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NUESTRA TRADUCCIÓN

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Nuestra traducción se ha realizado siguiendo la edición crítica teubneriana de Max Pohlenz 38 . Aquellos pasajes, muy escasos en general, en los que no nos hemos atenido a dicha edición aparecen reseñados en las notas al texto, porque nosotros hemos preferido indicar así las divergencias con la edición seguida, en lugar de enfrentar en dos columnas, como suele ser lo habitual, la lección del texto base y la que el traductor ha elegido en discrepancia con el mismo.

De muchísima utilidad, sobre todo para las notas, nos han sido las dos mejores ediciones críticas comentadas que existen sobre las Tusculanas, la de Thomas Wilson Douglas, con un aparato crítico impresionante a disposición de los especialistas, y la de Max Pohlenz, el mejor estudioso del estoicismo que haya existido jamás, en la que, como era de esperar, la erudición filosófica de las notas es apabullante.

En lo que a la traducción se refiere, hemos consultado con asiduidad cinco ediciones bilingües y anotadas. La clásica de Les Belles Lettres, traducida al francés por Jules Humbert sobre el texto establecido por Georges Fohlen, la de la colección Loeb, vertida al inglés por J. Ε. King, dos traducciones germanas, la del eximio filólogo Olof Gigon, editada en Tusculum con ricas anotaciones y la de Ernst Alfred Kirfel, publicada en la popular colección tedesca Reclam, con anotaciones someras pero precisas y, por último, y no precisamente la de menor valía, la editada en lengua italiana, en la editorial Rizzoli, con una magnífica traducción de Lucia Zuccoli Clerici, introducción espléndida de Emanuele Narducci y con notas a pie de página.

1 Sobre la vida y la obra de Cicerón bastará con leer la extensa y clara Introducción General, apoyada en los textos ciceronianos, de M. RODRIGUEZ -PANTOJA MÁRQUEZ , en M. Tulio Cicerón. Discursos I , BCG 139, Madrid, Gredos, 1990, concretamente las págs. 7-153. Desde el punto de vista de la evolución de la escritura filosófica es muy recomendable también leer el libro de M. MORFORD , The Roman philosophers, from the time of Cato the Censor to the death of Marcus Aurelius, Londres, Routledge, 2002, en especial el capítulo titulado «Cicero and his contemporaries», págs. 34-97.

2 Todas las fechas que se indican a partir de este momento se entienden referidas a antes de Cristo.

3 Ofrecemos aquí un extracto de la informatión que nos ofrece TH . W. DOUGAN , en el capítulo titulado «The date of the Tusculan Disputations», págs. XVI-XIX, en la Introducción general de su magna edición de la obra: M. Tulli Ciceronis Disputationum libri quinque. A revised Text with introduction and commentary and a collation of numerous mss., vols. I y II, Nueva York, Arno Press, 1979.

4 Los números que se citan a continuación entre paréntesis hacen referencia a los parágrafos de cada uno de los libros, mientras que los textos entrecomillados son citas directas y literales de la traducción del texto latino.

5 Cf., al respecto, C. LÉVY , Cicero Academicus. Recherches sur les Académiques et sur la philosophie ciceronienne, Roma, Ecole Française de Rome, 1992; la expresión «particularmente decepcionante»se encuentra en la pág. 446. Quien desee, no obstante lo dicho, arriesgarse a adentrarse en dicha selva, en lo que a las Tusculanas se refiere, puede consultar TH . W. DOUGAN , M. Tulli Ciceronis Tusculanarum Disputationum Libri quinque. A revised Text with introduction and commentary and a collation of numerour mss., vols. I y II, Nueva York, Arno Press, 1979, en concreto las págs. XX-XXVI de la introducción del vol. I y las págs. XXX-LIV , de la introducción del vol. II.

6 Cf. M. GIUSTA , I dossografi di etica, Turín, 2 vols., tomo 1, 1964, tomo 2, 1967.

7 Baste citar, como prueba de ello, el hecho de que en la magna edición de los Estoicos de Emile Bréhier y Pierre-Maxim Schuhl, Les Stoïciens, París, Gallimard, 1962, se considera, en relación con las Tusculanas, de contenido claramente estoico los capítulos 12 y 13 del libro II, el libro III a partir del capítulo 4 y los libros IV y V completos.

8 Cf. también al respecto III 13 y 22.

9 Cf.también a este respecto IV 33 y V 13.

10 Cf., también en relación con esta idea, V11.

11 11 Cf., al respecto, I 55, 71-74 y 97.

12 Texto citado ya en la página 34, al tratar de la imagen de Sócrates.

13 Pueden consultarse también, al respecto, I 17, IV 7, V 33, 83, 83.

14 Para la redacción de dicho excurso nos hemos atenido en líneas generales al capítulo que dedica C. LÉVY , op. cit., a la cuestión, titulado: «La Nouvelle Académie: histoire et definition des problèmes», págs. 9-57. Al lector más especializado le recomendamos los estudios siguientes: (1) H. CUERNISS , The riddle of the early Academy, Nueva York, 1962, 2a ed.; (2) H. J. KRAEMER , Der Ursprung der Geistmepaphysik, Amsterdam, 1964 y Platonismus und hellenistische Philosophie, Berlín-Nueva York, 1971; (3) M. ISNARDI PARENTE , Studi sull’ Accademia platonica antica, Florencia, 1979. Sobre el escepticismo y su influjo en la Academia los dos estudios clásicos son: (1) V. BROCHARD , Les Sceptiques grecs, París, 1887, publicado recientemente en Le livre de poche, París, 2002. Se trata de una obra espléndida, que, a pesar de su antigüedad, no ha perdido en absoluto vigencia; (2) M. DAL PRA , Lo scetticismo greco, Bari, Laterza, 1975, vols. I y II. Quien desee una bibliografía más reciente puede consultar los libros siguientes: (1) G. GIANNANTONI , Lo scetticismo greco, Nápoles, 1981, 2 vols.; (2) J. BARNES , The Toils of Scepticism, Cambridge, 1990; (3) R. J. HANKINSON , The Sceptics, Londres- Nueva York, 1995.

