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114. Federico, Domingo Serafín

Bandoneonista, director y compositor, nacido el 4 de junio de 1916 en el barrio de Palermo Viejo de Capital Federal.

Hijo del profesor de violín y contrabajista Francisco Federico, muy pronto su padre lo acercó a la música, enseñándole el violín y luego, a los doce años, egresó del conservatorio Massun como profesor de teoría, solfeo y piano.

A los trece años debutó como violinista en el conjunto que había formado su padre en la ciudad de Carmen de Patagones, adonde la familia residió un par de años.

De regreso en Buenos Aires en 1930, Domingo abrazó definitivamente el bandoneón, debutando en la orquesta de Alejandro Scarpino, amigo de su padre, cuya formación se presentaba por entonces en radio Porteña.

También en esa época actuaba en cines de barrio como número vivo, haciendo dúo de bandoneones con su hermana Nélida.

Luego se incorporó con primer bandoneón de la orquesta de Ricardo Brignolo, quien había dejado de ejecutar el instrumento por una lesión en la mano, para pasar de allí a la orquesta de Juan Canaro, en la que permaneció durante cinco años.

Paralelamente, seguía sus estudios de medicina en la Universidad Nacional de Buenos Aires.

En 1939, ingresó a la orquesta de Miguel Caló, dándose así una rara continuidad: estuvo sucesivamente bajo las órdenes de cuatro directores que como él, eran ejecutantes del bandoneón.

Formó parte entonces de la luego llamada Orquesta de las Estrellas, de la que se alejó en 1944, constituyéndose en ese momento en la primera pérdida de importancia de esa magnífica formación. Su decisión era producto de su deseo de crear su propia orquesta, a la que en una primera etapa mantuvo hasta el año 1958, cuando casado con la autora Haydeé Cordon, se radicó en la ciudad de Rosario, donde ésta residía.

Con esa primera orquesta, llevó al disco un total de ciento dos temas para el sello rca Victor, comenzando ese ciclo de grabaciones con su tema Saludos el 10 de abril de 1944 y finalizándolo el 29 de junio de 1956 con tres grabaciones a las que luego se hará referencia.

A lo largo de estos años, contó bajo su dirección con músicos de la talla de Héctor Lettera, Tomás Gianini, Miguel Carrasco, Armando el Cieguito Blasco, Luis Maggiolo, Celso Amato, Juan José Sainz y Atilio Corral, en bandoneones; Alfil Messina, Alberto Talián, Alberto Pando, Víctor Braña, Joe Ríspoli, Jorge Buyvidas, José Singla, y Roberto Flores, en violines; Honorio Sicardi, Egidio Morteo y Julio Medovoy, en piano, y Francisco Federico —padre del director— y Juan Antonio Vasallo, en contrabajo.

El primero de sus cantores fue el tempranamente desaparecido Ignacio Díaz, quien grabó un único tema el día que la orquesta debutó en el disco, es decir el 10 de abril de 1944. Ya hemos mencionado que ese día la formación grabó en forma instrumental Saludos, una de las grandes composiciones del director en colaboración con su padre Francisco, mientras que Díaz vocalizó La culpa la tuve yo, un tango de Andrés Domenech y Adolfo Avilés.

Se incorporó luego Carlos Vidal, cuyo verdadero nombre era Luis Vidal, quien debutó en el disco el 12 de septiembre de 1944 grabando Yuyo verde, otra de las grandes colaboraciones del director con Homero Expósito, y el tema Y así nació este tango, de Isaac Garcés e Isusi. Vidal realizó su última grabación de esta etapa con Federico el 30 de septiembre de 1948, fecha a la que corresponde su participación en el registro discográfico de Recuérdame, tango de Carlos Marchisio y Bontemps.

En el ínterin, el recordado cantor dejó impecables versiones de las piezas Música en tu corazón, de Gabriel Clausi y Alberto Leiva; Tu melodía, de Alberto Suárez Villanueva y Oscar Rubens; Yo, de Juan José Guisandut; El huérfano, de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez; Canción desesperada, de Enrique Santos Discépolo, y Al compás del corazón, una de las grandes producciones del binomio Domingo Federico y Homero Expósito, entre un total de treinta y cinco registros discográficos, diez de ellos a dúo con Larroca.

