Читать книгу La fiscalidad del emprendimiento - Carlos de Pablo Varona - Страница 32
IV. CONCLUSIONES
ОглавлениеEl análisis realizado en los tres apartados anteriores permite extraer las siguientes conclusiones:
• La necesidad social de un crecimiento competitivo y sostenible exige una eficaz gestión del conocimiento. Y este una asociación universidad-empresa bien coordinada, para la que las universidades, conocedoras del punto de partida actual y del que se debe alcanzar, deben propiciar las acciones que se necesitan, los actores a realizarlas, los recursos necesarios y los que se pueden disponer, así como el método y el ritmo de su ejecución. Es decir, deben tomar un rol proactivo que les ayude a realizar un cambio de estrategia que las lleve de esperar a que definan otros, fundamentalmente las empresas en su demanda de transferencia y las administraciones con las definiciones de estrategias de crecimiento apoyadas en el conocimiento, a promover las iniciativas necesarias que consigan que todos los agentes colaboren activamente.
• Es necesario un cambio de estrategia que haga de las Universidades- Investigadoras, Universidades-Investigadoras Emprendedoras, las que desde su visión global para la gestión del conocimiento, deben planificar y actuar teniendo en cuenta las necesidades sociales, haciendo un esfuerzo integrador con todos los agentes sociales, empresas y administraciones, a los que deben concienciar para promover su compromiso y su colaboración en tres actuaciones fundamentales:
Potenciar la investigación que permita la generación sostenida de nuevo conocimiento de calidad y aplicabilidad creciente. Para ello deben justificar como necesidad social un mayor esfuerzo inversor en I+D+i y favorecer un clima de transferencia adecuado, con el emprendimiento como vehículo social de la misma.
Potenciar la difusión y transferencia del conocimiento, reforzando la formación y el apoyo a personas con capacidades emprendedoras e innovadoras. Para ello es preciso escuchar lo que la sociedad demanda.
Apoyar la generación de spin-offs nacidas de los resultados de investigación, favoreciendo el crecimiento de una estructura empresarial más innovadora y competitiva y la activación de unas administraciones más emprendedoras y flexibles.
• Actualmente el balance que se puede hacer del ecosistema emprendedor español desde mediados de la década es globalmente positivo, sobre todo si se tiene en cuenta que ha sido un periodo marcado por una profunda recesión. En estos años el emprendedor ha dejado de ser una figura excepcional y ha adquirido visibilidad y reconocimiento ante las administraciones públicas, las empresas, las universidades, los medios de comunicación y la propia sociedad en su conjunto. Esto ha supuesto que estos agentes incrementen sus acciones de desarrollo y promoción del emprendimiento. Es decir, el ecosistema emprendedor se está activando, tanto para favorecer el inicio de nuevas empresas basadas en la oportunidad y el conocimiento transferido bien gestionado, como para incrementar el potencial productivo, innovador de las empresas a través de procesos intraemprendedores.
• Debe considerarse que el desarrollo de un tejido productivo competitivo hoy día pasa, en primer lugar, por el impulso a la creación y el crecimiento de empresas especializadas en tecnologías, nichos de mercado, y modelos de negocio innovadores con proyección internacional, y, por otro, por el refuerzo y la flexibilización de las figuras del emprendedor y del trabajador autónomo, para que desempeñen con eficacia ese papel de proveedores de conocimiento y vertebradores de las competencias ágiles que precisan las empresas, y la sociedad en general, en el nuevo escenario económico globalizado en que nos encontramos.
• Este reto implica a todos los agentes del ecosistema socioeconómico, pero es responsabilidad de las administraciones públicas y los legisladores la definición de un marco normativo facilitador del proceso de tránsito al nuevo modelo de sociedad, alineado con la posición que corresponde a nuestro país en el contexto internacional.