15 En su estudio der Ursprung …, op. cit.

16 Cf., sobre este filósofo académico H. VON ARNIM , Arkesilaos, en RE, 2, 1895, págs. 1164-1168.

17 En Ac. Seg. I 12, 45.

18 Quien desee un análisis más profundo de la cuestión puede recurrir a C. LÉVY , op. cit., págs. 16-32.

19 Cf. sobre la vida y la obra de este filósofo académico, H. VON ARNIM , Karneades, en RE 10, 1919, págs. 1664-1185, que completó luego A. WEISCHE , en RE, sup. 11, 1968, págs. 853-856.

20 Cf., sobre este filósofo, K. VON FRITZ , Philon von Larissa, en RE, 19, 2, cols. 2535-2537, así como los estudios de L. ROBIN , Pyrrhon et le escepticisme grec, París, 1944 y J. GLUCKER , Antiochus and the Late Academy, Gotinga, 1978.

21 Cf. una mayor información, sobre esta cuestión, en C. LEVY , op. cit., págs. 50-51.

22 He aquí otros pasajes que nos presentan la función terapéutica de la filosofía: II 2 y 43, III 13, IV 58 y IV 84.

23 Cf., sobre esta cuestión, K. BRINGMANN , Untersuchungen zum spaeten Cicero, Gotinga, 1971, concretamente las págs. 139 y 157.

24 Cf. también al respecto Sobre el orador II 157 y sigs. y De finibus IV 7.

25 Cf., en relación con esto, los trabajos siguientes: (1) A. MICHEL , Les rapports de la rhétorique et de la philosophie dans l’oeuvre de Cicéron. Essai sur les fondements philosophiques de l’art de persuader, Paris, 1960. Se trata de su monumental tesis doctoral; (2), «Rhétorique et philosophie dans les Tusculanes», en Rev. Ét. Lat. 39 (1961), págs. 158-171; (3), «Cicéron et la tragédie: les citations de poètes dans les livres II-IV des Tusculanes», Helmantica, 34 (2) (1983), 443-454.

26 Cf. A. MICHEL , art. cit. (2) en la nota anterior, pág. 161.

27 En su Poética 1449 b 27-28.

28 En su art. cit. (2) de la nota 27, pág. 167.

29 En op. cit., págs. 445-446.

30 Citemos, por ejemplo, las siguientes: (1) R. HIRZEL , Untersuchungen zu Cicero’s philosophischen Schriften, Leipzig, T. 1, 1877, t. 2, 1882 y t. 3, 1883. De las Tusculanas se ocupa en el t. 3, págs.342-492; (2) Μ. POHLENZ , «Das dritte und vierte Buch der Tusculanen», en Hermes 41 (1906), 321-355, así como en «Das zweite Buch der Tusculanen, en Hermes 44 (1909), 23-40; (3) R. PHILIPPSON , «Das dritte und vierte Buch der Tusculanen», en Hermes 67 (1932), 245-295; (4) P. FÜGER , «Die beiden Quellen des III Buches der Tusculanen Ciceros», en Philologus 84 (1929), 51-81.

31 Cf., A. MICHEL , art.cit. (2) en la nota 27, pág. 167.

32 En el art. cit. (2), citado en la nota 27, págs. 168 y sigs.

33 Traducción de V. J. HERRERO , en Cicerón. Del supremo bien y el supremo mal , Madrid, BCG 101, Gredos, 1987.

34 Cf., sobre esta cuestión, De finibus III 35.

35 En su art. cit. (2), citado en la nota 27, pág. 170.

36 Ofrecemos aquí una observaciones, de carácter más bien cultural, tomadas de la magnífica información que nos ofrece al respecto TH . W. DOUGAN , en su magna edición ya citada, en concreto en las págs. XXVI-LV de su introducción.

37 En concreto se nos han conservado manuscritos (tómese lo que viene a continuación no a alarde erudito, que no es tal, sino a mera información de «geografia cultural») en la Biblioteca Nacional de Paris, en la Biblioteca Vaticana, en la Biblioteca Augusta de Wolfenbüttel, en la Biblioteca Real de Bruselas, en la Biblioteca Comunal de Cambrai, en la Biblioteca Municipal de Berna, en el Museo Británico, en la Biblioteca Universitaria de Leyden, en la Biblioteca Imperial de Viena, en la Biblioteca Real de Múnich, en la Biblioteca Universitaria de Bonn, en la Biblioteca Universitaria de Cambridge, en la Biblioteca Peterhouse de Cambridge, en la Biblioteca del College St. John de Cambridge, en la Biblioteca Universitaria de Oxford, en la Biblioteca del Balliol College de Oxford, en la Biblioteca del Corpus Christi College de Oxford, en la Biblioteca del Lincoln College de Oxford y en la Biblioteca del New College de Oxford.

38 Cf. la información detallada en la Bibliografía de esta edición y de las que se citan a continuación.

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