Este último a su vez se había incorporado a la orquesta a mediados del año 1945, participando en veintitrés grabaciones, incluidas las aludidas diez a dúo con Vidal.

Su debut discográfico se produjo el 19 de junio de 1945 con el tango Un pasaje de mi vida, perteneciente a Luis Rubistein, precisamente uno de sus dúos con Vidal, al que siguió exactamente un mes más tarde el registro de la milonga de Juan José Guisandut y Horacio Sanguinetti titulada Zapatos, también a dúo con Vidal.

Su permanencia en esta formación se extendió hasta el año 1948, registrando su último disco con ella, al igual que Vidal, el 30 de septiembre de ese año. El tema de despedida fue el tango Para usted, amigo, perteneciente a Francisco y Domingo Federico.

Otras recordadas versiones discográficas de Larroca con esta formación fueron las de los tangos María, de Aníbal Troilo y Cátulo Castillo; Un tal Medina, de Roberto Garza y Carlos Bahr; Remolino, de Alfredo De Ángelis y José Rótulo; Con alma de tango, de Juan D’ Arienzo y Carlos Bahr; Te espero en Rodríguez Peña, de Héctor Varela y Carlos Waiss, y Mi dolor, el difundido tema de Carlos Marcucci y Manuel Meaños, del que orquesta y cantor hicieron una muy particular interpretación.

Desvinculados Vidal y Larroca, en 1949 los sucedieron Mario Bustos, Enzo Valentino y Hugo Roca.

Bustos debutó en el disco el 14 de octubre de ese año con el tango de Enrique Santos Discépolo Justo el 31; Valentino lo hizo el 16 del mes siguiente con la milonga de Enrique Maciel y Héctor Pedro Blomberg titulada China de la Mazorca, y Roca también en ese mismo día grabó Que camine sola, un tango de Cristóbal Ramos con letra increíblemente rencorosa de Francisco De Val.

Bustos grabó tres temas más: Puente Alsina, de Benjamín Tagle Lara, el 25 de noviembre de ese mismo año 1949; Tango argentino, de Juan Maglio y Alfredo Bigeschi el 20 de marzo de 1950, en una particular versión en la que se intercalan compases de la extensa lista de tangos que son mencionados en el transcurso de la composición, y Tiburón, tres días más tarde de la grabación anterior, un olvidable tema compuesto por Juan Fava Pollero y Juan D’ Abraccio, con letra de Enrique Dizeo.

También, Valentino dejó registradas tres versiones más luego de la que diera inicio a su participación en discos con Federico: un vals de su autoría titulado Recuerdos de una madre, el 20 de marzo de 1950; Barrio viejo (subtitulado Del 80), una milonga de Maciel y Blomberg editada el 25 de agosto siguiente, y Cualquier cosa, el recordado tango de Herminia y Juan Mateo Velich, grabado el 10 de abril de 1952.

Roca, por su parte, completó sus versiones discográficas con Federico grabando La milonga de mi amor de Rodolfo Schiammarella y Héctor Canziani el 25 de noviembre de 1949, y el tango de Mario Battistella Canto, el 23 de marzo del año siguiente.

Retirados de la formación estos tres vocalistas, se incorporó Carlos Valdez, quien grabó Estampa de matón, el 10 de abril de 1951 con música y letra del propio Federico; Qué hacés, qué hacés, perteneciente a José Di Clemente y Jesús Fernández Blanco, el 3 de agosto de ese mismo año, y Tristezas de la calle Corrientes, otro de los grandes temas del binomio que Federico conformó con Homero Expósito, llevado al disco el 11 de septiembre del año siguiente.

En 1952, un poco antes del alejamiento de Valdez, había ingresado a la formación el cantor Armando Moreno, quien permaneció hasta 1956, grabando en ese lapso un total de quince registros discográficos, los que se iniciaron el 26 de mayo de 1952 con el tango de Gardel y Razzano Yo te adoro.

En 1956, ingresó a la orquesta el cantor Dante Rossi, nacido el 27 de febrero de 1931 en Buenos Aires, quien había obtenido el primer puesto en un concurso organizado por el club Sunderland, del barrio porteño de Villa Urquiza.

