Читать книгу Descubre la vacuna emocional - Christine Lebriez - Страница 13
El caso de Antonio
Crisis de pareja ante el confinamiento
ОглавлениеAntonio, de 65 años, está recién jubilado y vive en la ciudad de Madrid. Al día siguiente de la declaración del estado de alarma viajó hasta su apartamento en la costa. Convenció a su mujer de que debían hacerlo después de estar viendo por televisión las colas en las principales vías de salida de la capital. Antonio se puso en contacto con nosotras en los primeros días de la nueva fase, pues estaba teniendo muchos conflictos con su mujer, sentía ansiedad y no era capaz de pensar con claridad. Su relato fue el siguiente:
La verdad es que no sé qué me ocurrió, yo estaba un poco preocupado por el coronavirus, aunque no excesivamente. Aquel viernes me pasé la mañana y la tarde viendo las noticias en distintas cadenas, veía la cantidad de gente que quería salir de Madrid y reconozco que me asusté. A primera hora de la tarde fui con mi mujer al supermercado y me impactó ver los carros de la gente a rebosar y las estanterías vacías. Era un caos. Me puse muy nervioso y empecé a pensar en que debíamos irnos de Madrid. Tuve una discusión con mi mujer; me dijo que me estaba volviendo loco. Me dio igual, seguí insistiendo y logré convencerla. Pensaba que serían dos o tres semanas y que estaríamos mejor aquí, pero realmente no reflexioné sobre si realmente nos convenía. Claramente me equivoqué. Ella está enfadada continuamente. Desde que me jubilé hace cinco meses la relación no es buena, pero ahora es inaguantable. No me encuentro bien, estoy nervioso continuamente y no puedo dormir. Mis hijos también me dicen que me equivoqué. No lo pensé. Me dejé llevar por lo que hacían los demás.
El caso de Antonio es el caso de muchas personas que estuvieron atrapadas en lugares donde la situación de confinamiento resultó aún más difícil de manejar. Salieron corriendo de las grandes ciudades pensando que huir rápidamente sería la mejor opción para evitar el contagio. Pero no pensaron reflexivamente en las ventajas e inconvenientes de sus decisiones. Más bien se dejaron llevar por la influencia del comportamiento de un grupo que parecía mayoritario, pero no lo era.
Antonio entendió y aceptó que no podía revertir la decisión que tomó, y que era inútil seguir dando vueltas al pasado. Pensar en el pasado solo le llevaba a empeorar su ansiedad y los problemas con su esposa. La mejor opción en aquellos momentos era prestar atención al presente y explorar qué podía hacer para mejorar la relación con su mujer en los días que les quedaban de confinamiento. Además, no tenía sentido seguir culpándose por haber tomado la decisión de irse de su ciudad, pues él no sabía que las personas somos muy vulnerables a la influencia del grupo. Si en vez de dedicar tanto tiempo a lamentarse por la decisión tomada, hubiera empezado a dedicar ese tiempo y esfuerzo a intentar mejorar, habría sido difícil no conseguir algún resultado positivo, y, de hecho, lo consiguió.
Antonio entiende ahora que para el futuro debe imponerse un análisis más sereno y racional de los pros y los contras de cualquier decisión que vaya a tomar, sobre todo cuando hay muchas personas que están apostando por una opción. Es importante tener en consideración lo que hagan los demás, pues es una fuente de información, pero siendo crítico y metódico en el análisis de la conducta de los demás.
El protagonista de este caso se ha quejado repetidamente de la irresponsabilidad de los medios de comunicación y de las autoridades públicas por no impedir la llegada de ciertas noticias e imágenes que puedan generar pánico colectivo, y realmente podemos culpar por no controlar la información que llega a la población y podemos pedir una gestión más responsable. Todos estamos de acuerdo en esto. Sin embargo, resulta más ventajoso no depender de la gestión de otros para prevenir impactos semejantes en el futuro. Independientemente de lo que los medios de comunicación o las autoridades puedan hacer, está en nuestra mano elaborar una vacuna emocional que nos inocule sensatez contra el comportamiento caótico e irreflexivo del grupo. Eso es lo que está haciendo ahora Antonio y lo que pretende este libro.
Consejos para Antonio:
• En una situación de confusión somos más vulnerables a la influencia de los demás. Reflexiona con serenidad sobre si lo que está haciendo el grupo tiene sentido para ti. Pregúntate:
o ¿Es lógico lo que plantean o hacen?
o ¿He evaluado los pros y los contras de lo que hace el grupo?
o ¿Realmente es la mejor opción para mí?
o Las personas que me dicen que no están de acuerdo conmigo ¿podrían tener razones que debo tener en cuenta?
• Si estás muy nervioso, no te plantees ninguna reflexión. Espera a estar un poco más tranquilo para plantearte las preguntas anteriores.
• Utiliza alguna estrategia de relajación sencilla para reducir tus nervios y así pensar con más claridad.
• Ten conciencia de los límites que tiene la mente humana. Aunque seas una persona inteligente, también puedes ser influido, sin darte cuenta, por el comportamiento y las opiniones de un grupo.
• Intenta no pensar demasiado y distraerte. Cuando no nos sentimos bien, no estamos en las mejores condiciones para tener un pensamiento claro, sensato y productivo.
• Si su malestar es muy intenso, busque ayuda profesional.
Pautas para relajarse
Dedica tiempo durante el día para calmarte utilizando ejercicios de relajación. La práctica frecuente de la relajación ayuda a conciliar el sueño y a concentrarse mejor, y proporciona más vitalidad. Estas prácticas pueden incluir ejercicios de relajación muscular y de respiración, meditación, natación, estiramientos, yoga, oración, escuchar música suave, pasar tiempo en contacto con la naturaleza, así como otras actividades similares.
A continuación te indicamos unos ejercicios básicos de respiración que te podrán ayudar:
1. Busca un lugar tranquilo donde sentarte cómodamente o recostarte.
2. Inhala lentamente por la nariz, contando pausadamente uno, dos, tres, y expande suave y cómodamente tus pulmones.
3. Tranquila y silenciosamente, di en tu interior: «Mi cuerpo se está llenando de calma».
4. Exhala lentamente por la boca, como soplando suavemente, contando uno, dos, tres, y vacía los pulmones.
5. Suave y silenciosamente, di en tu interior: «Mi cuerpo se está liberando de tensión».
6. Repite el ejercicio hasta cinco veces.
7. Practica diariamente cuantas veces sea necesario.