científico mundial, por descubrir el gen que lo mantiene en funcionamiento. Ahora que ya entendemos la importancia de sincronizar nuestros ritmos circadianos, vamos a actuar para evitar cualquier factor que altere nuestro reloj de veinticuatro horas. Sin darnos cuenta hemos alterado nuestro ritmo circadiano y llegado al extremo de tener que biohackear nuestra vida para revertir el daño que nos hemos ocasionado. Basta con que observes lo populares que son las gafas con filtro de luz azul para utilizar nuestros dispositivos electrónicos. Ahora todo el mundo sabe que la luz azul de nuestros dispositivos trastorna nuestro sueño. Pero muchas mujeres no saben que también reduce la capacidad de la glándula pineal para crear melatonina, lo cual puede alterar la ovulación y reducir la fertilidad.
Ser más consciente de la suma importancia que tiene vivir de acuerdo con nuestro ritmo circadiano es estupendo, pero las mujeres hemos de entender que tenemos un segundo reloj, que es igualmente importante. Por desgracia, este reloj no ha recibido el mismo nivel de atención, ni por asomo, por parte de la comunidad científica o de los medios. De hecho, a este segundo reloj no se le ha concedido importancia la mayor parte del tiempo, y se nos ha dejado en la más absoluta oscuridad respecto a su funcionamiento interno y la gran repercusión que tiene en nuestra salud, estados de ánimo y rendimiento. Ha llegado la hora de cambiar esto.