El 29 de junio de 1956, a pocos días del ingreso de Rossi, la formación de Federico realizó las últimas grabaciones de la etapa que había iniciado doce años antes en 1944, las que incluían a Y todavía te quiero, tango de Leocata y Aznar, y Charlemos, el difundido tango de Luis Rubistein, vocalizado por Rossi, en el que fue el único registro discográfico de este cantor con la formación de Federico, en una curiosa grabación con sonido de la campanilla del teléfono incluido al inicio de la grabación.

Por otra parte y en forma simultánea a la dirección de su primera y más recordada orquesta, trabajó en la musicalización de innumerables películas, actividad que desarrolló entre los años 1944 a 1956.

Radicado en Rosario como consecuencia de su ya apuntado casamiento, formó en esta ciudad una nueva orquesta bajo su dirección, con la que debutó en Radio lt8 a mediados del año 1958.

De todos modos, a comienzos de 1960 reagrupó nuevamente a los músicos de la orquesta porteña que disolviera dos años antes, con el fin de realizar nuevas grabaciones en el sello rca Victor. En total, fueron cuatro registros, todos ellos realizados el 12 de enero de dicho año, con los que totalizó un total de ciento seis grabaciones para el denominado «sello del perrito».

Estas últimas grabaciones contaron con el aporte vocal de Rubén Maciel en la versión de Portero suba y diga el conocido tema de Alberto de Labar y Luis César Amadori, y con el de Rubén Sánchez en la de Tus ojos me aprisionan, muy atractivo tango de los pocos conocidos autores Schneider y Blesio, el de ambos vocalistas a dúo en la milonga Negro del propio Domingo Federico, siendo la restante otro tema del director, el tango instrumental titulado Presentación.

Posteriormente, en ese mismo año 1960 pero ahora con la formación constituida en Rosario grabó ocho temas para el sello Trío de esa ciudad y ya en 1961, para el sello Rosafon también de Rosario, llevó al disco otros once temas.

En 1965, realizó catorce grabaciones para el sello Fuentes de Colombia, todas ellas nuevamente con la intervención de su cantor Rubén Sánchez.

Para el sello Rosafon, volvió a grabar en 1966 cinco temas más, los últimos en los que participó Sánchez y ya en 1968, regresó a los estudios de rca Victor, en este caso con un sexteto que dirigió al efecto, con el que registró un disco larga duración integrado por doce temas.

Al año siguiente, grabó para el sello Embassy otro disco larga duración también con doce temas, en cinco de los cuales intervino el antiguo y más identificado cantor de su orquesta del cuarenta, el inolvidable Carlos Vidal, entre ellos, en un nuevo registro de Percal, el tango que Domingo había compuesto en los años cuarenta con letra de Homero Expósito, en el que la orquesta desarrolla una introducción previa a la participación del cantor sobre la base de un arreglo muy particular realizado por el propio Federico.

Finalmente y tras un largo paréntesis sin ingresar a los estudios de grabación, volvió a ellos recién en el año 1996 con la Orquesta Juvenil del Tango de la Universidad Nacional del Rosario, a la que había fundado el año anterior y de la que fuera su director y primer bandoneón. En esta ocasión, grabó para la Editorial Musical de Rosario diecisiete temas, entre ellos sus viejos éxitos Saludos, Yuyo verde y Al compás del corazón. De este modo, el total de grabaciones que concretó en toda su trayectoria como director, desde su primera orquesta constituida en 1944 hasta esta última Orquesta Juvenil, alcanzó a 185 temas.

Vinculado al teatro, a partir del año 1960, escribió varias comedias musicales, las que se presentaron el teatro El Círculo de su ciudad adoptiva.

En 1961, viajó a Japón integrando la orquesta de Francisco Canaro y, en 1963, se reintegró con carácter de invitado a la orquesta de Miguel Caló, para cumplir actuaciones durante cuatro meses en radio El Mundo y grabar un disco de larga duración, con doce temas.

En los años 1964 y 1967, volvió a presentarse en Japón, ahora al frente de su agrupación rosarina.

A raíz de su amistad con el científico argentino, doctor Silvio Filskenstein, especializado en medicina aeroespacial y radicado en Montreal desde mediados de la década del setenta, Federico desarrolló como único intérprete magníficos recitales de bandoneón en el Consulado Argentino en Nueva York en 1978 y en la sede en Montreal de la Organización Aero Civil Internacional al año siguiente.

