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105. Donato, Edgardo Felipe Saverio

Violinista, compositor y director nacido en Buenos Aires el 14 de abril de 1897.

Era hijo de un matrimonio de inmigrantes italianos, padres de nueve hijos, tres de los cuales fueron músicos profesionales: Edgardo, quien nos ocupa; Ascanio, violoncellista —como su padre— y compositor, y Osvaldo, pianista, compositor y director.

Edgardo comenzó sus estudios musicales con su progenitor, don Ernesto Donato, nacido en 1871, para proseguirlos con el maestro Camilo Giucci, del Conservatorio Franz List.

En 1908, la familia se radicó en Montevideo, dado que su padre fue contratado para dirigir una orquesta de cámara en la capital uruguaya.

En esa ciudad, Edgardo se incorporó, en el año 1918, a esa orquesta bajo la batuta de su padre, a fin de interpretar música internacional.

En el mismo año, ingresó a la orquesta de José Quevedo, bandoneonista argentino de paso por Montevideo, en la que el pianista era Enrique Delfino, por entonces también radicado en esa ciudad.

En 1919, se produjo su ingreso como violinista a la orquesta de Carlos Warren, director de la primera orquesta dedicada al jazz en el Uruguay, con la que actuaba en los cines Capitol y Trianón y en el Parque Hotel. A esa orquesta, los días jueves se incorporaba como atracción especial Eduardo Arolas.

De su paso por la orquesta de Warren, data su vinculación con el violinista oriental Roberto Zerrillo, con quien años después compartiría la dirección de la orquesta Donato–Zerrillo, como se verá en la continuidad de este relato.

A la formación de Warren pertenecía aún, cuando en 1922 escribió su primer tango, Julián, dedicado al baterista Julián González, al que a su pedido, le puso letra José Luis Panizza, poeta de inspiración campesina que entonces colaboraba en la revista El Fogón.

Este tema fue estrenado por Iris Marga en la revista ¿Quién dijo miedo?, representada en el teatro Maipo por la compañía de Roberto Cayol y luego grabado por Osvaldo Fresedo con su orquesta, en el año 1924 y en dos oportunidades por Rosita Quiroga. La primera en el mismo año que Fresedo y la segunda, en 1926. Fue precisamente con esta última intérprete con la que la referida pieza musical alcanzó su mayor éxito y reconocimiento popular.

En 1923, compuso el muy exitoso tango Muchacho, con versos de Celedonio Flores, popularizado también por Rosita Quiroga, quien lo grabó en septiembre de 1925.

A este tema, le siguió otro que alcanzó fama mundial, A media luz, con letra del diplomático uruguayo Carlos César Lenzi, del que existen cientos de grabaciones.

Este célebre tango fue concebido por Donato en el trayecto de un viaje en tranvía a su domicilio en Pocitos y fue dado a conocer por la vedette Nancy Clory en el teatro Catalunya de Montevideo, intercalado en uno de los cuadros de la pieza Su Majestad, la revista.

De inmediato, se sucedieron las grabaciones instrumentales de Firpo y Canaro, como asimismo la versión en solo de bandoneón de Minotto di Cicco, hasta que en 1926 Carlos Gardel, acompañado por las guitarras de Ricardo y de Barbieri, realizó la grabación que lanzó definitivamente a la fama a A media luz.

Donato permaneció con intermitencias en la orquesta de Warren hasta 1925, realizando también por entonces algunas actuaciones esporádicas en la orquesta del violinista José Pécora, luego integrante de la primera formación del sexteto de Carlos Di Sarli, cuando la agrupación de Pécora ampliaba el personal estable de músicos para actuar en los bailes del club Uruguayo, en la primera mitad de la década del 20.

Su última actuación en Montevideo fue en radio Paradizábal y a su retorno a Buenos Aires, se alistó como segundo violín en la orquesta de Adolfo Carabelli para actuar en el cine Ópera.

Por el mismo tiempo, los tres hermanos Donato dirigían un pequeño conjunto con sus respectivos instrumentos y que se completaba con batería, saxo y bandoneón.

Luego, Edgardo ingresó a la formación del violinista Roberto Ciro, la que se presentaba en el cine Select Buen Orden, actuando también a dúo con el pianista Luis Stellman en el cabaret Chantecler.

En 1925, debutó en las emisoras de Buenos Aires presentándose en radio Cultura.

Al año siguiente, otro de sus tangos, en este caso tbc, ganó fama a través de la grabación que de él hizo la orquesta Francisco Canaro. Más adelante, en los años cuarenta y cincuenta fue llevado al disco por varias agrupaciones más.

En 1927, Donato formó rubro orquestal con su viejo amigo de los tiempos en la orquesta de Carlos Warren en Montevideo, el también violinista Roberto Zerrillo, orquesta con la que debutaron en el café Avenida, el día 14 de julio de ese año.

