Читать книгу Déspotas, tiranos y otros hijos de puta - Benjamín Troyse - Страница 9

Hijo de Agripina la Joven, hermana de Calígula. A los diecisiete años de edad, al morir su padre adoptivo, Nerón fue nombrado emperador por la Guardia Pretoriana. Fue bien recibido en los inicios de su gobierno pero, con el tiempo, cambió irremediablemente. Durante su reinado, intentó culpar a los cristianos del gran incendio de Roma y asesinó a cientos de ellos.

Varias veces intentó matar a su progenitora: la envenenó, dejó caer sobre ella el techo de su cuarto, hundió un barco en el que ella debía viajar, hasta que, finalmente, ordenó a un soldado que la matara. Siguió el turno de

Octavia, su esposa por imposición, a quien sentenció a morir desangrada ordenando que le cortaran las venas. Después, su nueva amante murió, tras recibir una patada en el vientre, estando embarazada. La siguiente en la lista fue Antonia, su hija, a quien asesinó después de que rechazara su propuesta matrimonial. Y terminó con su hijastro, bajo el pretexto de que, al jugar, se hacía llamar «el emperador».

Tuvo dos parejas masculinas: Esporo, a quien castró para casarse con él, otorgándole el rol sexual de la mujer, y Pitágoras, liberto —esclavo al que se le concedió la libertad—, con quien también se casó, pero adoptando él esta vez el rol femenino.

El general Galba encabezó una revuelta para acabar con él. Nerón trató de huir y quiso suicidarse clavándose un puñal, pero no pudo hacerlo, por lo que le pidió a un esclavo que le empujara el brazo. Antes de morir exclamó: «¡Qué gran artista muere conmigo!».