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110. Falcón, Ada

Ada Aída Falcone, tal su verdadero nombre, nació el 17 de agosto de 1905. Comenzó a cantar desde muy niña, junto con sus hermanas Adhelma y Amanda y debutó cuando sólo tenía cinco años, presentándosela como la joyita argentina y a los 11 años ingresó al teatro Apolo donde entonó pequeñas canciones.

Cuando tenía quince años, intervino junto con su hermana Amanda en el film mudo El festín de los caranchos, filmada en 1919.

Su ingreso a los estudios de grabación se produjo el 15 de julio de 1925, día en el que registró para el sello rca Victor, cuatro temas con la orquesta de Osvaldo Fresedo y luego de una interrupción que se extendió por cuatro años, reanudó esa actividad en 1929, para culminarla el 4 de agosto de 1942.

A su voz, de estilo inconfundible —poseía el registro de mezzosoprano, aunque adquiría el tono de soprano en algunas notas altas—, se le unía una sorprendente belleza, atributos que la transformaron en el ideal inalcanzable para muchos actores y cantantes de la época.

Su carrera artística cobró notoriedad a partir de 1929, cuando en una reunión social conoció a Enrique Delfino, quien al reconocer las cualidades de Ada para el canto, no dudó en recomendarla enfáticamente al sello Odeon.

Su debut en este sello grabador se produjo de inmediato, con el acompañamiento de un trío que dirigía Delfino, con el que editó siete discos, es decir un total de catorce temas, en las que participó también el guitarrista Manuel Parada.

Para el sello Odeon, completó un total de doscientos trece grabaciones, acompañada en todas ellas por la orquesta de Francisco Canaro, salvo los catorce registros referidos en el párrafo anterior.

Con Canaro, vivió un prolongado romance que fue la comidilla de las revistas de espectáculos durante más de diez años.

Precisamente, su primer encuentro con este afamado director se produjo el 24 de septiembre de ese año 1929, en los estudios del sello para el que comenzarían esa extensa serie de grabaciones.

De los registros de Ada con la orquesta de Pirincho fueron surgiendo verdaderos éxitos, tales como Madreselva, Destellos, Tus besos fueron míos, Ventarrón, La última copa, El trovero, Te quiero, Andate con la otra, Confesión, Secreto y Nada más, entre otros muchos temas de gran repercusión que ella interpretó con personal estilo.

Simultáneamente que la orquesta de Canaro, en 1937 Ada ingresó al elenco de radio El Mundo. Era el momento de su apogeo. Dueña de una excelente voz de mezzosoprano y una técnica irreprochable, era capaz de abordar los más diversos géneros y ritmos, manteniendo en todos su capacidad interpretativa.

Iniciaba así el último lustro de su actividad artística. En efecto, como se indicara anteriormente, el 4 de agosto de 1942, siempre para el sello Odeon, realizó sus últimos registros discográficos, entonces acompañada por la orquesta dirigida por el bandoneonista Roberto Garza. Los temas con los que se despidió de los estudios de grabación fueron el tango Corazón encadenado y el vals Vivir con tu recuerdo, ambos pertenecientes a Francisco Canaro e Ivo Pelay.

Muy pocos días después de estas postreras grabaciones, luego de experimentar varios episodios de misticismo extremo tomó la decisión de trasladarse a un convento en Salsipuedes, en las sierras de Córdoba, lugar donde se radicó junto con su madre, previa venta de todos sus bienes y donación del producido a asociaciones de bien público.

Nunca más volvió a actuar en público y su nombre se transformó desde entonces en una leyenda paulatinamente olvidada por el público que la había adorado en sus años de esplendor, no obstante periódicas visitas que recibía de contingentes de antiguos admiradores.

Como actriz cinematográfica había participado hasta su retiro en tres películas, incluyendo su ya mencionada intervención en El festín de los caranchos.

Ellas fueron Tu cuna fue un conventillo, film también mudo como el anterior rodado en 1925, e Ídolos de la radio, filmada en 1934 bajo la dirección de Eduardo Morea, ya en la época sonora y con la participación de Ignacio Corsini y Olinda Bozán.

Ídolos de la radio sería su penúltima actuación cinematográfica, reanudada sesenta y cinco años más tarde, cuando ya cerca de cumplirse seis décadas de su retiro de la actividad. En 2001, intervino en el film Yo no sé que me han hecho tus ojos, película realizada en su homenaje bajo la dirección de Sergio Woolf. Su estreno se produjo en el año 2003, esto es después de su fallecimiento.

José Gobello ha destacado que «Ada fue una estrella exclusivamente de la radio y el disco, dado que por propia decisión no participaba de las actuaciones públicas de la orquesta de Canaro ni tampoco de las célebres comedias musicales que éste producía».

Por su parte, Horacio Salas señala que «en algunos años de la década del treinta, al mismo tiempo que actuaba en radios, llegó a grabar hasta quince discos mensuales, es decir treinta interpretaciones discográficas». El 4 de enero de 2002, a los 96 años de edad y poco después de finalizar su participación en el film Yo no sé que me han hecho tus ojos, se produjo su fallecimiento en su retiro cordobés, como consecuencia de un paro cardíaco.

Sus restos fueron trasladados a la Buenos Aires de sus lejanos recuerdos para ser inhumados en el Panteón de compositores del cementerio de la Chacarita.

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