En 1985, compuso en colaboración con Roberto Pansera la música de la ópera tango dedicada a recordar la vida de Eva Perón titulada Volveré y seré millones, sobre textos del autor rosarino Miguel Ángel Jubany. En su representación, integraron el elenco Carlos Acuña, Nelly Vázquez —quien interpretó el papel de Evita—, Hugo Marcel, Antonio Tormo y el recitador Héctor Gagliardi.

En 1993, creó la Escuela de Música, dependiente de la Universidad Nacional de Rosario y en 1995 la Orquesta Universitaria del Tango, luego denominada Orquesta Juvenil del Tango de la Universidad Nacional de Rosario, con la que efectuó las diecisiete grabaciones a las que se hiciera alusión anteriormente. Los cantores que participaron en estos postreros registros discográficos que Federico dirigió fueron los jóvenes Héctor Catáneo, Graciela Rey y Carlos Calcagno.

Esta orquesta, siempre bajo su dirección, realizó además en 1998 una gira por Holanda, Bélgica, Alemania, Suiza, Austria y Turquía.

No es posible finalizar esta reseña sin recordar la vasta e importante labor como compositor de Domingo Federico, quien dejó muchos exitosos temas con versos de Homero Expósito como Percal, Yo soy el tango —tema que fuera la primera grabación tanto de la orquesta de Aníbal Troilo como de la de Miguel Caló—, Yuyo verde, Al compás del corazón, Tristezas de la calle Corrientes, Dejame volver para mi pueblo y A bailar.

Con versos de Carlos Bahr compuso la música de Cosas del amor, tema que llevó al disco con la participación a dúo de Carlos Vidal y Oscar Larroca, el 3 de marzo de 1948. También con Bahr como letrista, escribió la melodía de la milonga Tonadita amiga, a la que sin embargo grabó en forma sólo instrumental el 27 de mayo de 1953.

Con el aporte en los versos del uruguayo José Rótulo, compuso Pobre arlequín, tango que grabó el 24 de noviembre de 1952 con la voz de Armando Moreno.

En colaboración con su padre Francisco Federico, quien fuera contrabajista de su orquesta desde 1944 hasta la radicación de Domingo en Rosario, compuso A Martín Fierro, Saludos (dedicado irónicamente a Walt Disney, quien había realizado una película con ese título en la que difundía confusas y poco certeras imágenes sobre la Argentina), Con el mayor gusto, Porque perdí tu querer, Para usted, amigo, A María Rosa (dedicado a María Rosa Cóppola, madre de Domingo y esposa de Francisco), El maharajá y El inca, entre otros más.

Instrumentales de su sola inspiración fueron a su vez Futuro, Pachito, Coco, Tropical, Presentación, Nuevo Tokio, A lo Pirincho A mi Pinita y Olga y Silvio, todos ellos llevados al disco por alguna de las distintas formaciones que dirigió a lo largo de su trayectoria. Este último, dedicado al doctor Filskenstein y a su esposa, fue grabado en 1997 por la Orquesta Juvenil del Tango de la Universidad Nacional de Rosario.

En música y letra, le pertenecen entre otros temas, los tangos La noche y marfil, Estampa de matón, Ronda sentimental y la milonga Negro, también grabados por alguna de sus formaciones.

En colaboración con el pianista Miguel Nijenson, compuso La gente, siempre la gente y ya en su etapa rosarina, con el letrista radicado en esa ciudad Miguel Ángel Jubany, compuso Preludio a la muerte pobre, Desde la noche, Réquiem para un caudillo, En debe y haber, la milonga Mi viejo, viejo spleen y el vals Maciel, tiempo olvidado, en homenaje al pueblo natal de Jubany.

Finalmente, y también ya viviendo en Rosario, con su esposa Haydeé Cardon como letrista, compuso Mansa, incluido con la voz de Carlos Vidal en las grabaciones realizadas para el sello Embassy en 1969, Fueye azul, Tango íntimo. Alcohol, no mientas más y Dos mundos.

Domingo Federico se mantuvo en actividad hasta los años postreros de la década del noventa, falleciendo en Rosario el 7 de abril de 2000, a los 83 años de edad, dos semanas después de ser sometido a una intervención quirúrgica.

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