Читать книгу En sintonía con tu ciclo femenino - Алиса Витти - Страница 27

Una forma mejor de pensar en el tiempo

Оглавление

Cuando se tienen dos relojes biológicos, también has de reflexionar sobre tu relación con el tiempo y cómo lo administras. ¿Tienes dificultades para distribuir tu tiempo entre tu trabajo, familia, amistades, voluntariado, deporte y cuidados personales? ¿Estás siempre estresada intentando ponerte al día con tu lista de tareas pendientes? ¿Sientes que no tienes suficientes horas para hacerlo todo? ¿Quieres dejar de preocuparte por el tiempo, hacer más cosas y disfrutar de lo que haces? El secreto está en sincronizar tu vida teniendo en cuenta tu segundo reloj, en vez de limitarte a seguir el de veinticuatro horas.

Sé en lo que estás pensando. Es demasiado bonito para ser cierto. Estamos hartas de que los medios nos machaquen diciéndonos que «puedes tenerlo todo», cuando nos limitamos a intentar llegar al final del día intactas. Te entiendo. Yo también tengo un buen lote: soy madre, esposa, hija, empresaria, escritora y oradora. Tengo mi ritual de cuidados personales esenciales. Me encanta cocinar y leer. Muchas veces mi lista de tareas me agota. Lo cierto es que el lema de que «puedes tenerlo todo» se basa en el condicionamiento de que las mujeres «hemos de hacerlo todo» para ganarnos el amor, la aceptación y la seguridad en nuestra sociedad patriarcal. En una cultura que desoye la sabiduría de nuestro segundo reloj, ¿qué podemos esperar? Sin ­embargo, cuando eres tú misma la que se propone orientar todo lo que haces en torno a tu reloj de veintiocho días, la presión de tener que hacerlo y tenerlo todo desaparece. El discernimiento, el deseo y una mayor calidad de vida se apresuran a llenar ese hueco. Antes de incorporar mi segundo reloj en mi vida, si tenía un proyecto importante o una fecha de entrega, me esforzaba por hacerlo hasta sentirme fatal y exhausta, aunque después tuviera que soportar las consecuencias en mi salud. Una vez que empecé a orientar mi vida hacia mi segundo reloj, cambié mi forma de hacer las cosas; por ejemplo, después del nacimiento de mi hija, cuando volví a dar charlas, las programaba solo durante mis fases ovulatorias para asegurarme de que no me quemaba demasiado rápido.

No es un cambio espectacular, sino millones de pequeños momentos en los que tienes en cuenta tu realidad femenina a la hora de tomar decisiones, reivindicar tu soberanía e incrementar tu disfrute y tu bienestar. Tengo muy claro que no puedo rendir al máximo, o intentar hacer todo lo que hago, si no soy capaz de administrar mi tiempo y mi energía cíclicamente. Antes de darme cuenta de que tenía que respetar mi segundo reloj, mis problemas hormonales habían consumido mi energía hasta tal extremo que apenas era capaz de cubrir los mínimos diarios. Levantarme del sillón para ir a una cita con el médico suponía un esfuerzo monumental. Después de tantos años de vivir en sincronía con mi ciclo, he aprendido a planificar con antelación para permanecer en mi mejor estado de fluir. Preparo mi cuerpo cuidándolo específicamente de acuerdo con la fase del ciclo en que me encuentro y programo los días, semanas, meses y año según las cuatro fases de mi ciclo. Tengo reuniones de lluvia de ideas los días en que mi creatividad está en su nivel álgido. Acepto compromisos para dar conferencias en las fechas en que mis dotes de comunicación sé que estarán en su mejor momento. Hago las tareas minuciosas durante las etapas en que mi nivel de atención y mi estado de conciencia están más concentrados. Reflexiono sobre cómo me van las cosas y cuáles son mis planes, cuando los cambios en mi neuroquímica me incitan al autoanálisis. Pero lo más importante es que esta práctica fomenta que siempre esté tomando decisiones sobre lo que a mí me funciona y lo que no. Tomar estas decisiones supone un enorme distanciamiento de lo que me han condicionado a creer, que es simplemente que he de hacer lo que se me pide en cualquier momento. No es ni realista ni saludable tener tan pocos límites, porque eso no deja espacio para ti en tu vida, ni para tus sueños o deseos.

Te pondré otro ejemplo de lo que supone en mi vida sincronizar el ciclo. Los días antes de mi periodo, mi energía se interioriza y no estoy tan sociable, ni con ganas de iniciar proyectos nuevos o con fuerza para completar mi lista de cosas pendientes. ¿Qué hago, entonces? En lugar de ponerme nerviosa porque quiero hacerlo todo, hago algo que a mí me parece todo un acto de rebeldía: miro mi lista, elijo las dos o tres cosas que se han de hacer sí o sí y descanso el resto del día. Eso es. Las tacho de la lista. Sí puede dar un poco de miedo salir del círculo vicioso en el que estamos metidas, por nuestros condicionamientos a hacer siempre más, pero con ese gesto, paso de estar superestresada a relajarme. Con menos cosas pendientes, puedo concentrarme mejor en las pocas que de verdad importan. Y lo que he tachado de mi lista pasa a otro día en que mi ciclo natural me aporte más energía y capacidad para realizarlas.

Gracias a ello, suelo fluir en mi día a día. Tengo la sensación de estar haciendo menos cosas –recuerda que he tachado algunas de mi lista– pero estoy consiguiendo más, porque estoy centrando mis esfuerzos y respetándome físicamente. Me siento más creativa y optimista, en lugar de estar agobiada. Los días que tengo la sensación de estar arrastrándome, sé que se debe a que no estoy en sintonía con mi ciclo, y que ha llegado el momento de hacer un cribado. Hago hincapié en mis cuidados personales con estrategias –que descubrirás en los siguientes capítulos– que me ayudan a pasar mejor los días difíciles. Lo más importante es que reflexiono sobre las decisiones que he tomado y los límites que no he respetado, que es lo que ha ocasionado que me quedara exhausta.

Sintonizar mi ciclo me abrió los ojos a toda una nueva forma de pensar en el tiempo, bajo el prisma femenino, que me permite conseguir más de lo que deseo y disfrutar en el proceso, a la vez que protejo mi energía. Pero si eres como la mayoría de las mujeres a las que he ayudado, en estos últimos diecisiete años, tu diálogo interior refleja un estilo de vida basado en un solo reloj y sus implicaciones para tu salud física y emocional. Además de hablarme de sus problemas de salud hormonal, también me hablan de sus retos diarios. Tal vez te sientas identificada con algunos de los siguientes temas que escucho regularmente.

En sintonía con tu ciclo femenino

Подняться наверх