Formaban el conjunto como violinistas los dos directores y Armando Julio piovani; los bandoneonistas Héctor María Artola

— quien al ausentarse a Europa fue reemplazado poco después por Juan Spera—, Juan Turtoriello y Héctor Gentile —quien con sólo dieciséis años asumió la responsabilidad de desempeñarse como primer bandoneón—; el pianista Osvaldo Donato, el contrabajista Armando Bancalá y el cellista Ascanio Donato, siendo la inclusión de este último instrumento muy poco habitual por entonces en las formaciones tangueras.

Luego de la actuación en el café Avenida en agosto de 1927, se trasladaron a Montevideo, presentándose en el teatro Solís, en el Royal Pigall, en el Chantecler de esa ciudad y finalmente en el hotel Carrasco. De retorno en Buenos Aires, actuaron en el cine Select Lavalle, en el que debutaron el 21 de marzo de 1928 bajo el rótulo de Típica Criolla

Donato–Zerrillo, Los 9 ases del Tango.

Ese mismo año, actuaron en los teatros Smart y Nacional y en radio loy, y en el mes de septiembre apareció el primer disco, editado por el sello Brunswick, contando con la voz de Luis Díaz, incorporado al conjunto muy poco antes de esas grabaciones.

Los temas incluidos eran Se va la vida, de ambos directores con letra de Luis Mario (seudónimo de la autora María Luisa Carnelli) y No me engañes por favor, del bandoneonista Turtoriello, integrante de la agrupación. El primero de los tangos mencionados fue luego también un gran éxito en las voces de Azucena Maizani y de Agustín Magaldi. El 1º de marzo de 1929, debutaron en el teatro Artigas de Montevideo, acompañando a Azucena Maizani, y a fines de ese año e inicios del siguiente animaron los bailes en el teatro San Martín.

Los temas grabados por esta recordada orquesta fueron, entre otros, La cumparsita, Seguí no te parés, Luces de la tarde, Dolores, Desentante, Sírvame caña, Adiós mujer, Siluetas de la tarde, De milonga corrida, Pega pega, Hasta cuándo, Huerfanitos de la vida, Qué querés con ese loro, Venga viejo, Zafa de la marrazón, Yo quiero casarme, Lisandro, De madrugada, Polilla, Por qué se fue, Virgencita de Pompeya, Deschavate y Se va la vida.

Al separarse de Zerrillo, Donato formó en 1930 su propia orquesta,

con la que comenzó a grabar para el sello Brunswick, siendo sus primeros registros los tangos Buena yunta y Lluvia de colores.

Integraban su primera formación los bandoneonistas Turtoriello, Vilardi y Bonano; el director, Piovani y Martínez, en violines; sus hermanos Osvaldo y Ascanio, en piano y violoncello, respectivamente, y José Campessi, en contrabajo.

En 1932, obtuvo el segundo premio en un certamen organizado por las damas de beneficencia en el teatro Colón, con su tango El huracán, que Donato compuso con letra de Nolo López, el que fuera grabado con la voz del hasta entonces boxeador Félix Gutiérrez, uno de los primeros cantores de la agrupación.

Su orquesta puede verse en las famosas películas Tango y Los tres berretines, estrenadas el 27 de abril y el 13 de mayo de 1933, respectivamente.

Años más tarde, la formación de Donato volvió a actuar en cine, en este caso en la película Así es el tango, estrenada en el cine Monumental el 24 de febrero de 1937.

Previamente, en el año 1935 compuso los temas musicales de la película Riachuelo, en la que estrenó otra de sus composiciones, el tango del mismo título, luego interpretado por el cantor Alberto Gómez.

También en ese año compuso temas musicales para la película Picaflor,

estrenada el 25 de junio, es decir al día siguiente de la muerte de Gardel. Por la orquesta de Donato, además del ya nombrado Félix Gutiérrez,

también actuaron como vocalistas Juan Alessio, luego conocido como Jorge Ortiz, quien estrenó los tangos del director Picaflor, Rosalinda y Serafina; Antonio Maida, Alberto Gómez y Hugo del Carril —debutante en el disco con el tema de Donato y Luis Rubistein Se cayó la estantería—, grabando además con esta orquesta los temas Muchacho de cafetín y El vals de los recuerdos.

Posteriormente, cantaron en la orquesta de Donato Horacio Lagos, Lita Morales y Romeo Gavio. Este último, cuyo verdadero apellido era Gavioli, era además de cantor un excelente violinista, lo que le permitía realizar contracantos similares a los del instrumento que interpretaba. Entre otras versiones, el trío conformado por Lagos, Morales y Gavio dejó un memorable registro del vals Estrellita mías, perteneciente al pianista Alberto Solfer, con versos de Roberto Ratti. La misma se realizó el 30 de septiembre de 1940.

