Читать книгу La fiscalidad del emprendimiento - Carlos de Pablo Varona - Страница 31

Al abordar la relación entre la empresa y su ecosistema socioeconómico se hace necesario analizar cómo éste va a condicionar la configuración de aquélla como unidad productiva (tamaño, diseño organizativo, acceso a recursos, etc.) y como agente económico (estructura de propiedad, capacidad negociadora interna y externa, presión fiscal, costes de transacción, etc.). Así, el entorno se constituye en un elemento determinante para el inicio de una actividad empresarial y la condiciona a lo largo de toda su singladura, favoreciéndola o limitándola. Esto ha sido sobradamente analizado en la literatura especializada, que llega a diferenciar el entorno general de un sistema económico del entorno específico –sectorial y de ámbito competitivo‒ de la empresa analizada35). También, en el caso específico de la dinámica emprendedora, es un determinante clave de ésta, hasta el punto de ser analizado con máximo detalle por el proyecto Global Entrepreneurship Monitor 36)(GEM), bajo la denominación de «Condiciones del Entorno para Emprender».

No es el propósito de este apartado abordar las diferentes dimensiones del entorno empresarial y emprendedor, pero sí se apuntará hacia determinados elementos del marco normativo y las políticas públicas que levantan barreras a la dinámica de la actividad económica, la empresarial y del mercado de trabajo, así como al crecimiento de las empresas, y, como consecuencia, la productividad y la competitividad de un tejido productivo. Entre ellos cabe destacar, a modo de ejemplo:

• En el ámbito laboral:

Adaptación de la legislación laboral a la de los países de nuestro entorno de referencia, en particular en lo relativo a la dualidad contractual, y la flexibilización de las relaciones laborales para facilitar la rápida respuesta a las condiciones del mercado.

Políticas activas de empleo y de capacitación eficaces.

Prevención de prácticas de contratación irregulares y de economía sumergida.

Revisión de los criterios para la representación de los trabajadores en las empresas. El requisito de alcanzar 50 trabajadores para constituir el comité de empresa limita el crecimiento de éstas, que prefieren no crecer, o fraccionarse en unidades más pequeñas, para operar con relativa agilidad.

Reducción de los costes de Seguridad Social a empresas de alto crecimiento.

Flexibilización de la normativa del trabajador autónomo, como emprendedor, para facilitar su adaptación a un mercado muy diverso y cambiante, en particular en materia de deducciones y bonificaciones.

• En el ámbito fiscal:

Incentivos fiscales a la inversión en nuevas empresas, particularmente las relacionadas con sectores emergentes, el crecimiento, la colaboración empresarial, la internacionalización y las actividades de I+D.

Incentivos fiscales para los agentes intermedios de apoyo a la innovación y al emprendimiento corporativo (espacios de coworking, incubadoras, programas de acompañamiento a la innovación, etc.)

Armonizar los tipos impositivos para las sociedades según tamaño, incentivando el crecimiento, así como la repatriación y reinversión de beneficios.

Alinear la fiscalidad de las rentas de las personas y las empresas.

Aligerar la presión fiscal en las primeras etapas de la puesta en marcha de un proyecto empresarial emprendedor hasta, por ejemplo, el primer año de alcanzar beneficios, facilitando así la reinversión de esos valiosos recursos en el propio proyecto. Esta categoría de medidas también debería venir acompañada de una mayor simplificación de los trámites de arranque de actividad.

Homogeneizar y simplificar las obligaciones tributarias de las empresas en función de su volumen de facturación.

• Políticas económicas, industriales y educativas:

Eliminar las barreras legales de entrada a sectores estratégicos (energía, transporte, telecomunicaciones, etc.) favoreciendo la libre competencia y la reducción de precios para el consumidor final.

Armonizar la normativa autonómica en materia comercial y de producción, implementando un verdadero mercado único a nivel nacional.

Simplificar los trámites para la apertura y cierre de empresas.

Reforma del sistema educativo, fomentando la agilidad en el diseño de titulaciones, la multi-disciplinariedad, la iniciativa emprendedora y la transversalidad en todos los niveles educativos, y desarrollando la Formación Profesional para responder con agilidad a las necesidades de las empresas.