Читать книгу En sintonía con tu ciclo femenino - Алиса Витти - Страница 32
Bloqueador del FLO 3:crees que estar ocupada es un símbolo de clase social o una insignia de honor
ОглавлениеCuando a las mujeres que vienen a mi consulta les pregunto: «¿Cómo estás?», suelen responderme: «Muy ocupada, es una locura». Reflexiona un momento en esa respuesta. Estamos tan alejadas de nuestros sentimientos que ni siquiera podemos dar una respuesta emocional, ya no digamos humana, a una pregunta tan simple. Por el contrario, lo que hacemos es proporcionar las últimas novedades sobre nuestra productividad para conectar con los demás y autocompadecernos. Se nos ha condicionado a creer que cuantas más tareas y actividades podamos incluir cada día, más valemos. Esta es la conclusión a la que se llegó en un estudio de 2017, publicado en la revista Journal of Consumer Research, donde observaron que el estilo de vida de estar ocupado y tener exceso de trabajo se ha convertido en un «símbolo de estatus» al que hemos de aspirar. Basamos nuestras expectativas personales en lo que pueden hacer nuestros dispositivos digitales: ordenadores, teléfonos móviles y otros dispositivos que pueden funcionar veinticuatro horas al día siete días a la semana. Es como si aspiráramos a convertirnos en máquinas que nunca se apagan.
Esta tendencia se está cebando con nuestra salud y nuestro rendimiento. Bridget Schulte, en su libro Overwhelmed: Work, Love, and Play When No One Has the Time [Abrumada: trabajo, amor y juego cuando nadie tiene tiempo], analiza detalladamente cómo el culto a estar ocupadas hace que nos sintamos fracturadas, dispersas y mental y físicamente exhaustas. En cada tarea nos estamos anulando a nosotras mismas, sin concedernos apenas tiempo para respirar. Y las mujeres somos más susceptibles a esto, porque lo más habitual es que nuestros días estén más cargados que los de los hombres. Melinda Gates, en la carta anual de 2016, de la Fundación Bill y Melinda Gates, mencionó el tema de la «pobreza de tiempo». Destacó el vacío de género que existía en el número de horas que dedicamos al trabajo no remunerado, como ir a hacer la compra, cocinar y arreglar la cocina, llevar a los niños de un sitio a otro. Las estadísticas demuestran que las mujeres de todo el mundo dedican un promedio de cuatro horas y media diarias al trabajo no remunerado, mientras que los hombres suelen eludirlo y hacen mucho menos que la mitad de ese promedio. «A menos que las cosas cambien, las mujeres de hoy en día dedicarán cientos de miles de horas más que los hombres realizando trabajos no remunerados, simplemente porque la sociedad da por hecho que es su responsabilidad», escribió.
Ir a la carrera para completar nuestras listas no nos deja tiempo para actividades restauradoras y de relajación. Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, los hombres dedican treinta y tres minutos más al día a socializar, a hacer ejercicio o a ver la televisión que las mujeres. En un año, eso suma doscientas horas más de tiempo de ocio que las mujeres. ¡No es de extrañar que estemos agotadas!
Un número creciente de médicos y científicos empiezan a reconocer que nuestros sobrecargados días nos están generando dificultad para concentrarnos, incapacidad para centrarnos, irritabilidad, trastornos del sueño, fatiga mental, desgaste físico y otros. Suzanne Koven, una doctora de medicina interna del Hospital General de Massachusetts, dio en el clavo en un artículo que escribió, en 2013, para el Boston Globe, donde dijo que los nuevos enfermos son los ocupados. «En los últimos años, he observado un tipo de epidemia: un paciente tras otro padecen la misma condición. Los síntomas incluyen fatiga, irritabilidad, insomnio, ansiedad, dolor de cabeza, ardor de estómago, problemas intestinales, dolor de espalda y aumento de peso. No hay análisis de sangre o diagnóstico por rayos X para este estado; no obstante, es fácil reconocerlo. Esta condición es la de estar demasiado ocupado».
Este es otro efecto negativo de vivir en una sociedad que valora la productividad incesante más que ninguna otra cosa. Estar ocupada se ha convertido en el mito del viaje del héroe de nuestro tiempo. En la mitología, el viaje del héroe se centra en un personaje que inicia una aventura, se enfrenta a un obstáculo, reivindica la victoria y regresa al hogar transformado. El viaje del héroe actual gira en torno a realizar infinidad de tareas y a la productividad, hora tras hora. ¿Te suena? Debería. Recuerda esa descripción de mi libro de texto de Biología:
Los testículos son como grandes centrales eléctricas que producen eficientemente. Generan de doscientos a trescientos millones de espermatozoides al día...
Si te estás preguntando de dónde ha sacado nuestra sociedad estos valores, no vayas más allá de la biología masculina. ¡En serio! Este concepto de producción continua imita la producción de semen que tiene lugar en los testículos. Nada tiene de raro que nuestra sociedad se haya formado basándose en lo que más ha estudiado, que es el cuerpo del hombre. Aceptamos con admiración la consecución de logros y la finalización de proyectos, pero no recompensamos el descanso, la renovación o el disfrute del camino.