La orquesta realizó importantes ciclos radiales en 1937 en radio El Mundo y, en 1938, en esa misma emisora y en radio Stentor, además de actuar en los bailes del Palacio Salvo, de Montevideo, y en el Okey Club, de Buenos Aires, ahora con la voz de María de la Fuente.

En 1944, se presentó en la confitería Arco Iris, simultáneamente con su orquesta y un cuarteto evocativo llamado Los Caballeros del Recuerdo, integrado por Francisco Pracánico, en piano; Edgardo, en violín, junto con Domingo Donnaruma y Anselmo Aieta, en bandoneón. En este año, su labor discográfica con su agrupación mermó considerablemente al punto que sólo fueron dos los registros realizados en ese año: el tango La gran aldea y la milonga El lecherito, ambos compuestos por el mismo Donato con sendas letras de Horacio Sanguinetti. Los temas, editados en el único disco del año de esta formación, fueron vocalizados los dos por Jorge Denis, el segundo de los mencionados a dúo con Daniel Adamo, quien a poco se alejó para integrarse a la orquesta del también violinista Antonio Rodio.

En 1945, se alejaron de su orquesta su hermano Osvaldo Donato juntamente con todos los músicos, para formar una nueva agrupación dirigida por el aludido pianista, por lo que Edgardo debió formar un nuevo plantel, en el que incluyó a Tití Rossi como primer bandoneón y arreglador, completando la fila de bandoneones con Veseiro, Conti y un juvenil Julián Plaza; el primer violín a cargo de Rolando Curzel; Bernardo Blas, en piano, y el contrabajo de Domingo Donnaruma.

Fueron sus nuevos cantores Alberto Podestá, el Leoncito Roberto Beltrán (hermano del actor Marcos Zucker) y posteriormente Pablo Lozano.

De todos modos, la orquesta de Donato ya no tenía por entonces la adhesión popular que la caracterizara en los años treinta y así el 28 de junio de 1945 registró su última grabación para el sello rca Victor, los tangos Portero suba y diga, cantado por Beltrán, y Pregonera con la participación de Podestá.

La segunda mitad de la década del cuarenta la formación actuó casi exclusivamente en reuniones danzantes en clubes de Capital Federal y sus alrededores. De este período, sin dudas, la mención más destacable es la participación de la orquesta en el año 1948 en la película Pelota de trapo, acompañando al cantor Oscar Fuentes.

Luego de varios años sin grabar, a partir de 1950, Donato y sus músicos reanudaron su trayectoria discográfica, ahora para el sello Odeon, contando con las voces de Adolfo Rivas, Carlos Almada, Roberto Morel y Raúl Angeló.

En el inicio de esta nueva etapa, registró actuaciones en el Tango Bar, en 1950, y en el café Marzotto, al año siguiente, para actuar nuevamente en radio El Mundo, en 1955.

Otras composiciones de Donato, además de aquellas primeras y celebradas obras ya mencionadas en esta reseña, fueron Te conozco mascarita, Qué querés, soy así, Palabras de honor y No es para tanto, todos ellos grabados en la primera etapa de su orquesta.

En 1941, escribió la melodía de Te busco, cuya letra pertenece a Héctor Marcó. El tema fue llevado al disco por su orquesta y la voz de Horacio Lagos el 21 de julio de ese mismo año.

Compuso, además, Por eso grito, hermosa melodía que cuenta con letra del bandoneonista y director César Córdoba, tema que ha sido grabado por las formaciones de Alfredo De Ángelis con el cantor Julio Martel y de Rodolfo Biaggi con Carlos Saavedra.

También le pertenecen El disloque, Novia de pueblo, Fue mi salvación, Has llegado y La de los ojos tristes, otro de sus excelentes tangos que compuso con letra de Héctor Marcó, que fuera grabado por Miguel Caló con la voz de Luis Tolosa.

Entre los valses compuestos por Donato, se destaca sin dudas Mi serenata, con letra del actor y cantor Juan Carlos Thorry, que fuera llevado al disco por su orquesta con el dúo de voces conformado por Lita Morales y Romeo Gavió, el 11 de enero de 1940.

Existe también de este vals una recordada versión grabada el 2 de septiembre de 1955 por la orquesta de Osvaldo Pugliese con las voces también a dúo de Miguel Montero y Jorge Maciel.

En el rubro de las milongas, fue muy exitosa Por H o por B, con versos de Enrique Dizeo, llevada al disco por la orquesta de Francini y Pontier con la voz de Raúl Berón el 10 de noviembre de 1947.

Donato falleció en forma inesperada el 15 de febrero de 1963, dos meses antes de cumplir 66 años de edad.

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