Читать книгу Naturaleza hostil - Arnaldur Indridason - Страница 5

1

Оглавление

Ya no tiene frío. Al contrario: un extraño calor le recorre el cuerpo. Pensaba que su calor interno se había agotado, pero ahora lo siente fluir por los brazos y las piernas. De pronto, nota el rostro encendido.

Está tumbado en la oscuridad. Sus pensamientos se tambalean caóticamente y apenas distingue la frontera entre el sueño y la vigilia. Le cuesta concentrarse para analizar la situación. Pierde y recobra el conocimiento continuamente. No siente ningún malestar sino un agradable sopor. En su mente revolotean sueños, visiones, sonidos y lugares que le son a la vez familiares y ajenos. El cerebro lo engaña oscilando entre el pasado y el presente, a través del tiempo y el espacio. Apenas puede controlar el vaivén de su mente. Tan pronto está sentado en el hospital, junto a la cama de su madre moribunda, como sumido en el oscuro invierno, tumbado en el suelo de la casa abandonada que una vez fue su hogar. Debe de tratarse de una alucinación.

—¿Qué haces aquí tumbado?

Se incorpora en el suelo y percibe una figura junto a la puerta.

Un viajero parece haber llegado a su casa. No entiende la pregunta.

—¿Qué haces aquí tumbado? —pregunta de nuevo el viajero.

—¿Quién eres? —pregunta él.

No distingue la cara del hombre, no lo ha oído entrar, solo ve su silueta. Lo escucha repetir una y otra vez su exasperante pregunta.

—¿Qué haces aquí tumbado?

—Vivo aquí. ¿Quién eres?

—Voy a pasar la noche contigo, si me dejas.

El hombre se sienta a su lado, en el suelo. Ha encendido una pequeña hoguera. Nota el calor en el rostro y estira los brazos hacia el fuego. Solo una vez en su vida ha sentido tanto frío.

—¿Quién eres? —insiste.

—He venido para escucharte.

—¿Escucharme? ¿Quién está contigo?

Tiene la impresión de que no están solos. Una presencia invisible acompaña al hombre.

—¿Quién está contigo? —vuelve a preguntar.

—Nadie —responde el viajero—. He venido solo. ¿Vivías aquí?

—¿Eres Jakob?

—No, no soy Jakob. Me sorprende que estas paredes no se hayan venido abajo. Ya veo que es una casa muy sólida.

—¿Quién eres? ¿Bóas?

—Pasaba por aquí.

—¿Ya has estado aquí antes?

—Sí.

—¿Cuándo?

—Hace muchos años. Cuando todavía vivía gente en este lugar. ¿Qué fue de ellos? ¿Sabes que les pasó?

Tumbado boca arriba en la negrura, el frío le impide moverse. Está solo de nuevo. El fuego se ha extinguido y la casa abandonada ha desaparecido. Inmerso en la helada oscuridad, siente que el calor comienza a abandonarle los pies, las manos, el rostro.

Vuelve a oír un crujido en alguna parte.

Se aproxima desde las gélidas profundidades y se escucha cada vez con mayor intensidad. Pronto lo acompañan desgarradores gritos de angustia.

Naturaleza hostil

Подняться наверх